¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este jueves de la 12ª semana del Tiempo Ordinario,
ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Mateo
7,21-29
Lectio
Jueves, 25 de junio de 2020
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Concédenos vivir siempre, Señor, en el amor y respeto a tu santo nombre,
porque jamás dejas de dirigir a quienes estableces en el sólido fundamento de
tu amor. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Mateo 7,21-29
«No todo el que me diga: ’Señor, Señor', entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán aquel Día: `Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?' Y entonces les declararé: `¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!' «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.»
Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente se
asombraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no
como sus escribas.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy presenta la parte final del Sermón de la Montaña
(a) no basta hablar y cantar, es preciso vivir y practicar (Mt 7,21-23). (b) la
comunidad construida en cima del fundamento de la nueva Ley del Sermón del
Monte quedará firme en el momento de la tormenta (Mt 7,24-27). (c) el resultado
de las palabras de Jesús en las personas es una conciencia más crítica con
relación a los líderes religiosos, los escribas (Mt 7,28-29).
• Este final del Sermón del Monte explica algunas oposiciones o
contradicciones que siguen actuales hasta hoy en día: (a) Las personas que
hablan continuamente de Dios, pero se olvidan de hacer la voluntad de Dios;
usan el nombre de Jesús, pero no traducen en la vida su relación con el Señor
(Mt 7,21). (b) Hay personas que viven en la ilusión de estar trabajando por el
Señor, pero en el día del encuentro definitivo con El, descubren trágicamente
que nunca le conocieron (Mt 7,22-23). Las dos palabras finales del Sermón del
Monte, de la casa construida sobre la roca (Mt 7,24-25) y de la casa construida
sobre la arena (Mt 7,26-27), ilustran estas contradicciones. Por medio de ellas
Mateo denuncia y, al mismo tiempo, trata de corregir la separación entre fe y
vida, entre hablar y hacer, entre enseñar y practicar.
• Mateo 7,21: No basta hablar, es precido practicar. El
importante no es hablar de forma bonita sobre Dios o saber explicar bien la
Biblia a los demás, sino que es hacer la voluntad del Padre y, así, ser una
revelación de su rostro y de su presencia en el mundo. La misma recomendación
fue dada por Jesús a la mujer que elogió a María su madre. Jesús le respondió:
“Felices los que oyen la Palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lc 11,28).
• Mateo 7,22-23: Los dones deben estar al servicio del Reino, de
la comunidad. Había personas con dones extraordinarios como, por ejemplo,
el don de la profecía, del exorcismo, de la sanación, pero usaban estos dones
para ellas mismas, fuera del contexto de la comunidad. En el juicio, oirán una
sentencia dura de Jesús: "¡Alejaos de mí vosotros que practicáis la
iniquidad!". La iniquidad es lo opuesto a la justicia. Es hacer con Jesús
lo que algunos doctores hacían con la ley: enseñaban pero no practicaban (Mt
23,3). Pablo dirá lo mismo con otras palabras y argumentos : “Si yo tuviera el
don de profecía, conociendo las cosas secretas con toda clase de conocimientos,
y tuviera tanta fe como para trasladar los montes, pero me faltara el amor,
nada soy. Si reparto todo lo que poseo a los pobres y si entrego hasta mi
propio cuerpo, pero no por amor, sino para recibir alabanzas, de nada me
sirve” (1Cor 13,2-3).
• Mateo 7,24-27: La parábola de la casa sobre roca. Oír y
poner en práctica, ésta es la conclusión final del Sermón del Monte. Mucha
gente trataba de buscar su seguridad en los dones extraordinarios o en las
observancias. Pero la verdadera seguridad no viene del prestigio, ni de las
observancias, no viene de nada de esto. ¡Viene de Dios! Viene del amor de Dios
que nos amó primero (1Jn 4,19). Su amor por nosotros, manifestado en Jesús,
supera todo (Rom 8,38-39). Dios se vuelve fuente de seguridad, cuando tratamos
de hacer su voluntad. Ahí, El será la roca que nos sustenta en la hora de las
dificultades y de las tormentas.
• Mateo 7,28-29: Enseñar con autoridad. El evangelista cierra el
Sermón del Monte diciendo que la multitud quedó admirada de la enseñanza de
Jesús, "él enseñaba con autoridad y no como los escribas". El
resultado de la enseñanza de Jesús es la conciencia más crítica de la gente con
relación a las autoridades religiosas de la época. Sus palabras sencillas y
claras brotaban de su experiencia de Dios, de su vida entregada al Proyecto del
Padre. La gente estaba admirada y aprobaba las enseñanzas de Jesús.
• Comunidad: casa en la roca. En el libro de los Salmos, con
frecuencia encontramos la expresión: “Dios es mi roca mi
fortaleza… , mi escudo y mi libertador” (Sal 18,3). El es la defensa y la
fuerza de los que piensan en la justicia y la buscan (Sal 18,21.24). Las
personas que confían en este Dios se vuelven roca para los otros. Así
el profeta Isaías dirige una invitación a los que estaban en el
cautiverio: “Escúchenme ustedes que anhelan la justicia y que buscan a
Yavé. Miren la piedra de que fueron tallados, y el corte en la roca de donde
fueron sacados. Miren a Abrahán, su padre, y a Sara, que los dio a luz” (Is
51,1-2). El profeta pide a la gente que no olvide el pasado. El pueblo tiene
que recordar como Abrahán y Sara por la fe en Dios se vuelven roca,
comienzo del pueblo de Dios. Mirando hacia esta roca, la gente cobraba valor
para luchar y salir del cautiverio. Asimismo, Mateo exhorta a las comunidades
para que tengan como meta esa misma roca (Mt 7,24-25) y así puedan ellas mismas
ser roca para fortalecer a sus hermanos y hermanas en la fe. Este es el sentido
del nombre que Jesús dio a Pedro: “Tú eres Pedro y sobre
esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18). Esta es la
vocación de las primeras comunidades, llamadas a unirse a Jesús, la piedra
viva, para volverse, ellas también, piedras vivas por la escucha y la práctica
de la Palabra (Pd 2,4-10; 2,5; Ef 2,19-22).
4) Para la reflexión personal
• Nuestra comunidad ¿cómo trata de equilibrar oración y acción,
alabanza y práctica, hablar y hacer, enseñar y practicar? ¿Qué es lo que debe
mejorar en nuestra comunidad, para que sea roca, casa segura y acogedora para
todos?
• ¿Cuál es la roca que sustenta nuestra comunidad? ¿Cuál es punto en que Jesús
insiste más?
5) Oración final
Ayúdanos, Dios salvador nuestro,
por amor de la gloria de tu nombre;
líbranos, borra nuestros pecados,
por respeto a tu nombre. (Sal 78)
por amor de la gloria de tu nombre;
líbranos, borra nuestros pecados,
por respeto a tu nombre. (Sal 78)
Oden de los Carmelitas