¡Amor y paz!
Los invito, hermanos a leer y meditar el Evangelio, a la manera
de la lectio divina, en este lunes de la 10ª semana del tiempo ordinario, ciclo
A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Mateo
5,1-12
Lectio
Lunes, 8 Junio , 2020
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, fuente de todo bien, escucha sin cesar nuestras súplicas; y
concédenos, inspirados por ti, pensar lo que es recto y cumplirlo con tu ayuda.
Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Mateo 5,1-12
Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le
acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo:
«Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.
«Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que trabajan por la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.
3) Reflexión
• A partir de hoy, inicio de la 10ª Semana del Tiempo Ordinario, hasta
final de la 21ª Semana del Tiempo Ordinario, los evangelios estarán sacados del
evangelio de Mateo. A partir del inicio de la 22ª Semana del Tiempo Ordinario,
hasta fin del año litúrgico, estarán sacados del evangelio de Lucas.
• En el Evangelio de Mateo, escrito para las comunidades de judíos
convertidos de Galilea y Siria, Jesús es presentado como el nuevo Moisés, el
nuevo legislador. En el AT la Ley de Moisés fue codificada en cinco libros:
Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Imitando el modelo antiguo,
Mateo presenta la Nueva Ley en cinco grandes Sermones dispersos en el
evangelio: a) el Sermón del Monte (Mt 5,1 a 7,29); b) el Sermón de la Misión
(Mt 10,1-42); c) El Sermón de las Parábolas (Mt 13,1-52); d) el Sermón de la
Comunidad (Mt 18,1-35); e) El Sermón del Futuro del Reino (Mt 24,1 a 25,46).
Las partes narrativas, intercaladas entre los cinco Sermones, describen la
práctica de Jesús y muestran como él observaba la nueva Ley y la encarnaba en
su vida.
• Mateo 5,1-2: El solemne anuncio de la Nueva Ley. De acuerdo con el
contexto del evangelio de Mateo, en el momento en que Jesús pronunció el Sermón
del Monte, había apenas cuatro discípulos con él (cf. Mt 4,18-22). Poca gente.
Pero una multitud inmensa le seguía (Mt 4,25). En el AT, Moisés subió al Monte
Sinaí para recibir la Ley de Dios. Al igual que Moisés, Jesús sube al Monte y,
mirando a la multitud, proclama la Nueva Ley. Es significativo : Es
significativa la manera solemne como Mateo introduce la proclamación de la
Nueva Ley: “Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos
se le acercaron. Y, tomando la palabra, les enseñaba diciendo:«Bienaventurados
los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.” Las ocho
Bienaventuranzas forman una solemne apertura del “Sermón de la Montaña”. En
ellas Jesús define quien puede ser considerado bienaventurado, quien puede
entrar en el Reino. Son ochos categorías de personas, ocho puertas para entrar
en el Reino, para la Comunidad. ¡No hay otras entradas! Quien quiere entrar en
el Reino tendrá que identificarse por lo menos con una de estas categorías.
• Mateo 5,3: Bienaventurados los pobres de espíritu. Jesús reconoce la
riqueza y el valor de los pobres (Mt 11,25-26). Define su propia misión como la
de “anunciar la Buena Nueva a los pobres” (Lc 4,18). El mismo, vive como pobre.
No posee nada para sí, ni siquiera una piedra donde reclinar la cabeza (Mt
8,20). Y a quien quiere seguirle manda escoger:¡o Dios, o el dinero! (Mt 6,24).
En el evangelio de Lucas se dice: “¡Bienaventurados los pobres!” (Lc 6,20).
Entonces, ¿quién es “pobre de espíritu”? Es el pobre que tiene el mismo
espíritu que animó a Jesús. No es el rico. Ni es el pobre como mentalidad de
rico. Es el pobre que, como Jesús, piensa en los pobres y reconoce su valor. Es
el pobre que dice: “Pienso que el mundo será mejor cuando el menor que padece
piensa en el menor”.
1. Bienaventurados los pobres de espíritu => de ellos es el
Reino de los Cielos
2. Bienaventurados los mansos => heredarán la tierra
3. Bienaventurados los que lloran => serán consolados
4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia => serán saciados
5. Bienaventurados los misericordiosos => obtendrán misericordia
6. Bienaventurados los limpios de corazón => verán a Dios
7. Bienaventurados los que trabajan por la paz => serán hijos de Dios
8. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia => de ellos es el Reino de los Cielos
2. Bienaventurados los mansos => heredarán la tierra
3. Bienaventurados los que lloran => serán consolados
4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia => serán saciados
5. Bienaventurados los misericordiosos => obtendrán misericordia
6. Bienaventurados los limpios de corazón => verán a Dios
7. Bienaventurados los que trabajan por la paz => serán hijos de Dios
8. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia => de ellos es el Reino de los Cielos
• Mateo 5,4-9: El nuevo proyecto de vida. Cada vez que en la Biblia se
intenta renovar la Alianza, se empieza estableciendo el derecho de los pobres y
de los excluidos. Sin esto, ¡la Alianza no se rehace! Así hacían los profetas,
así hace Jesús. En las bienaventuranzas, anuncia al pueblo el nuevo proyecto de
Dios que acoge a los pobres y a los excluidos. Denuncia el sistema que ha
excluido a los pobres y que persigue a los que luchan por la justicia. La
primera categoría de los “pobres en espíritu” y la última categoría de los
“perseguidos por causa de la justicia” reciben la misma promesa del Reino de los
Cielos. Y la reciben desde ahora, en el presente, pues Jesús dice “¡de ellos es
el Reino!” El Reino ya está presente en su vida. Entre la primera y la última
categoría, hay tres otras categorías de personas que reciben la promesa del
Reino. En estos tres dúos transpare el nuevo proyecto de vida que quiere
reconstruirla en su totalidad a través de un nuevo tipo de relaciones: con los
bienes materiales (1er dúo); con las personas entre sí (2º dúo); con Dios (3er
dúo). La comunidad cristiana debe ser una muestra de este Reino, un lugar donde
el Reino empieza a tomar forma desde ahora.
• Los tres: Primera dúo: los mansos y los que lloran: Los mansos son
los pobres de los que habla el salmo 37. Se les quitó su tierra y la van a
heredar de nuevo (Sal 37,11; cf Sal 37.22.29.34). Los afligidos son los que
lloran ante la injusticia en el mundo y entre la gente (cf. Sl 119,136; Ez 9,4;
Tob 13,16; 2Pd 2,7). Estas dos bienaventuranzas quieren reconstruir la relación
con los bienes materiales: la posesión de la tierra y el mundo reconciliado.
Segundo dúo: los que tienen hambre y sed de justicia y los
misericordiosos. Lo que tienen hambre y sed de justicia son los que desean
renovar la convivencia humana, para que esté de nuevo de acuerdo con las
exigencias de la justicia. Los misericordiosos son los que tienen el corazón en
la miseria de los otros porque quieren eliminar las desigualdades entre los
hermanos y las hermanas. Estas dos bienaventuranzas quieren reconstruir la
relación entre las personas mediante la práctica de la justicia y de la
solidaridad.
Tercer dúo: los puros de corazón y los pacíficos: Los puros de corazón
son los que tienen una mirada contemplativa que les permite percibir la
presencia de Dios en todo. Los que promueven la paz serán llamados hijos de Dios,
porque se esfuerzan para que la nueva experiencia de Dios pueda penetrar en
todo y realice la integración de todo . Estas dos bienaventuranzas quieren
reconstruir la relación con Dios: ver la presencia actuante de Dios en todo y
ser llamado hijo e hija de Dios.
• Mateo 5,10-12: Los perseguidos por causa de la justicia y del
evangelio. Las bienaventuranzas dicen exactamente lo contrario de lo que dice
la sociedad en la que vivimos. En ésta, el perseguido por la justicia es
considerado como un infeliz. El pobre es un infeliz. Feliz es el que tiene
dinero y puede ir al supermercado y gastar según su voluntad. Los infelices son
los pobres, los que lloran. En la televisión, las novelas divulgan este mito de
la persona feliz y realizada. Y sin darnos cuenta, las telenovelas se vuelven
el patrón de vida para muchos de nosotros. ¿Quizás si en nuestra sociedad
todavía hay lugar para estas palabras de Jesús: “¡Bienaventurados los
perseguidos por causa de la justicia y del evangelio! ¡Felices los pobres!
¡Felices los que lloran!”? Y para mí que soy cristiano y cristiana, de hecho
¿quién es feliz?
4) Para la reflexión personal
• Todos queremos ser felices. ¡Todos y todas! Pero ¿somos realmente
felices? Por qué sí? ¿Por qué no? ¿Cómo entender que una persona puede ser pobre
y feliz al mismo tiempo?
• ¿Cuáles son los momentos en tu vida en que te has sentidor realmente feliz?
¿Era una felicidad como la que fue proclamada por Jesús en las
bienaventuranzas, o era de otro tipo?
5) Oración final
Alzo mis ojos a los montes,
¿de dónde vendrá mi auxilio?
Mi auxilio viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. (Sal 121,1-2)
¿de dónde vendrá mi auxilio?
Mi auxilio viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. (Sal 121,1-2)
Orden de los Carmelitas