lunes, 10 de octubre de 2016

¿Qué señales pides tú a Dios?

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y ,meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes de la 28ª semana del Tiempo Ordinario.

Dios nos bendice...

Evangelio según San Lucas 11,29-32. 
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: "Esta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay alguien que es más que Jonás.  
Comentario

La lógica de Jesús es difícil de entender y aceptar. Uno esperaría que Jesús fuera incondicional con su gente y les diera lo que le exigen. Pero Jesús reta a ver que Dios puede actuar fuera del pueblo escogido.

En el evangelio Jesús nos informa que las señales y manifestaciones de Dios se dan en personas (y culturas) que no son del pueblo escogido. ¿Acaso está Dios privilegiando a los ninivitas y a la reina del sur? La respuesta es un rotundo si, porque dichos habitantes escucharon el mensaje de los profetas y se convirtieron, sin “señales milagrosas”.

La romería que sigue a Jesús, lo sigue sin fe; solo se mueve por un ávido deseo de ver “cosas extraordinarias”. Jesús los confronta: esa manera de entenderlo y seguirlo solo les acarreará, juicio y sentencia.

Nuestro seguimiento a Jesús y amor a Dios, frecuentemente exige señales portentosas, y signos extraordinarios. Nuestros rezos y ritos, a menudo, buscan controlar y manipular a Dios, a que nos “cumpla” lo que necesitamos. Esta manera de entender nuestra fe, debe ser madurada e iluminada con los criterios del evangelio. Es importante ver y descubrir a Dios en lo sencillo, y simple de la vida. El actuar y la presencia de Dios se hace visible ante una fe vivida desde “abajo”, desde la insignificancia. ¿Qué señales pides tú a Dios?

Servicio Bíblico Latinoamericano Koinonía