¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este viernes de la
27ª semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS
11,15-26
Lectio:
Viernes, 12 octubre,
2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y
eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de
los que te suplican;
derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de
toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por
nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas
11,15-26
Pero algunos de ellos
dijeron: «Por Beelzebul, príncipe de los demonios, expulsa los demonios.»
Otros, para ponerle a prueba, le pedían un signo del cielo. Pero él, conociendo
sus intenciones, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado y
una casa se desploma sobre la otra. Si, pues, también Satanás está dividido
contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?... porque decís que yo expulso
los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por
quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán vuestros jueces. Pero
si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el
Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes
están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las
armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos. «El que no está
conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. «Cuando el
espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de
reposo; y, al no encontrarlo, dice: `Me volveré a mi casa, de donde salí.' Y,
al llegar, la encuentra barrida y en orden. Entonces va y toma otros siete
espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre
viene a ser peor que el principio.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos
presenta una larga discusión entorno a la expulsión de un demonio mudo que
Jesús acababa de realizar ante la gente.
• Lucas 11,14-16: Tres
reacciones diferentes ante la misma expulsión. Jesús estaba expulsando
demonios. Ante este hecho bien visible, realizado ante todos, hubo tres
reacciones, diferentes. La gente quedó admirada, aplaudió. Otros dijeron:
"Por Beelzebul, príncipe de los demonios, expulsa los demonios.” El
evangelio de Marcos informa que se trataba de los escribas que habían llegado a
Jerusalén para controlar la actividad de Jesús (Mc 3,22). Otros pedían una
señal del cielo, pues no se convencieron ante la señal tan evidente de la
expulsión realizada ante todo el pueblo.
• Lucas 11,17-19: Jesús
muestra la incoherencia de los adversarios. Jesús usa dos argumentos para
rebatir la acusación de estar expulsando demonios en nombre de Beelzebul. En
primer lugar, si el demonio expulsa su propio demonio, se divide a sí mismo y
no sobrevive. En segundo lugar, Jesús les devuelve el argumento: “Si yo expulso
los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos?” Dicho con
otras palabras, ellos también estarán haciendo las expulsiones en nombre de
Beelzebul.
• Lucas 11,20-23: Jesús es
el hombre más fuerte que llegó, señal de la llegada del Reino. Aquí Jesús llega
al punto central de su argumentación: “Cuando uno fuerte y bien armado custodia
su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y
le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus
despojos.” En la opinión de la gente de aquel tiempo, Satanás dominaba el mundo
mediante demonios (daimônia). El era el hombre fuerte y bien armado que
guardaba su casa. La gran novedad era que Jesús conseguía expulsar los
demonios. Señal de que él era el hombre más fuerte que llegó. Con la llegada de
Jesús el reino de Beelzebul entró en declino: “Pero si por el dedo de Dios
expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.”.
Cuando los magos del Faraón vieron que Moisés hacía cosas que ellos no eran
capaces de hacer, fueron más honrados que los escribas de Jesús y dijeron:
“¡Aquí está el dedo de Dios!” (Ex 8,14-15).
• Lucas 11,24-26: El final
es peor que el principio. En la época de Jesús, en los años 80, ante las
persecuciones, muchos cristianos se volvieron atrás y abandonaron las
comunidades. Volvieron a la forma de vivir de antes. Lucas, para avisar a ellos
y a nosotros, guardó estas palabras de Jesús sobre el final que es peor que el
principio.
• La expulsión de los
demonios. El primer impacto que la acción de Jesús causa en la gente es la
expulsión de los demonios: “¡Hasta a los espíritus impuros da órdenes y ellos
le obedecen!” (Mc 11,27). Una de las principales causas de la discusión de
Jesús con los escribas era la expulsión de los demonios. Ellos lo calumniaban
diciendo: “¡Está poseído por Beelzebul! Expulsa a los demonios por el príncipe
de los demonios” El primer poder que los apóstoles recibieron cuando fueron
enviados en misión fue el poder de expulsar los demonios: “Les dio poder sobre
los espíritu del mal” (Mc 6,7). La primera señal que acompaña el anuncio de la
resurrección es la expulsión de los demonios: “Estos son los signos que
acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en
lenguas nuevas”. (Mc 16,17). La expulsión de los demonios era lo que más
llamaba la atención de la gente (Mc 1,27). Alcanzaba el centro de la Buena
Nueva del Reino. Por medio de esto, Jesús devolvía las personas a ellas mismas.
Devolvía el juicio, la conciencia (Mc 5,15). Sobre todo el evangelio de Marcos,
del comienzo al final, con palabras casi iguales, repite sin parar el mismo
mensaje. “¡Y Jesús expulsaba los demonios!” (Mc 1,26.34.39; 3,11-12.22.30;
5,1-20; 6,7.13; 7,25-29; 9,25-27.38; 16,17). Parece un refrán que vuelve una y
otra vez. Hoy, en vez de usar siempre las mismas palabras, usaríamos palabras
distintas para transmitir el mismo mensaje y diríamos: “¡El poder del mal,
Satanás, que da miedo a la gente, Jesús lo venció, lo dominó, lo agarró, lo
destronó, lo derrotó, lo expulsó, lo eliminó, lo exterminó y lo mató!” Lo que
el evangelio nos quiere decir es esto: “A los cristianos está prohibido tener
miedo de Satanás!” Por su resurrección y su acción libertadora, Jesús aleja de
nosotros el miedo de Satanás, crea libertad en nuestro corazón, nos da firmeza
en la acción y pone esperanza en el horizonte! ¡Debemos caminar con Jesús, por
su camino, con el sabor de la victoria sobre el poder del mal.
4) Para la reflexión personal
• Expulsar el poder del
mal. ¿Cuál es hoy el poder del mal que masifica a la gente y le roba la
conciencia crítica?
• ¿Puedes decir que estás
totalmente libre y liberado/a? En caso de respuesta negativa , alguna parte de
ti está en poder de otras fuerzas. ¿Qué haces para que este poder no te domine?
5) Oración final
Actúa con esplendor y
majestad,
su justicia permanece para siempre.
De sus proezas dejó un memorial.
¡Clemente y compasivo, Señor! (Sal 111,3-4)
su justicia permanece para siempre.
De sus proezas dejó un memorial.
¡Clemente y compasivo, Señor! (Sal 111,3-4)
Orden de los Carmelitas