¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este sábado en que
celebramos la memoria de los Santos Timoteo y Tito.
Dios nos bendice...
Evangelio según San Lucas
10,1-9.
El Señor designó a otros
setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las
ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: "La
cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los
sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como
a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni
alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el camino.
Al entrar en una casa,
digan primero: '¡Que descienda la paz sobre esta casa!'.
Y si hay allí alguien
digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario, volverá a
ustedes.
Permanezcan en esa misma
casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el que trabaja merece su
salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde
entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan;
curen a sus enfermos y
digan a la gente: 'El Reino de Dios está cerca de ustedes'."
Extraído de la Biblia:
Libro del Pueblo de Dios.
Comentario
«Timoteo y Tito difunden
la fe de los apóstoles por el mundo»
Se le llama «católica»
porque está difundida por todo el orbe desde unos confines a otros de la tierra
y puesto que enseña de modo completo, y sin que falte nada, todos los dogmas
que los hombres deben conocer sobre las cosas visibles e invisibles,
celestiales y terrenas. Y también porque ha sometido al culto recto a toda
clase de hombres, príncipes y hombres comunes, doctos e inexpertos. Y
finalmente porque sana y cura toda clase de pecados que se cometen con el alma
y el cuerpo. Ella (la Iglesia) posee todo género de virtud, cualquiera que sea
su nombre, en hechos y en palabras y en dones espirituales de cualquier
especie.
«Iglesia» es una denominación muy
adecuada porque convoca a todos y los reúne conjuntamente, como dice el Señor
en el Levítico: «Congrega a toda la comunidad a la entrada de la Tienda del
Encuentro» (Lev 8, 3).... Y en el Deuteronomio dice Dios a Moisés: «Reúne al
pueblo para que yo les haga oír mis palabras a fin de que aprendan a temerme»
(Dt 9, 10)...También el salmista dice: «Te daré gracias en la gran asamblea, te
alabaré entre un pueblo copioso» (Sal 35, 18).
Pero, si tenía que ser así, por causa
de las insidias tramadas contra el Salvador quedaron los judíos privados de la
gracia y Dios edificó una segunda Iglesia, formada partiendo de los gentiles,
nuestra santa Iglesia de los cristianos, acerca de la cual dijo a Pedro: «Y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella» (Mt 16, 8)... Fue rechazada, pues, la que estaba en
la tierra de los judíos. Pero por todo el mundo se multiplican las Iglesias de
Cristo, de las cuales está escrito en los Salmos: «¡Cantad a Dios un cántico
nuevo: su alabanza en la asamblea de sus fieles!» (Sal 149, 1)... Y de esta
misma santa Iglesia católica escribe Pablo a Timoteo: «... para que sepas cómo
hay que portarse en la casa de Dios vivo, columna y fundamento de la verdad» (I
Tim 3, 15).
San Cirilo de Jerusalén
(313-350)
obispo de Jerusalén,
doctor de la Iglesia
Bautismal n° 18, § 23-25
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