miércoles, 9 de marzo de 2011

Hagamos obras buenas, pero sin ostentación

¡Amor y paz!

Las tres prácticas básicas de la piedad judía eran la ayuda al necesitado, la oración y el ayuno. Jesús considera que todos deben cumplirlas, pero advierte que estas  deben ser acciones que broten del corazón y no acciones de exhibición de piedad, hechas para posar de persona recta y fiel.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este Miércoles de Ceniza en que comienza el Tiempo de Cuaresma.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18.
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. 

Comentario

En la tradición judía las tres "obras buenas" más importantes eran la limosna, la oración y el ayuno (relación con los demás, con Dios y con uno mismo). Jesús aprovecha estas tres acciones tan estimadas para mostrar en qué consiste la "nueva justicia" del Reino de Dios (cf. Mateo 5,20).

En los tres casos se trata de lo mismo, lo que resume la primera frase del texto que leemos: no se trata de practicar la justicia buscando la aprobación y la admiración de la gente, porque esto ya sería la paga de la acción realizada. Si lo que esperamos es la "recompensa" del Padre del cielo, las acciones hay que hacerlas sin ostentación. Notemos la diferencia con lo que nos dice Mateo 5,16: no se trata de que las buenas obras queden escondidas; sino de no buscar el elogio sino la gloria de Dios. ¡Cuánta finura de espíritu se necesita!...

Las expresiones exageradas que utiliza Jesús ayudan a entender el núcleo de lo que quiere decir: nada de toques de trompeta a la hora de hacer limosna; ni la propia mano izquierda debe saber lo que da la derecha. Porque el que debe ver la acción ya la ve, por más secreta que ésta sea.

Por lo que respecta a la oración, no se trata de la oración comunitaria, sino de la oración individual que todo judío piadoso hacía tres veces al día en el lugar donde se hallase a la hora que tocaba hacerla.

En tiempos de Jesús, los judíos piadosos ayunaban dos días a la semana. El ayuno solía ir acompañado de signos externos. Jesús propone ayunar pero presentándose como aquel que va a un banquete: habiéndose lavado y perfumado.

El término "hipócrita" significa "actor", es decir, aquel que representa un personaje en una obra de teatro. El que hace estas "obras buenas" para ser visto, ya recibe la recompensa de los aplausos. Ya no le hace falta la recompensa del Padre del cielo.

J. M. Grané
Misa Dominical 1993, 3