Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este martes de la 3a semana
de Pascua.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Juan 6,30-35
Lectio
Martes,
7 May , 2019
1) Oración inicial
Señor, tú que abres
las puertas de tu reino a los que han renacido del agua y del Espíritu,
acrecienta la gracia que has dado a tus hijos, para que, purificados ya de sus
pecados, alcancen todas tus promesas. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 6,30-35
Ellos entonces le
dijeron: «¿Qué signo haces para que viéndolo creamos en ti? ¿Qué obra realizas?
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del
cielo les dio a comer.» Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: No fue
Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan
del cielo; porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al
mundo.» Entonces le dijeron: «Señor, danos siempre de ese pan.» Les dijo Jesús:
«Yo soy el pan de vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en
mí, no tendrá nunca sed.
3) Reflexión
• El Discurso del Pan
de Vida no es un texto que hay que discutir o disecar, sino un texto que hay
que meditar y rumiar. Por esto, si no se entiende todo, no hay porqué
preocuparse. Este texto del Pan de Vida exige toda una vida para meditarlo y
profundizarlo. Un testo así, la gente lo debe leer, meditar, rezar, pensar,
leer de nuevo, repetir, rumiar, como se hace con un buen caramelo en la boca.
Tenerlo en la boca, dándole vueltas, hasta que se acaba. Quien lee el Cuarto
Evangelio superficialmente puede quedarse con la impresión de que Juan repite
siempre la misma cosa. Leyendo con más atención, es posible percibir que no se
trata de repeticiones. El autor del Cuarto Evangelio tiene su propia manera de
repetir el mismo asunto, pero a un nivel cada vez más profundo. Parece como una
escalera de caracol. Girando uno llega al mismo lugar pero a un nivel más
profundo.
• Juan 6,30-33: ¿Qué
señal realizas para que podamos creer? La gente había preguntado: ¿Qué debemos
hacer para realizar la obra de Dios? Jesús responde “La obra de Dios es creer
en aquel que le ha enviado”, esto es, creer en Jesús. Por esto la gente formula
una nueva pregunta: “¿Qué señal realizas para que podamos ver y creer en ti?
¿Cuál es tu obra?” Esto significa que no entendieron la multiplicación de los
panes como una señal de parte de Dios para legitimar la multiplicación de los
panes como una señal de parte de Dios para legitimar a Jesús ante el pueblo
como un enviado de Dios. Y siguen argumentando: En el pasado, nuestros padres
comieron el maná que les fue dado por Moisés. Ellos lo llamaron “pan del cielo”
(Sab 16,20), o sea, “pan de Dios”. Moisés sigue siendo un gran líder, en quien
ellos creen. Si Jesús quiere que la gente crea en el, tiene que hacer una señal
mayor que la de Moisés. “¿Cuál es tu obra?”
• Jesús responde que
el pan dado por Moisés no era el verdadero pan del cielo. Venía de arriba, sí,
pero no era el pan de Dios, pues no garantizó la vida para nadie. Todos
murieron en el desierto. (Jn 6,49). El verdadero pan del cielo, el pan de Dios,
es el pan que vence la muerte y trae vida. Es aquel que desciende del cielo y
da la vida al mundo. ¡Es Jesús! Jesús trata de ayudar a la gente a liberarse de
los esquemas del pasado. Para él, fidelidad al pasado no significa encerrarse
en las cosas antiguas y no aceptar la renovación. Fidelidad al pasado es
aceptar lo nuevo que llega como fruto de la semilla plantada en el pasado.
• Juan 6,34-35: Señor,
¡danos siempre de este pan! Jesús responde claramente: "¡Yo soy el pan de
vida!" Comer el pan del cielo es lo mismo que creer en Jesús y aceptar el
camino que él nos ha enseñado, a saber: "¡Mi alimento es hacer la voluntad
del Padre que está en el cielo!" (Jn 4,34). Este es el alimento verdadero
que sustenta a la persona, que da un rumbo a la vida, y que trae vida nueva.
Este último versículo del evangelio de hoy (Jn 6,35) será retomado como primer
versículo del evangelio de mañana (Jn 6,35-40).
4) Para la reflexión
personal
• Hambre de pan,
hambre de Dios. ¿Cuál de las dos predomina en mí?
• Jesús dijo: “Yo soy
el pan de vida”. El sacia el hambre y la sed. ¿Qué experiencia tengo de esto?
5) Oración final
En ti, Señor, me cobijo,
¡nunca quede
defraudado!
¡Líbrame conforme a tu
justicia,
tiende a mí tu oído,
date prisa!
Sé mi roca de refugio,
alcázar donde me
salve. (Sal 31,2-3)
Orden
de los Carmelitas