¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este miércoles de la 25ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Lucas 9,1-6
Lectio
Miércoles, 23 de septiembre de 2020
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, que has puesto la plenitud de la ley en el amor a ti y al prójimo; concédenos cumplir tus mandamientos para llegar así a la vida eterna. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas 9,1-6
Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y
para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Y
les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni
plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. Cuando entréis en una casa, quedaos en
ella hasta que os marchéis de allí. Y si algunos no os reciben, salid de
aquella ciudad y sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos.»
Partieron, pues, y recorrieron los pueblos, anunciando la Buena Nueva y curando
por todas partes.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos trae la descripción de la misión que los Doce recibieron de Jesús. Más adelante, Lucas habla de la misión de los setenta y dos discípulos (Lc 10,1-12). Los dos se completan y revelan la misión de la iglesia.
• Lucas 9,1-2: Envío de los doce para la misión. “Les dio autoridad y poder
sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el
Reino de Dios y a curar”.Llamando a los doce, Jesús intensifica el anuncio de
la Buena Nueva. El objetivo de la misión es simple y claro: reciben el poder y
la autoridad para expulsar a los demonios, para curar las dolencias y para
anunciar el Reino de Dios. Así como la gente quedaba admirada ante la autoridad
de Jesús sobre los espíritus impuros y ante su manera de anunciar la Buena
Nueva (Lc 4,32.36), lo mismo deberá acontecer con la predicación de los doce
apóstoles.
• Lucas 9,3-5: Las instrucciones para la Misión. Jesús los envió con las
siguientes recomendaciones: no pueden llevar nada “ni bastón, ni alforja, ni
dinero, ni dos túnicas”. No pueden andar de casa en casa, sino que “Cuando
entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis de allí.” En caso de
que no os reciban “sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra
ellos”. Como veremos, estas recomendaciones extrañas para nosotros, tienen un
significado muy importante.
• Lucas 9,6: La ejecución de la misión. Y ellos se fueron. Es el
comienzo de una nueva etapa. Ahora ya no es sólo Jesús, sino es todo el grupo
que va a anunciar la Buena Nueva de Dios a la gente. Si la predicación de Jesús
ya causaba conflictos, cuánto más ahora, con la predicación de todo el grupo.
• Los cuatro puntos básicos de la misión. En el tiempo de Jesús, había
diversos movimientos de renovación: esenios, fariseos, zelotes. Ellos también
buscaban una nueva manera de convivir en comunidad y tenían a sus misioneros
(cf. Mt 23,15). Pero éstos, cuando iban en misión, iban prevenidos. Llevaban
alforja y dinero para cuidar de su propia comida. Pues no confiaban en la
comida de la gente que no siempre era ritualmente “pura”. Al contrario de los
otros misioneros, los discípulos y las discípulas de Jesús recibieron
recomendaciones diferentes que nos ayudan a entender los puntos fundamentales
de la misión de anunciar la Buena Nueva:
a) Deben ir sin nada (Lc 9,3; 10,4). Esto significa que Jesús obliga a
confiar en la hospitalidad. Pues, quien va sin nada, va porque confía en la
gente y piensa que va a ser recibido. Con esta actitud, critican las leyes de
la exclusión, enseñadas por la religión oficial, y por la nueva práctica,
mostraron que tenían otros criterios de comunidad.
b) Deben quedarse hospedados en la primera casa hasta retirarse del
lugar (Lc 9,4; 10,7). Esto es, deben convivir de forma estable y no andar de
casa en casa. Deben trabajar como todo el mundo y vivir de lo que reciben a cambio,
“pues el obrero merece su salario” (Lc 10,7). Con otras palabras, tienen que
participar de la vida y del trabajo de la gente, y la gente los acogerá en su
comunidad y compartirá con ellos casa y comida. Esto significa que deben
confiar en el compartir. Esto explica también la severidad de la crítica contra
los que no aceptan el mensaje: sacudirse el polvo de los pies, como pretexto
contra ellos (Lc 10,10-12), pues no rechazan algo nuevo, sino que su propio
pasado.
c) Tienen que curar a los enfermos y expulsar los demonios (Lc 9,1;
10,9; Mt 10,8). Esto es, deben ejercer la función de “defensor” (goêl) y acoger
para dentro del clan, dentro de la comunidad, a los excluidos. Con esta actitud
critican la situación de desintegración de la vida comunitaria del clan y
apuntan hacia salidas concretas. La expulsión de demonios es señal de que el
Reino de Dios ha llegado (Lc 11,20).
d) Tienen que comer lo que el pueblo les da (Lc 10,8). No pueden vivir separados con su propia comida, sino que han de aceptar la comunión de mesa. Esto significa que, en contacto con la gente, no deben tener miedo a perder la pureza como era enseñada en la época. Con esta actitud critican las leyes de la pureza en vigor y muestran, por medio de la nueva práctica, que poseen otro acceso a la pureza, esto es, a la intimidad con Dios.
Estos eran los cuatro puntos básicos de la vida comunitaria que debían marcar
la actitud de los misioneros o de las misioneras que anunciaban la Buena Nueva
de Dios en nombre de Jesús: hospitalidad, compartir, comunión de mesa, y
acogida a los excluidos (defensor, goêl). Si estas cuatro exigencias se
cumplen, entonces pueden y deben gritar a los cuatro vientos: “¡El Reino ha
llegado!” (cf. Lc 10,1-12; 9,1-6; Mc 6,7-13; Mt 10,6-16). Pues el Reino de Dios
que Jesús nos ha revelado no es una doctrina, ni un catecismo, ni una ley. El
Reino de Dios acontece y se hace presente cuando las personas, motivadas por su
fe en Jesús, deciden convivir en comunidad para así testimoniar y revelar a
todos que Dios es Padre y Madre y que, por consiguiente, nosotros, los seres
humanos, somos hermanos y hermanas unos de otros. Jesús quería que la comunidad
local fuera de nueva una expresión de la Alianza, del Reino, del amor de Dios
como Padre, que nos hace a todos hermanos y hermanas.
4) Para la reflexión personal
• La participación en la comunidad ¿te ha ayudado a acoger y a confiar
más en las personas, sobre todo en los más sencillos y en los pobres?
• ¿Cuál es el punto de la misión de los apóstoles que tiene más importancia para nosotros hoy? ¿Por qué?
5) Oración final
Mi porción es el Señor.
He decidido guardar tus palabras.
Busco con anhelo tu favor,
tenme piedad por tu promesa. (Sal 119,57-58)
Orden de los Carmelitas