¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y
meditar el Evangelio, en este lunes de la 31a semana del Tiempo Ordinario,
ciclo C.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Lucas 14,12-14
Lectio
Lunes, 4 Noviembre ,
2019
1) Oración inicial
Señor de poder y de
misericordia, que has querido hacer digno y agradable por favor tuyo el
servicio de tus fieles; concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que
pos prometes. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Lucas 14,12-14
Dijo también al que le
había invitado: «Cuando des una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a
tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; no sea que ellos te
inviten a su vez y tengas ya tu recompensa. Cuando des un banquete, llama a los
pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás dichoso, porque no
te pueden corresponder, pues se te recompensará en la resurrección de los
justos.»
3) Reflexión
• El evangelio de hoy
continúa la enseñanza que Jesús estaba dando alrededor de diversos asuntos,
todos ellos enlazados con la mesa y la comida: sana durante una comida (Lc
14,1-6); un consejo para no ocupar los primeros puestos (Lc 14,7-12); un
consejo para invitar a los excluidos (Lc 14,12-14). Esta organización de las
palabras de Jesús alrededor de una determinada palabra, como mesa o comida, ayuda a percibir el método usado por los primeros
cristianos para guardar en la memoria las palabras de Jesús.
• Lucas 14,12: Convite interesado. Jesús está comiendo en casa de un fariseo que le había
invitado (Lc 14,1). La invitación a comer constituye
el asunto de la enseñanza del evangelio de hoy. Hay diversos tipos de
invitación: invitaciones interesadas en beneficio propio e invitaciones
desinteresadas en beneficio de otros. Jesús dice: "Cuando des una comida o una
cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus
vecinos ricos; no sea que ellos te inviten a su vez y tengas ya tu recompensa”. La costumbre normal de la gente era ésta: para
almorzar o cenar invitaban a amigos, hermanos y parientes. Pero nadie se
sentaba alrededor de la mesa con personas desconocidas. ¡Comían sólo con gente
conocida! Esta era una costumbre entre los judíos y sigue siendo una costumbre
que usamos hasta hoy. Jesús piensa de forma distinta y manda invitar de forma
desinteresada como nadie solía hacer.
• Lucas
14,13-14: Invitación
desinteresada. Jesús dice: “Cuando des un banquete, llama a los
pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos”. Jesús manda romper el círculo cerrado y pide que
invitemos a los excluidos: a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los
ciegos. No era la costumbre y nadie hace esto, ni siquiera hoy. Pero Jesús
insiste: “¡Convida a esas personas!” ¿Por que? Porqué en la invitación
desinteresada, dirigida a personas excluidas y marginadas, existe una fuente de
felicidad: “y serás
dichoso, porque no te pueden corresponder”. ¡Felicidad extraña, diferente! Tú serás feliz porque ellos no pueden
corresponderte. Es la felicidad que nace
del hecho de haber hecho un gesto de total gratuidad. Un gesto de amor que
quiere el bien del otro y para el otro, sin esperar nada en cambio. Es la
felicidad de aquel que haces las cosas gratuitamente, sin querer ninguna retribución.
Jesús dice que esta felicidad es semilla de la felicidad que Dios dará en la
resurrección. Resurrección no sólo al final de la historia, sino ya desde
ahora. Actuar así es ya una resurrección.
• Es el Reino que acontece ya. El consejo que Jesús nos da en el evangelio de hoy
evoca el envío de los setenta y dos discípulos para la misión de anuncia el
Reino (Lc 10,1-9). Entre las diversas recomendaciones dadas en aquella ocasión
como señales de la presencia del Reino, están (a) la comunión alrededor de la
mesa (b) la acogida de los excluidos: “En la ciudad en que
entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los enfermos que haya en
ella, y decidles: El Reino de Dios está cerca de vosotros.” (Lc 10,8-9) Aquí, en estas recomendaciones, Jesús manda
transgredir aquellas normas de pureza legal que impedían la convivencia
fraterna.
4) Para la reflexión
personal
• Invitación
interesada e invitación desinteresada: ¿cuál de las dos acontece más en mi
vida?
• Si tu hicieses sólo
invitaciones desinteresadas, ¿esto te traería dificultades? ¿Cuáles?
5) Oración final
Mi corazón, Señor, no
es engreído,
ni son mis ojos
altaneros.
No doy vía libre a la
grandeza,
ni a prodigios que me
superan.
No, me mantengo en paz
y silencio,
como niño en el regazo
materno.
¡Mi deseo no supera al
de un niño! (Sal 131,1-2)
Orden de los Carmelitas