lunes, 9 de junio de 2014

“Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”

¡Amor y paz!

Durante tres meses -de la semana 10ª.  a la  21ª. del Tiempo Ordinario, vamos a seguir diariamente el evangelio de Mateo, después de haber leído durante nueve semanas el de Marcos.

Empezamos en su capítulo 5, con el sermón de la montaña, porque los cuatro primeros -la infancia y la manifestación de Jesús, con la llamada de los primeros discípulos- los escuchamos ya en la Navidad y semanas siguientes.

El sermón de la montaña -capítulos 5-7 de este evangelio- es el primero de los cinco grandes «discursos» que Mateo reproduce en su evangelio, recogiendo así, para bien de sus lectores, las enseñanzas que Jesús dirigió a sus discípulos a lo largo de su ministerio.

Los otros serán el de la misión (cap. 10), las parábolas (cap. 13), las enseñanzas sobre la vida comunitaria (cap. 18) y el discurso escatológico (caps. 24-25).

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este lunes de la 10ª. Semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Mateo 5,1-12.
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.  Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: 
"Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. 
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.  Felices los afligidos, porque serán consolados.  Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.  Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.  Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.  Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.  Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. 
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí. 
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron." 

Comentario

Durante este mes, y al reiniciar el tiempo ordinario, leeremos los capítulos 5, 6 y 7 de San Mateo los cuales contienen la síntesis de lo que es y representa el ser Cristiano.

Mateo ha querido presentar esta enseñanza de Jesús (dicha muy probablemente en diferentes ocasiones y lugares) en una gran catequesis, para que ésta sea como lo fue para los Judíos “la Ley” que rija la vida del cristiano. Por ello nos presenta a Jesús, que como Moisés, sube al “monte” y desde ahí instruye al pueblo.

La catequesis empieza con la palabra “bienaventurados” que puede ser también traducida como “felices” o “dichosos” o quizás como las tres juntas. La palabra en griego “macario” significa una alegría profunda e interior que está relacionada con la paz y el gozo producido por el Espíritu Santo.

Con esta interpretación, resulta paradójico, de acuerdo a los criterios humanos, el decir: Felices los que lloran, felices los pobres, felices los mansos, felices los perseguidos por ser cristiano, etc., sin embargo esta es una realidad, pues la verdadera felicidad, el gozo, la alegría, no están en donde el mundo nos las propone (fiestas, diversiones, etc.), sino en donde Jesús nos lo dice: Solo en él, en llevar una vida auténticamente cristiana.

La felicidad que encontramos en el mundo es pasajera, la que nos ofrece Jesús y el Evangelio es total y duradera, diríamos, definitiva. Si verdaderamente quieres ser un “macario”, lleno de la alegría, la paz y el gozo de Dios, esfuérzate todos los días por vivir de acuerdo al Evangelio.

Que pases un día lleno del amor de Dios.

Como María, todo por Jesús y para Jesús

Pbro. Ernesto María Caro