¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este viernes después
de Epifanía.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS
5,12-16
Lectio:
Viernes, 11 enero,
2019
1) Oración inicial
Dios todopoderoso: tú que
has anunciado al mundo, por medio de la estrella, el nacimiento del Salvador,
manifiéstanos siempre este misterio y haz que cada día avancemos en su
contemplación. Por nuestro Señor. Amen.
2) Lectura
Del santo Evangelio según
Lucas 5,12-16
Estando en una ciudad, se
presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se echó rostro en
tierra y le rogó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.» Él extendió
la mano, le tocó y dijo: «Quiero, queda limpio.» Y al instante le desapareció
la lepra. Le ordenó que no se lo dijera a nadie. Y añadió: «Vete, preséntate al
sacerdote y haz la ofrenda por tu purificación como prescribió Moisés, para que
les sirva de testimonio.»
Su fama se extendía cada vez más y una numerosa multitud afluía para oírle y ser curados de sus enfermedades. Pero él se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba.
Su fama se extendía cada vez más y una numerosa multitud afluía para oírle y ser curados de sus enfermedades. Pero él se retiraba a los lugares solitarios, donde oraba.
3) Reflexión
• Un leproso llega cerca
de Jesús. Era un excluido. Debía vivir alejado de los demás. ¡Quien lo tocara
quedaría impuro! Pero aquel leproso tenía mucho valor. Transgredió las normas
de la religión para poder llegar cerca de Jesús. Dice: Señor si
quieres, puedes limpiarme. O sea: “¡No necesitas tocarme! ¡Basta con
que el Señor quiera para que yo quede sano!” La frase revela dos enfermedades:
1) la enfermedad de la lepra que vuelve a alguien impuro; 2)
la enfermedad de la soledad a la que estaba condenado por la
sociedad y por la religión. Revela también una gran fe del hombre en el poder
de Jesús. Profundamente compadecido, Jesús cura las dos enfermedades. Primero,
para curar la soledad, toca al leproso. Es como si dijera: “Para mí, tú no eres
un excluido. ¡Yo te acojo como hermano¡” Luego, cura la lepra diciendo: ¡Lo
quiero¡ ¡Queda limpio!
• Para poder entrar en
contacto con Jesús, el leproso había transgredido las normas de la ley. Asimismo,
para poder ayudar a aquel excluido y revelarle así un nuevo rostro de Dios,
Jesús no sigue las normas de su religión y toca al leproso. En aquel tiempo,
quien tocaba a un leproso era considerado impuro por las autoridades religiosas
y por la ley de la época.
• Jesús no sólo cura, sino
que además quiere que la persona curada pueda convivir. Reintegra a la persona
en la convivencia. En aquel tiempo, para que un leproso fuera acogido de nuevo
en la comunidad, necesitaba de un certificado de curación de parte de un
sacerdote. Es como hoy. El enfermo sale del hospital sólo con un documento
firmado por el médico de la planta. Jesús obliga al leproso curado a que busque
un documento, para que pueda convivir con normalidad. Obliga a las autoridades
a que reconozcan que el hombre ha sido curado.
• Jesús prohibió al leproso que hablara de la curación. El evangelio de Marcos informa que esta prohibición no fue respetada. El leproso, en cuanto salió, empezó a hablar y a contar detalladamente todo el asunto. Resultó que Jesús ya no podía entrar públicamente en el pueblo; tenía que andar por las afueras, en lugares apartados (Mc 1,45). ¿Por qué? Porque Jesús había tocado al leproso. Por esto, según la opinión de la religión de aquel tiempo, ahora él mismo era un impuro y tenía que vivir apartado de todos. No podía entrar en las ciudades. Y Marcos manifiesta que al pueblo poco le importaban estas normas oficiales, pues de todas partes llegaban a donde él estaba (Mc 1,45). ¡Subversión total!
• El doble mensaje que Lucas
y Marcos dan a las comunidades de su tiempo y a todos nosotros es éste: 1)
anunciar la Buena Nueva es dar testimonio de la experiencia concreta que se
tiene de Jesús. El leproso, ¿qué anuncia? Cuenta a los demás el bien que Jesús
le ha hecho. ¡Sólo esto! ¡Todo esto! Y este testimonio lleva a los demás a
aceptar la Buena Nueva de Dios que Jesús nos trajo. 2) Para llevar la Buena
Nueva de Dios a la gente, no hay que tener miedo de transgredir las normas
religiosas que son contrarias al proyecto de Dios y que dificultan la
comunicación, el diálogo y la vivencia del amor. Aunque esto conlleve
dificultades para la gente, como lo fue para Jesús.
4) Para la reflexión
personal
• Para ayudar al prójimo,
Jesús transgredió la ley de la pureza. ¿Existen hoy leyes en la iglesia que
dificultan o impiden la práctica del amor hacia el prójimo?
• Para poder ser curado el leproso tiene valor ante la opinión pública de su tiempo. ¿Y yo?
• Para poder ser curado el leproso tiene valor ante la opinión pública de su tiempo. ¿Y yo?
5) Oración final
¡Celebra al Señor,
Jerusalén,
alaba a tu Dios, Sión!,
que refuerza los cerrojos de tus puertas
y bendice en tu interior a tus hijos. (Sal 147,12-13)
alaba a tu Dios, Sión!,
que refuerza los cerrojos de tus puertas
y bendice en tu interior a tus hijos. (Sal 147,12-13)
Orden de los Carmelitas