Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes en que celebramos la memoria de
Santa María Virgen, Madre de la Iglesia. Que
ella interceda por nosotros. Amén.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Mateo 5,1-12
Lectio
Lunes, 10 Junio ,
2019
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, fuente de
todo bien, escucha sin cesar nuestras súplicas; y concédenos, inspirados por
ti, pensar lo que es recto y cumplirlo con tu ayuda. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
santo Evangelio según Mateo 5,1-12
Viendo la muchedumbre,
subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y, tomando la
palabra, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los
pobres de espíritu,
porque de ellos es el
Reino de los Cielos.
Bienaventurados los
mansos,
porque ellos poseerán
en herencia la tierra.
Bienaventurados los
que lloran,
porque ellos serán
consolados.
Bienaventurados los
que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos serán
saciados.
Bienaventurados los
misericordiosos,
porque ellos
alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los
limpios de corazón,
porque ellos verán a
Dios.
Bienaventurados los
que trabajan por la paz,
porque ellos serán
llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los
perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el
Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis
cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra
vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será
grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores
a vosotros.
3) Reflexión
• A partir de hoy,
inicio de la 10ª Semana del Tiempo Ordinario, hasta final de la 21ª Semana del
Tiempo Ordinario, los evangelios estarán sacados del evangelio de Mateo. A
partir del inicio de la 22ª Semana del Tiempo Ordinario, hasta fin del año
litúrgico, estarán sacados del evangelio de Lucas.
• En el Evangelio de
Mateo, escrito para las comunidades de judíos convertidos de Galilea y Siria,
Jesús es presentado como el nuevo Moisés, el nuevo legislador. En el AT la Ley
de Moisés fue codificada en cinco libros: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y
Deuteronomio. Imitando el modelo antiguo, Mateo presenta la Nueva Ley en cinco
grandes Sermones dispersos en el evangelio: a) el Sermón del Monte (Mt 5,1 a
7,29); b) el Sermón de la Misión (Mt 10,1-42); c) El Sermón de las Parábolas
(Mt 13,1-52); d) el Sermón de la Comunidad (Mt 18,1-35); e) El Sermón del
Futuro del Reino (Mt 24,1 a 25,46). Las partes narrativas, intercaladas entre
los cinco Sermones, describen la práctica de Jesús y muestran como él observaba
la nueva Ley y la encarnaba en su vida.
• Mateo 5,1-2: El
solemne anuncio de la Nueva Ley. De acuerdo con el contexto del evangelio de
Mateo, en el momento en que Jesús pronunció el Sermón del Monte, había apenas
cuatro discípulos con él (cf. Mt 4,18-22). Poca gente. Pero una multitud
inmensa le seguía (Mt 4,25). En el AT, Moisés subió al Monte Sinaí para recibir
la Ley de Dios. Al igual que Moisés, Jesús sube al Monte y, mirando a la
multitud, proclama la Nueva Ley. Es significativo : Es significativa la manera
solemne como Mateo introduce la proclamación de la Nueva Ley: “Viendo la
muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y,
tomando la palabra, les enseñaba diciendo:«Bienaventurados los pobres de
espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.” Las ocho Bienaventuranzas
forman una solemne apertura del “Sermón de la Montaña”. En ellas Jesús define
quien puede ser considerado bienaventurado, quien puede entrar en el Reino. Son
ochos categorías de personas, ocho puertas para entrar en el Reino, para la Comunidad.
¡No hay otras entradas! Quien quiere entrar en el Reino tendrá que
identificarse por lo menos con una de estas categorías.
• Mateo 5,3:
Bienaventurados los pobres de espíritu. Jesús reconoce la riqueza y el valor de
los pobres (Mt 11,25-26). Define su propia misión como la de “anunciar la Buena
Nueva a los pobres” (Lc 4,18). El mismo, vive como pobre. No posee nada para
sí, ni siquiera una piedra donde reclinar la cabeza (Mt 8,20). Y a quien quiere
seguirle manda escoger:¡o Dios, o el dinero! (Mt 6,24). En el evangelio de
Lucas se dice: “¡Bienaventurados los pobres!” (Lc 6,20). Entonces, ¿quién es
“pobre de espíritu”? Es el pobre que tiene el mismo espíritu que animó a Jesús.
No es el rico. Ni es el pobre como mentalidad de rico. Es el pobre que, como
Jesús, piensa en los pobres y reconoce su valor. Es el pobre que dice: “Pienso
que el mundo será mejor cuando el menor que padece piensa en el menor”.
1. Bienaventurados los
pobres de espíritu => de ellos es el Reino de los Cielos
2. Bienaventurados los
mansos => heredarán la tierra
3. Bienaventurados los
que lloran => serán consolados
4. Bienaventurados los
que tienen hambre y sed de la justicia => serán saciados
5. Bienaventurados los
misericordiosos => obtendrán misericordia
6. Bienaventurados los
limpios de corazón => verán a Dios
7. Bienaventurados los
que trabajan por la paz => serán hijos de Dios
8. Bienaventurados los
perseguidos por causa de la justicia => de ellos es el Reino de los Cielos
• Mateo 5,4-9: El
nuevo proyecto de vida. Cada vez que en la Biblia se intenta renovar la
Alianza, se empieza estableciendo el derecho de los pobres y de los excluidos.
Sin esto, ¡la Alianza no se rehace! Así hacían los profetas, así hace Jesús. En
las bienaventuranzas, anuncia al pueblo el nuevo proyecto de Dios que acoge a
los pobres y a los excluidos. Denuncia el sistema que ha excluido a los pobres
y que persigue a los que luchan por la justicia. La primera categoría de los
“pobres en espíritu” y la última categoría de los “perseguidos por causa de la
justicia” reciben la misma promesa del Reino de los Cielos. Y la reciben desde
ahora, en el presente, pues Jesús dice “¡de ellos es el Reino!” El Reino ya
está presente en su vida. Entre la primera y la última categoría, hay tres
otras categorías de personas que reciben la promesa del Reino. En estos tres
dúos transpare el nuevo proyecto de vida que quiere reconstruirla en su
totalidad a través de un nuevo tipo de relaciones: con los bienes materiales
(1er dúo); con las personas entre sí (2º dúo); con Dios (3er dúo). La comunidad
cristiana debe ser una muestra de este Reino, un lugar donde el Reino empieza a
tomar forma desde ahora.
• Los tres: Primera
dúo: los mansos y los que lloran: Los mansos son los pobres de los que habla el
salmo 37. Se les quitó su tierra y la van a heredar de nuevo (Sal 37,11; cf Sal
37.22.29.34). Los afligidos son los que lloran ante la injusticia en el mundo y
entre la gente (cf. Sl 119,136; Ez 9,4; Tob 13,16; 2Pd 2,7). Estas dos
bienaventuranzas quieren reconstruir la relación con los bienes materiales: la
posesión de la tierra y el mundo reconciliado.
Segundo dúo: los que
tienen hambre y sed de justicia y los misericordiosos. Lo que tienen hambre y
sed de justicia son los que desean renovar la convivencia humana, para que esté
de nuevo de acuerdo con las exigencias de la justicia. Los misericordiosos son
los que tienen el corazón en la miseria de los otros porque quieren eliminar
las desigualdades entre los hermanos y las hermanas. Estas dos bienaventuranzas
quieren reconstruir la relación entre las personas mediante la práctica de la
justicia y de la solidaridad.
Tercer dúo: los puros
de corazón y los pacíficos: Los puros de corazón son los que tienen una mirada
contemplativa que les permite percibir la presencia de Dios en todo. Los que
promueven la paz serán llamados hijos de Dios, porque se esfuerzan para que la
nueva experiencia de Dios pueda penetrar en todo y realice la integración de
todo . Estas dos bienaventuranzas quieren reconstruir la relación con Dios: ver
la presencia actuante de Dios en todo y ser llamado hijo e hija de Dios.
• Mateo 5,10-12: Los
perseguidos por causa de la justicia y del evangelio. Las bienaventuranzas
dicen exactamente lo contrario de lo que dice la sociedad en la que vivimos. En
ésta, el perseguido por la justicia es considerado como un infeliz. El pobre es
un infeliz. Feliz es el que tiene dinero y puede ir al supermercado y gastar
según su voluntad. Los infelices son los pobres, los que lloran. En la
televisión, las novelas divulgan este mito de la persona feliz y realizada. Y
sin darnos cuenta, las telenovelas se vuelven el patrón de vida para muchos de
nosotros. ¿Quizás si en nuestra sociedad todavía hay lugar para estas palabras
de Jesús: “¡Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia y del
evangelio! ¡Felices los pobres! ¡Felices los que lloran!”? Y para mí que soy
cristiano y cristiana, de hecho ¿quién es feliz?
4) Para la reflexión
personal
•
Todos queremos ser felices. ¡Todos y todas! Pero ¿somos realmente felices? Por
qué sí? ¿Por qué no? ¿Cómo entender que una persona puede ser pobre y feliz al
mismo tiempo?
•
¿Cuáles son los momentos en tu vida en que te has sentidor realmente feliz?
¿Era una felicidad como la que fue proclamada por Jesús en las
bienaventuranzas, o era de otro tipo?
5) Oración final
Alzo mis ojos a los
montes,
¿de dónde vendrá mi
auxilio?
Mi auxilio viene del Señor,
que hizo el cielo y la
tierra. (Sal 121,1-2)
Orden
de los Carmelitas