lunes, 25 de junio de 2012

Jesús nos invita a no ser jueces de los demás


¡Amor y paz!

Reanudo hoy lunes la actualización diaria del blog del Movimiento Fratres, luego de unas vacaciones. En el Evangelio de hoy  leemos varias recomendaciones de Jesús, dentro de lo que se ha dado en llamar el “Sermón del Monte”. Esta vez, sobre el no juzgar al hermano.

Jesús no sólo quiere que no juzguemos mal, injustamente, sino que definitivamente no juzguemos.  En fin de cuentas, todos tenemos la tendencia a juzgar apresurada y severamente, con base en la información a nuestro alcance y resulta que no sabemos todas las circunstancias ni tenemos todos los elementos para hacer un juicio justo.

Pidámosle al Señor que nos dé la gracia de ser sinceros y veraces en la mirada que proyectamos sobre los demás y sobre nosotros mismos, y que tratemos con comprensión y amor fraterno las debilidades humanas. Que no seamos comprendidos, sino comprender, complementa la oración de la paz, de San Francisco de Asís:

Señor, haznos instrumentos de tu paz.
Donde haya odio, sembremos amor;
donde haya ofensa, perdón;
donde haya discordia, unión;
donde haya duda, fe;
donde haya desesperación, esperanza;
donde haya tinieblas, luz;
donde haya tristeza, gozo.
Concede que no busquemos ser consolados, sino consolar;
ser comprendidos, sino comprender;
ser amados, sino amar.
Porque dado, es como recibimos;
perdonando, es como somos perdonados;
y muriendo, es como nacemos a la vida entera.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el evangelio y el comentario, en este lunes de la 12ª. Semana del tiempo ordinario.

Dios los bendiga…,

Evangelio según San Mateo 7,1-5. 
No juzguen, para no ser juzgados. Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes. ¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Deja que te saque la paja de tu ojo', si hay una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano. 
Comentario

Este capítulo contiene una serie de advertencias de Jesús a sus discípulos. La primera de ellas es la de no juzgar, que no es simplemente tener una opinión, situación que difícilmente se puede evitar; la palabra significa juzgar duramente, actuar de juez, condenar. Jesús quiere impedir, por parte de sus discípulos, una actitud de orgullo, menosprecio y superioridad frente a los demás, que lleve a una postura farisea de condena y recriminación del pecado de los demás.

El ejemplo de la viga en el ojo propio es ilustrativo del no juzgar para no ser juzgados. Puede tratarse de un proverbio popular aplicado al evangelio. La aguda observancia de las faltas de los demás, combinada con la complacencia hacia el propio carácter, es el tema común de muchos proverbios en todas las culturas. Estos versículos no afirman, en modo alguno, que el principio de no juzgar signifique únicamente la invitación a ver la viga propia en el trato con los demás. Juzgar al prójimo significa hablar mal de él o juzgar mal; esto equivale a despreciar la ley del amor. Debemos ver, y a veces decir, lo que es condenable en una acción; pero no debemos juzgar la responsabilidad del otro ni sus intenciones, que sólo Dios conoce. De esta manera, el contenido del texto está puesto para resaltar que el que juzga pasa a ser juzgado, porque sólo a Dios corresponde juzgar a los hombres. El hombre, al hacerlo, se atribuye un poder que no es suyo.

En la práctica, esto puede plantear muchos problemas. ¿No nos llevaría a una tolerancia excesiva? ¿No podríamos corregir las fallas de los demás por no tener la suficiente autoridad moral para hacerlo? El tema no se puede resolver sólo con estas palabras que nos transmite Mateo, porque Jesús plantea a lo largo de todo el evangelio, la corrección fraterna como algo posible y obligatoria al interior de la vida cristiana. Lo que sí queda claro es que Jesús no admitiría nunca que una persona corrija a otra considerándose perfecta; con orgullo y dureza.

Servicio Bíblico Latinoamericano