¡Amor y paz!
Leemos hoy varias recomendaciones breves de Jesús
sobre el escándalo, el perdón y la fe.
Sobre el escándalo dice palabras muy duras: el que
escandaliza a los débiles -o sea, el que les hace caer, el que les sirve de
tropiezo- más le valdría que lo arrojaran al fondo del mar. Además nos enseña a
tener corazón generoso y saber perdonar al hermano, hasta siete veces en un
día.
Los apóstoles, un poco asustados de un estilo tan
exigente de vida, le piden a Jesús que aumente su fe.
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio
y el comentario, en este lunes de la 32ª semana del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga..
Evangelio según San Lucas 17,1-6.
Jesús dijo a sus discípulos: "Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños. Por lo tanto, ¡tengan cuidado! Si tu hermano peca, repréndelo, y si se arrepiente, perdónalo. Y si peca siete veces al día contra ti, y otras tantas vuelve a ti, diciendo: 'Me arrepiento', perdónalo". Los Apóstoles dijeron al Señor: "Auméntanos la fe". El respondió: "Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, y dijeran a esa morera que está ahí: 'Arráncate de raíz y plántate en el mar', ella les obedecería."
Comentario
En los tres aspectos –escándalo, perdón y fe--- podemos
aplicar el pensamiento de Jesús a nuestra vida.
Podemos ser ocasión de escándalo para los demás,
con nuestra conducta. No somos islas. Influimos en bien o en mal en los que
conviven con nosotros. Si hay personas débiles, que a duras penas tienen ánimos
para ser fieles, y nos ven a nosotros claudicar, contribuimos a que también
ellas caigan.
Si no acudo a la oración de la comunidad, también
otros se sentirán dispensados y no irán. Al revés, si participo, a otros les
estoy dando ánimos para que no falten. Y quien dice de la oración, dice de la
conducta moral: si una familia está dando testimonio de vivir en cristiano,
contra corriente de la mayoría, está influyendo en los ánimos de los demás.
Mientras que, si cede a los criterios de este mundo, también a otros se les
debilitarán los argumentos y fallarán.
La corrección fraterna, que es un buen acto de
caridad si se realiza con delicadeza y amor, tiene que conjugarse con el saber
perdonar y con el tener un corazón generoso. A todos nos cuesta perdonar. Se
nos da mucho mejor lo de juzgar, condenar y echar en cara. Jesús nos dice que
tenemos que saber perdonar, aunque se repita el motivo siete veces en un día.
Desde luego, para cumplir esto, tendremos que
decirle al Señor, como los apóstoles: "Auméntanos la fe". Tendremos
que rezar fuerte y apoyarnos en la gracia de Dios. Porque con criterios
meramente humanos no tendremos fuerzas para evitar todo escándalo y para
cumplir lo del perdón al hermano.
Cuando, preparándonos a comulgar, rezamos en el
Padrenuestro lo de "perdónanos como nosotros perdonamos", nos parece
imposible. Pero con la fuerza de la Eucaristía sí podrá suceder que a lo largo
del día perdonemos al hermano. Que será algo tan sorprendente, al menos, como
lo de la morera trasplantada al mar.
J.
ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997. Págs. 266-270
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997. Págs. 266-270