sábado, 27 de noviembre de 2021

Estén prevenidos y oren incesantemente

¡Amor y paz!

 

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este sábado de la 34 semana del Tiempo Ordinario, ciclo B, último día del año litúrgico.

 

Dios nos bendice...,

 

PRIMERA LECTURA

 

Lectura de la profecía de Daniel   7, 15-27

 

Yo, Daniel, quedé profundamente turbado en mi espíritu, y las visiones de mi imaginación me llenaron de espanto. Me acerqué a uno de los que estaban de pie y le pregunté la verdad acerca de todo aquello.

El me habló y me hizo conocer la interpretación de las cosas. «Esos cuatro animales enormes son cuatro reyes que se alzarán de la tierra; y los Santos del Altísimo recibirán la realeza, y la poseerán para siempre, por los siglos de los siglos.»

Entonces quise saber la verdad acerca del cuarto animal, que era diferente de todos los demás, extremadamente terrible, y que tenía dientes de hierro y garras de bronce: el que devoraba, trituraba y pisoteaba el resto con las patas; y también acerca de los diez cuernos de su cabeza, y del otro cuerno que se había elevado y ante el cual habían caído tres; es decir, el cuerno que tenía ojos y una boca que hablaba con insolencia, y que parecía más grande que los otros. Yo miraba, y este cuerno hacía la guerra a los Santos del Altísimo y prevalecía sobre ellos, hasta que vino el Anciano, se hizo justicia a los Santos del Altísimo y llegó el momento en que los Santos entraron en posesión de la realeza.

El habló así: «En lo que respecta al cuarto animal, habrá sobre la tierra un cuarto reino, diferente de todos los reinos: él devorará toda la tierra, la pisoteará y la triturará. En cuanto a los diez cuernos, de este reino surgirán diez reyes, y otro surgirá después de ellos: será diferente de los anteriores y abatirá a tres reyes. Hablará contra el Altísimo y maltratará a los Santos del Altísimo. Tratará de cambiar los tiempos festivos y la Ley, y los Santos serán puestos en sus manos por un tiempo, dos tiempos y la mitad de un tiempo.

Pero luego se sentará el tribunal, y a ese rey se le quitará el dominio, para que sea destruido y aniquilado definitivamente. Y la realeza, el dominio y la grandeza de todos los reinos bajo el cielo serán entregados al pueblo de los Santos del Altísimo. Su reino es un reino eterno, y todos los imperios lo servirán y le obedecerán.»

 

Palabra de Dios.

 

SALMO     

 

Dn 3, 82. 83. 84. 85. 86. 87

 

Todos los hombres, bendigan al Señor.

 

R.        ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!

Israel, bendice al Señor.

R.        ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!

Sacerdotes del Señor, bendigan al Señor.

R.        ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!

Servidores del Señor, bendigan al Señor.

R.        ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!

Espíritus y almas de los justos, bendigan al Señor.

R.        ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!

Santos y humildes de corazón, bendigan al Señor.

R.        ¡Alábenlo y glorifíquenlo eternamente!

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas  21, 34-36

 

Jesús dijo a sus discípulos:

«Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra.

Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre.»

 

Palabra del Señor.

 

PARA REFLEXIONAR

  • Continúa la visión que empezamos a leer ayer de la gigantesca lucha entre las fuerzas del Bien y las fuerzas del Mal que terminará con el triunfo de los Santos sobre las bestias malhechoras. Se trata sobre todo de una interpretación «religiosa» de toda la historia humana.
  • El libro está escrito para que lo lean los que sufren la persecución de Antíoco, en tiempos de los Macabeos, en el siglo I. 
  • A Daniel le preocupa saber el sentido de las cuatro bestias, sobre todo la cuarta, la última, la más terrible, que parece que lucha contra los santos y los derrota.
  • El autor quiere infundir esperanza, para que nadie crea que Antíoco, símbolo de la paganización de las costumbres, que ha querido «aniquilar a los santos y cambiar el calendario y la ley», va a tener la última palabra.
  • Lo importante es que Dios sale victorioso en la lucha contra el mal. Y los que han sido fieles, reciben la corona de la gloria. Se trata del anuncio del «Mesías», todos los exegetas afirman unánimemente este punto.
  • El plan de Dios consiste en que un «Pueblo de Santos» recibirá la realeza conferida al «Hijo del Hombre».
  • La historia es una historia accidentada y tumultuosa, y la santidad es un «combate». Los «triunfos de Dios» no son muy aparentes y a menudo quedan escondidos bajo el triunfo monstruoso de las fuerzas del mal. Las épocas de «mártires» lo saben bien. La época de los Macabeos, la época de Daniel, lo sabían.
  • Son palabras de ánimo, también para los cristianos que estamos intentando seguir los caminos de Dios en medio de las tentaciones, que nos vienen de fuera y de dentro. Incorporados a Cristo Jesús, el Vencedor del mal.

***

  • En el evangelio de hoy, ya no se trata de la cercanía del Reino de Dios, cuyos signos vamos descubriendo a lo largo de la historia, sino de la llegada del Día del Hijo del Hombre. Lucas pone en boca de Jesús un conjunto de advertencias que tratan de contrarrestar todo aquello que puede amenazar la integridad de la comunidad. Jesús pide andar con cuidado. Es un llamado hacia una actitud consciente y responsable. Es necesario impedir  que se nos nuble la mente con el vicio, la bebida y las preocupaciones de la vida y estar despiertos en actitud de oración para tener fuerzas en todo momento. El cristiano necesita estar libre y despierto ante la realidad, necesita tener una actitud orante que le permita discernir la realidad y descubrir los signos de los tiempos.
  • La actitud del cristiano está orientada a permitir la acción de Dios en el mundo mediante la encarnación de los valores que Cristo instauró como ley del Reino. Estar de pie, ante Cristo, es estar  atentos y reconociendo el paso de Dios en medio de las infinitas tareas que nos encomienda la vida y aquello que no es de Dios. No debe importarnos si la venida gloriosa de Jesús está próxima o no: para cada uno está siempre cerca, si miramos con  ojos de fe,  los pequeños o grandes hechos de la vida.
  • Nuestra memoria del gran acontecimiento de la vida y la Pascua de Jesús, la venida gloriosa del Señor y la plenitud de su Reino, son un compromiso con el presente, que nos anima a vivir con intensidad la gran tarea de evangelización y liberación.
  • El día de la Parusía ciertamente es el último día, el día escatológico, el Día del Hijo del Hombre. Pero ese día, desde ya, marca toda la historia de todos los tiempos. Toda la historia está orientada hacia ese día y toda la historia debe estar preparada para vivir ese día. No sabemos si ese día será mañana o en mil años. No lo sabemos y no tiene sentido tratar de saberlo. Nada más insensato el querer adivinar ese día.
  • Lo que nos exige Jesús no es calcular fechas, sino el estar preparados siempre. Las actitudes que nos pide Jesús para ese Día, son actitudes para todos los días. Esta realidad nos urge a una opción. Dónde situarnos en este mundo, de qué lado y con quién. Lo importante es vivir de una determinada manera acorde a lo que esperamos. Además la Parusía de Jesús se vive en cada instante: en la comunidad, en el encuentro con el pobre, en la construcción del Reino de Dios.

 

PARA DISCERNIR

  • ¿Qué cosas me animan a construir el reino?
  • ¿Tengo conciencia de la precariedad de la vida?
  • ¿Descubro la llegada de Dios en los acontecimientos de la vida diaria?

 

ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES

Vicaría de Pastoral