¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este jueves de la
11ª semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: MATEO
6,7-15
Lectio:
Jueves, 21 junio, 2018
Tiempo Ordinario
1) ORACIÓN INICIAL
¡Oh Dios!, fuerza de los
que en ti esperan, escucha nuestras súplicas; y, pues el hombre es frágil y sin
ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus mandamientos y
agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor.
2) LECTURA
Del santo Evangelio según
Mateo 6,7-15
«Y, al orar, no charléis
mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser
escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis
antes de pedírselo. «Vosotros, pues, orad así:
Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu Nombre;
venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas,
así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
«Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu Nombre;
venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas,
así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores;
y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal.
«Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas.
3) REFLEXIÓN
• El evangelio de hoy nos
presenta la oración del Padre Nuestro, el Salmo que Jesús nos ha dejado. Hay
dos redacciones del Padre Nuestro: la de Lucas (Lc 11,1-4) y la de Mateo (Mt
6,7-13). La redacción de Lucas es más breve. Lucas escribe para las comunidades
que venían del paganismo. Trata de ayudar a las personas que están iniciando el
camino de la oración. En el evangelio de Mateo, el Padre Nuestro está en
aquella parte del Sermón del Monte, donde Jesús orienta a los discípulos y a las
discípulas en la práctica de las tres obras de piedad: limosna (Mt 6,1-4),
oración (Mt 6,5-15) y ayuno (Mt 6,16-18). El Padre Nuestro forma parte de una
catequesis para judíos convertidos. Ellos estaban ya acostumbrados a rezar,
pero tenían ciertos vicios que Mateo trata de corregir. En el Padre Nuestro
Jesús resume toda su enseñanza en siete preces dirigidas al Padre. En estas
sietes peticiones, retoma las promesas del Antiguo Testamento y manda pedir al
Padre que Le ayude a realizarlas. Los primeros tres hablan de nuestra relación
con Dios. Los otros cuatro tienen que ver con nuestra relación con los demás.
• Mateo 6,7-8: La
introducción al Padre nuestro. Jesús critica a las personas para quienes la
oración era una repetición de fórmulas mágicas, de palabras fuertes, dirigidas
a Dios para obligarlo a responder a sus pedidos y necesidades. Quien reza debe
buscar en primer lugar el Reino, mucho más que los intereses personales. La
acogida de la oración de parte de Dios no depende de la repetición de las palabras,
sino de la bondad de Dios que es Amor y Misericordia. El quiere nuestro bien y
conoce nuestras necesidades, antes que recitemos nuestras oraciones.
• Mateo 6,9a: Las primeras
palabras: “¡Padre Nuestro, que estás en el cielo!” Abba, Padre, es el nombre
que Jesús usa para dirigirse a Dios. Expresa la intimidad que tenía con Dios y
manifiesta la nueva relación con Dios que debe caracterizar la vida de la gente
en las comunidades cristianas (Gal 4,6; Rom 8,15). Mateo añade al nombre del
Padre el adjetivo nuestro y la expresión que estás en el Cielo. La oración
verdadera es una relación que nos une al Padre, a los hermanos y a las hermanas
y a la naturaleza. La familiaridad con Dios no es intimista, sino que expresa
la conciencia de pertenecer a la gran familia humana, de la que participan
todas las personas, de todas las razas y credos: Padre Nuestro. Rezar al Padre
y entrar en la intimidad con él, es también colocarse en sintonía con los
gritos de todos los hermanos y hermanas. Es buscar el Reino de Dios en primer
lugar. La experiencia de Dios como Padre es el fundamento de la fraternidad
universal.
• Mateo 6,9b-10: Las tres
peticiones por la causa de Dios: el Nombre, el Reino, la Voluntad. En la
primera parte del Padre-nuestro, pedimos para que se restaure nuestra relación
con Dios. Para restaurar la relación con Dios, Jesús pide (a) la santificación
del Nombre revelado en el Éxodo en ocasión de la liberación de Egipto; (b) pide
la venida del Reino, esperado por la gente tras el fracaso de la monarquía; (c)
pide el cumplimiento de la Voluntad de Dios, revelada en la Ley que estaba en
el centro de la Alianza. El Nombre, el Reino, la Ley: son los tres ejes sacados
del Antiguo Testamento que expresan cómo debe ser la nueva relación con Dios.
Las tres peticiones muestran que es preciso vivir en la intimidad con el Padre,
haciendo con que su Nombre sea conocido y amado, que su Reino de amor y de
comunión se vuelva realidad, y que se haga su Voluntad así en la tierra como en
el cielo. En el cielo, el sol y las estrella obedecen a la ley de Dios y crean
el orden del universo. La observancia de la ley de Dios "así en la tierra
como en el cielo" tiene que ser la fuente y el espejo de armonía y de
bienestar en toda la creación. Esta relación renovada con Dios, se vuelve
visible en la relación renovada entre nosotros que, a su vez, es objeto de
cuatro peticiones más: el pan de cada día, el perdón de las deudas, el no caer
en la tentación y la liberación del Mal.
• Mateo 6,11-13: Las
cuatro peticiones por la causa de los hermanos: Pan, Perdón, Victoria,
Libertad. En la segunda parte del Padre nuestro, pedimos que sea restaurada y
renovada la relación entre las personas. Las cuatro peticiones muestran cómo
deben ser transformadas las estructuras de la comunidad y de la sociedad para
que todos los hijos y las hijas de Dios vivan con igual dignidad. Pan de cada
día: La petición del "Pan de cada día" (Mt 6,11) recuerda el maná de
cada día en el desierto (Ex 16,1-36). El maná era una “prueba" para ver si
la gente era capaz de caminar según la Ley de Señor (Ex 16,4), esto es, si era
capaz de acumular comida sólo para un día como señal de fe que la providencia
divina pasa por la organización fraterna. Jesús invita a realizar un nuevo
éxodo, una nueva convivencia fraterna que garantice el pan para todos. La
petición de "perdón por las deudas" (6,12) recuerda el año sabático
que obligaba a los acreedores al perdón de las deudas a los hermanos (Dt
15,1-2). El objetivo del año sabático y del año jubilar (Lev 25,1-22) era de deshacer
las desigualdades y empezar de nuevo. ¿Cómo rezar hoy: “Perdona nuestras
ofensas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores? Los países ricos,
todos ellos cristianos, se enriquecen gracias a la deuda externa de los países
pobres. No caer en la Tentación: la petición "no caer en la
tentación" (6,13) recuerda los errores cometidos en el desierto, donde el
pueblo cayó en la tentación (Ex 18,1-7; Núm 20,1-13; Dt 9,7-29). Es para imitar
a Jesús que fue tentado y venció (Mt 4,1-17). En el desierto, la tentación
llevaba a la gente a seguir por otros caminos, a volverse atrás, a no asumir el
camino de la liberación y a reclamar de Moisés que lo conducía la liberación.
Liberación del Mal: el mal es el Maligno, Satanás, que trata de desviar y que,
de muchas maneras, trata de llevar a las personas a no seguir el rumbo del
Reino, indicado por Jesús. Tentó a Jesús para que abandonara el Proyecto del
Padre y fuera el Mesías conforme a las ideas de los fariseos, de los escribas y
de otros grupos. El Maligno aleja de Dios y es motivo de escándalo. Entra en
Pedro (Mt 16,23) y tienta a Jesús en el desierto. Jesús lo vence (Mt 4,1-11).
4) PARA LA REFLEXIÓN
PERSONAL
• Jesús dice "perdona
nuestras deudas", pero hoy rezamos "perdona nuestras ofensas"
¿Qué es más fácil: perdonar las ofensas o perdonar las deudas?
• ¿Cómo sueles recitar el
Padre Nuestro: mecánicamente o poniendo toda tu vida y tu compromiso en él?
5) ORACIÓN FINAL
Los montes se derriten
como cera,
ante el Dueño de toda la tierra;
los cielos proclaman su justicia,
los pueblos todos ven su gloria. (Sal 97,5-6)
ante el Dueño de toda la tierra;
los cielos proclaman su justicia,
los pueblos todos ven su gloria. (Sal 97,5-6)
Orden de los Carmelitas