¡Amor y paz!
Los invito, hermanos,
a leer y meditar el Evangelio, en este sábado de la XXII Semana del Tiempo
Ordinario, ciclo C,.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Lucas 6,1-5
Lectio
Sábado, 7 Septiembre
, 2019
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso, de quien procede
todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu nombre, para que,
haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes el bien en nosotros y con
solicitud amorosa lo conserves. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según
Lucas 6,1-5
Sucedió que, cruzando un sábado por
unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas, las desgranaban con las
manos y se las comían. Algunos de los fariseos dijeron: «¿Por qué hacéis lo que
no es lícito en sábado?» Y Jesús les respondió: «¿Ni siquiera habéis leído lo
que hizo David, cuando sintió hambre él y los que le acompañaban, cómo entró en
la Casa de Dios y tomando los panes de la presencia, que no es lícito comer
sino sólo a los sacerdotes, comió él y dio a los que le acompañaban?» Y les
dijo: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos habla del
conflicto alrededor de la observancia del sábado. La observancia del sábado era
una ley central, uno de los Diez Mandamientos. Ley muy antigua que fue
revalorizada en la época del cautiverio. En el cautiverio, la gente tenía que
trabajar siete días por semana de sol a sol, sin condiciones de reunirse para
escuchar y meditar la Palabra de Dios, para rezar juntos y para compartir su
fe, sus problemas y su esperanza. De allí surgió la necesidad urgente de parar
por lo menos un día por semana para reunirse y animarse mutuamente en aquella
condición tan dura del cautiverio. De lo contrario, perderían la fe. Fue así
que renació y fue reestablecida con vigor la observancia del sábado.
• Lucas 6,1-2: La causa del
conflicto. En un día de sábado, los discípulos pasan por las plantaciones y se
abren camino arrancando espigas. Mateo 12,1 dice que ellos tenían hambre (Mt
12,1). Los fariseos invocan la Biblia para decir que esto es trasgresión de la
ley del sábado: "¿Por que hacéis lo que no es lícito el sábado?" (Cf.
Ex 20,8-11).
• Lucas 6,3-4: La respuesta de Jesús.
Inmediatamente, Jesús responde recordando que el mismo David hizo también cosas
prohibidas, pues tiró los panes sagrados del templo y los dio de comer a los
soldados que tenían hambre (1 Sam 21,2-7). Jesús conocía la Biblia y la
invocaba para mostrar que los argumentos de los demás no tenían fundamento. En
Mateo, la respuesta de Jesús es más completa. No sólo invoca la historia de
David, sino que suscita también la legislación que permite que los sacerdotes
trabajen el sábado y cita la frase del profeta Oseas: “Misericordia quiero y no
sacrificio”. Cita un texto histórico, un texto legislativo y un texto profético
(cf. Mt 12,1-18). En aquel tiempo, no había Biblias impresas como tenemos hoy
en día. En cada comunidad sólo había una única Biblia, escrita a mano, que
quedaba en la sinagoga. Si Jesús conocía tan bien la Biblia, es señal de que
él, durante los 30 años de su vida en Nazaret, tiene que haber participado
intensamente en la vida de la comunidad, donde todos los sábados se leían las
Escrituras. Nos falta mucho a nosotros para que tengamos esa misma familiaridad
con la Biblia y la misma participación en la comunidad.
• Lucas 6,5: La conclusión para todos
nosotros. Y Jesús termina con esta frase: ¡El Hijo del Hombre es señor del
sábado! Jesús, como hijo de Hombre que vive en la intimidad con Dios, descubre
el sentido de la Biblia, no de fuera a dentro, sino de dentro a fuera, esto es,
descubre el sentido a partir de la raíz, a partir de su intimidad con el autor
de la Biblia que es Dios mismo. Por esto, se dice señor del sábado. En el
evangelio de Marcos, Jesús relativiza la ley del sábado diciendo: “El hombre
está hecho por el sábado, y no el sábado por el hombre” (Mc 2,27).
4) Para la reflexión
personal
• ¿Cómo pasas el domingo, nuestro
sábado? ¿Vas a misa por obligación, para evitar el pecado o para estar con
Dios?
• Jesús conocía la Biblia casi de
memoria. ¿Y yo? ¿Qué representa la Biblia para mí?
5) Oración final
¡Que mi boca alabe al Señor
que bendigan los vivientes su Nombre
sacrosanto para siempre jamás! (Sal
145,21)
Orden de los
Carmelitas