¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio
y el comentario, en este jueves de la 4ª semana de Pascua.
Dios nos bendice...
Evangelio según San Juan 13,16-20.
Después de haber lavado los pies a los discípulos, Jesús les dijo: "Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía. Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican. No lo digo por todos ustedes; yo conozco a los que he elegido. Pero es necesario que se cumpla la Escritura que dice: El que comparte mi pan se volvió contra mí. Les digo esto desde ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, crean que Yo Soy. Les aseguro que el que reciba al que yo envíe, me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me envió".
Comentario
Jesucristo es el gran "Enviado", como lo destaca
especialmente el Evangelio según san Juan. Quien lo envía, es el Padre. Quien le acompaña en la vía, es la Unción, es el Espíritu. La "vía" que
recorre es la más larga imaginable: entre la grandeza infinita de Dios y la
infinita pequeñez de nuestra condición de creaturas y sobre todo, de pecadores.
Él, Jesucristo, es el que ha recorrido la distancia inmensa entre
el cielo de Dios y la tierra de los hombres, y luego, entre la tierra de
nuestros deseos de cielo, y el cielo de las delicias que aguardamos en su
Nombre y por su Gracia.
Ahora, en el evangelio que hemos oído, el Enviado nos recuerda en
qué condiciones nos envía: "un siervo no puede ser mayor que su señor, ni
un enviado puede ser superior a quien lo envió"; mas, por otra parte,
"todo el que reciba a quien yo envíe, me recibe a mí mismo y, al recibirme
a mí, recibe al que me envió". Sublime dignidad y profunda humildad; digna
sobriedad y sobria dignidad de los enviados del Señor Jesús. ¡Tal es la
condición de los discípulos, tal es la esencia de nuestro llamado!
http://fraynelson.com/homilias.html.