¡Amor y paz!
El viraje decisivo de los
evangelios se hizo a partir de la Confesión de Pedro. Jesús se dirige hacia lo
esencial, hacia "su hora"... y se concentra en lo que considera como
trabajo suyo principal: la formación profunda del grupo de los Doce.
-Jesús, después de haber
anunciado a los discípulos su pasión y su resurrección, les dijo: "El que
quiera venirse conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me
siga.
"Si alguien quiere
venirse conmigo..." Este "si" condicional, o sea la frase inicial:
"El que quiera", me ayudan a penetrar en un misterio esencial de
Dios: Él es quien inventó la libertad del hombre... que es la grandeza del
hombre según Dios. Jamás la forzará (Noel Quesson).
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este Viernes de la XVIII Semana
del Tiempo Ordinario.
La Iglesia celebra también
hoy la fiesta de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Edith Stein, virgen y
mártir, patrona de Europa. Pidámosle que interceda por los habitantes de ese
continente.
Evangelio
según San Mateo 16,24-28.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará. ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino".
Comentario
Al
cumplirse el misterioso designio de su bondad, el Señor tomó la condición de
esclavo y se dignó rebajarse hasta la muerte de cruz (Fl 2,8). Para realizar en
nuestro corazón, por medio de una humillación visible, aquella celestial
sublimación, para nosotros invisibles. Considera pues, de qué altura nos
precipitamos desde el principio, y comprenderás que por voluntad de
la divina sabiduría y por su bondad somos restituidos a la vida. Con Adán
caímos en la soberbia; por eso somos humillados en Cristo para poder cancelar
la antigua culpa con el remedio de la virtud contraria, de modo que
los que con la soberbia ofendimos a Dios, lo aplaquemos poniéndonos a su
servicio.
Alegrémonos,
y gocemos en aquel que nos ha hecho objeto de su lucha y de su victoria, diciendo:
“Tened valor, yo he vencido al mundo» (Jn16, 33)... El invencible, peleará por
nosotros y vencerá en nosotros. Entonces el príncipe de las tinieblas será
echado fuera, aunque no ciertamente fuera del mundo, sino fuera del hombre,
cuando al penetrar en nosotros la fe, es obligado a salir fuera y dejar libre
el puesto a Cristo; cuya presencia pone en fuga al pecado y significa el
destierro de la derrota de la serpiente...
Que
los oradores guarden su elocuencia, los filósofos su sabiduría, los reyes sus
reinos; para nosotros la gloria, las riquezas y el reino, es Cristo; nuestra
sabiduría, es la locura del Evangelio; la fuerza es, la debilidad de la carne,
y la gloria, es el escándalo de la cruz.
San
Paulino de Nola ( 355- 431), obispo.
Carta 38, 3-4.6
Carta 38, 3-4.6
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