miércoles, 14 de septiembre de 2016

Busca a Cristo hoy. ¡Mañana pueda ser muy tarde!

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar la primera lectura de la Santa Misa y el comentario, en este miércoles de la 24ª semana del tiempo ordinario, según la liturgia en América. (En Europa se celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz).

Dios nos bendice...

1 Corintios 12, 31 - 13, 13
Hermanos: Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional. Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden. Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada. Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites. El amor no pasa nunca. El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará. Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño. Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor. 
Comentario


1.1 Hoy dejemos que las palabras del apóstol en el bien conocido capítulo 13 de la Primera Carta a los Corintios nos toquen el alma. Podemos ayudarnos con esta reflexión, cuyo autor desconozco.

1.2 ¿Ayer?... ¡Eso hace tiempo! ¿Mañana?... No nos es permitido saber.

1.3 Mañana puede ser muy tarde... 

Para decir que amas, para decir que perdonas, para decir que disculpas, para decir que quieres intentar nuevamente...
Mañana puede ser muy tarde...

Para pedir perdón, para decir: ¡Discúlpame, el error fue mío... ! 
Tu amor, mañana, puede ser inútil;
Tu perdón, mañana, puede no ser preciso;
Tu regreso, mañana, puede que no sea esperado;
Tu carta, mañana, puede no ser leída;
Tu cariño, mañana, puede no ser más necesario;
Tu abrazo, mañana, puede no encontrar otros brazos...
Porque mañana puede ser muy, muy tarde!
No esperes a mañana para decir: ¡Te amo! ¡Te extraño!, ¡Perdóname!,
¡Discúlpame! ¡Esta flor es para ti!, ¡Te ves muy bien hoy! 
No dejes para mañana Tu sonrisa, Tu abrazo, Tu cariño, Tu trabajo, Tu sueño, Tu ayuda...

No dejes para mañana para preguntar: ¿Puedo ayudarte? ¿Por qué estás triste? ¿Qué te pasa? ¡Oye!... ven aquí, vamos a conversar: ¿Dónde está tu sonrisa? ¿Aún me das la oportunidad? ¿Por qué no empezamos nuevamente? Estoy contigo. ¿Sabes que puedes contar conmigo? ¿Dónde están tus sueños?

Recuerda: ¡Mañana puede ser tarde... muy tarde! ¡Busca!, ¡Pide!, ¡Insiste!, ¡Intenta una vez más! ¡Solamente el "hoy" es definitivo! ¡Mañana puede ser tarde... muy tarde!
Busca a Cristo hoy. ¡Mañana pueda ser muy tarde!

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