¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este viernes de la
feria privilegiada de Adviento.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS 1,
39-45
Lectio:
Viernes, 21 diciembre,
2018
1) Oración inicial
Escucha, Señor, la oración
de tu pueblo, alegre por la venida de tu Hijo en carne mortal, y haz que cuando
vuelva en su gloria, al final de los tiempos, podamos alegrarnos de escuchar de
sus labios la invitación a poseer el reino eterno. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según
Lucas 1,39-45
En aquellos días, se puso
en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de
Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto oyó Isabel el
saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel quedó llena de
Espíritu Santo y exclamó a gritos: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el
fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor?
Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en
mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron
dichas de parte del Señor!»
3) Reflexión
• Lucas acentúa la prontitud de María en servir, en
ser sierva. El ángel habla del embarazo de Isabel e, inmediatamente
María se dirige de prisa a su casa para ayudarla. De Nazaret hasta la casa de
Isabel hay una distancia de más de 100 Km., cuatro días de viaje, ¡como mínimo!
No había ni bus, ni tren. María empieza a servir y a cumplir
su misión a favor del pueblo de Dios.
• Isabel representa el Antiguo Testamento que estaba
terminando. María representa el Nuevo que está empezando. El Antiguo Testamento
acoge el Nuevo con gratitud y confianza, reconociendo en ello el don gratuito
de Dios que viene a realizar y a completar la expectativa de la gente. En el
encuentro de las dos mujeres se manifiesta el don del Espíritu. La criatura
salta de alegría en el seno de Isabel. Esta es la lectura de fe que Isabel hace
de las cosas de la vida.
• La Buena Nueva de Dios revela su presencia en las cosas más comunes de la vida humana: dos mujeres se visitan para ayudarse mutuamente. Visita, alegría, embarazo, niños, ayuda mutua, casa, familia: en esto Lucas quiere que las comunidades y todos nosotros percibamos y descubramos la presencia de Dios.
• La Buena Nueva de Dios revela su presencia en las cosas más comunes de la vida humana: dos mujeres se visitan para ayudarse mutuamente. Visita, alegría, embarazo, niños, ayuda mutua, casa, familia: en esto Lucas quiere que las comunidades y todos nosotros percibamos y descubramos la presencia de Dios.
• Isabel dice a
María: “¡Bendita eres tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto
de tu vientre!” Hasta hoy, estas palabras forman parte del salmo más
conocido y más rezado en el mundo entero, que es el Dios te salve María.
• "¡Dichosa por haber creído que de cualquier manera se cumplirán las promesas del Señor!”. Es el elogio de Isabel a María y lo que recuerda Lucas a las comunidades: creer en la Palabra de Dios, pues la Palabra de Dios tiene la fuerza para realizar todo aquello que nos dice. Es Palabra creadora. Engendra vida en el seno de la virgen, en el seno de la gente pobre que la acoge con fe.
• María e Isabel se conocían
ya. Y sin embargo, en este encuentro, descubren, la una en la otra, un misterio
que aún no conocían y que las llenó de mucha alegría. Hoy también encontramos a
personas que nos sorprenden con la sabiduría que poseen y con el testimonio de
fe que nos dan. ¿Te ha sucedido algo parecido? ¿Has encontrado a personas que
te han sorprendido? ¿Qué me impide descubrir y vivir la alegría de la presencia
de Dios en nuestra vida?
• La actitud de María ante
la Palabra expresa el ideal que Lucas quiere comunicar a las Comunidades: no
encerrarse en ellas mismas, sino salir de casa, estar atentas a las necesidades
concretas de las personas, y tratar de ayudar a los demás en la medida de las
necesidades.
4) Para la reflexión
personal
• Colocándome en la
posición de María e Isabel: ¿soy capaz de percibir y experimentar la presencia
de Dios en las cosas sencillas y comunes de la vida de cada día?
• El elogio de Isabel a
María: “¡Has creído!” Su marido tuvo problema en creer lo que el ángel le
decía. ¿Y yo?
5) Oración final
Esperamos anhelantes al
Señor,
Él es nuestra ayuda y nuestro escudo;
en Él nos alegramos de corazón
y en su santo Nombre confiamos. (Sal 33,20-21)
Él es nuestra ayuda y nuestro escudo;
en Él nos alegramos de corazón
y en su santo Nombre confiamos. (Sal 33,20-21)
Orden de los Carmelitas