sábado, 21 de octubre de 2023

Has revelado tus misterios a la gente sencilla

¡Amor y paz!

 

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este Sábado XXVIII del Tiempo Ordinario, ciclo A. En Colombia, celebramos la fiesta de Santa Laura Montoya.

 

Dios nos bendice...

 

Sábado 21 de octubre

 

PRIMERA LECTURA

 

Jr 31, 1-7

Lectura del profeta Jeremías

EN aquel tiempo -oráculo del Señor, seré el Dios de todas las tribus de Israel, y ellas serán mi pueblo.
Así dice el Señor: -Halló gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada; camina Israel a su descanso, el Señor se le apareció de lejos.
Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi misericordia.
Todavía te construiré, y serás reconstruida, Doncella de Israel; todavía te adornarás y saldrás con panderos a bailar en corros; todavía plantarás viñas en los montes de Samaría, y los que plantan cosecharán.
"Es de día" gritarán los centinelas en la montaña de Efraín: Levantémonos y marchemos a Sión, al Señor nuestro Dios.
Porque así dice el Señor: -Griten de alegría por Jacob, regocíjense por el amor de los pueblos; proclamen, alaben y digan: El Señor ha salvado a su pueblo, al resto de Israel.

Palabra de Dios.

 

SALMO

 

Salmo responsorial 149,1-9

R. El Señor se complace en los humildes.

V. Canten al Señor un cántico nuevo, 
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles, 
que se alegre Israel por su Creador, 
los hijos de Sión por su Rey. R.

V. Alaben su nombre con danzas, 
cántenle con tambores y cítaras; 
porque el Señor ama a su pueblo 
y adorna con la victoria a los humildes. R.

V. Que los fieles festejen su gloria 
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca 
y espadas de dos filos en las manos. R.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Flp 4,4-9

Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los filipenses 

Estén siempre alegres en el Señor

HERMANOS:
Estén siempre alegres en el Señor; les repito: estén alegres. Que su mesura la conozca todo el mundo. El Señor está cerca, Nada les preocupe; sino que, en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, sus peticiones sean presentadas a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodiará corazones y sus pensamientos en Cristo
Jesús.
Finalmente, hermanos, todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable, todo lo que es virtud o mérito, ténganlo en cuenta. Y lo que aprendieron, recibieron, oyeron, vieron en mí, pónganlo por obra. Y el Dios de la paz estará con ustedes.

Palabra de Dios.

 

Aclamación

R.Aleluya, aleluya, aleluya
V. ´´Oh santo Evangelio, fórmula pedagógica de mi gran maestro, cuánto os amo y cómo quisiera llevarte como antorcha sagrada a los últimos lugares o rincones del mundo´´.
R. 

Sábado 21 de octubre de 2023

 

EVANGELIO

Mt 11, 25-30

 

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 

EN aquel tiempo, Jesús exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

 

COMENTARIO

 

Hoy 21 de octubre, con el gozo de la fe, la Fiesta litúrgica de nuestra querida Santa Laura Montoya Upegui. Ella nació en Jericó, Antioquia el 26 de mayo de 1874, ese mismo día fue bautizada, ya que su madre, Dolores Upegui, mujer de fe fuerte, pidió a su esposo, Juan de la Cruz Montoya, que fuera a hacerla bautizar enseguida, y le dijo: “Pues antes de ser hija nuestra, primero tiene que ser hija de Dios”.

 

Santa Laura nos anima a afrontar con fe los sufrimientos y desafíos de esta vida, ella nos invita en su Autobiografía a “ver la acción de Dios en todos los acontecimientos de la vida”. Recordemos que desde muy niña quedó huérfana de padre y que su madre le inculcó orar y perdonar a los que les han hecho el mal, entre ellos perdonar al asesino del papá; por eso santa Laura recibió la gracia del Señor de no guardar rencor a nadie, de perdonar a todos y de ofrecer con fe a Dios todos los sufrimientos que el Señor le permitió en su vida. Tenía la siguiente convicción de fe: Para ganar los corazones humanos para Cristo es necesario ofrecer muchos sufrimientos, a ejemplo del Señor que padeció y murió en la Cruz por amor a nosotros y por nuestra salvación.

 

Santa Laura tuvo el don divino de recibir a los siete años su famoso “golpe del hormiguero”, esa maravillosa, profunda y decisiva experiencia de la Paternidad de Dios en su alma, de allí su gran amor al bautismo y el llorar ante la pila bautismal en el templo de Jericó por el desborde infinito de amor de nuestro Padre Dios que la hizo su hija en Cristo el día de su bautismo. San Pablo VI también nos anima a darle toda la importancia al hecho de haber recibido el santo bautismo. Y el Papa Francisco nos ha recordado que todos somos misioneros en razón de nuestro bautismo. Es una verdad de fe, que lamentablemente no fructifica en la práctica de muchos de nosotros, los cristianos. De allí la necesidad de suplicar al Señor y a La Virgen para que nos despierte nuestra conciencia cristiana y al mismo tiempo poner todo lo que está de nuestra parte para dejarnos salvar cada día por el Señor en su Iglesia.

 

En esta bella Fiesta de Santa Laura Montoya, Maestra de misioneros, pidamos su intercesión para que el Señor también a cada uno de nosotros nos regale la determinada opción por Cristo, por darle gloria ayudando a que muchos hermanos y hermanas lo conozcan, lo amen y lo sirvan, eso es ser misioneros. Pero en primer lugar, cada día démosle nuestro propio corazón, tomándonos en serio nuestro camino de santidad en lo sencillo de las cosas ordinarias de cada día, pues así nos anima el Papa Francisco: “Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra” (Gaudete et Exsultate 15).

 

Finalizamos esta reflexión con una frase presente en la Autobiografía, que fue muy arraigada en la en la vida y misión de santa Laura Montoya: “Piense en que mi paz es hija de la confianza en Dios”.

 

P. Javier Alexis Gil Henao