jueves, 14 de septiembre de 2023

Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen?

¡Amor y paz!

 

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este jueves de la XXIII Semana Tiempo Ordinario, ciclo A.

 

Dios nos bendice.

 

PRIMERA LECTURA

 

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3, 12-17

Hermanos:

Como elegidos de Dios, santos y amados, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión.

Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro. El Señor os ha perdonado: haced vosotros lo mismo.

Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada.

Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.

Y sed agradecidos. La palabra de Cristo habite en vosotros en toda su riqueza; enseñaos unos a otros con toda sabiduría; corregíos mutuamente.

Cantad a Dios, dadle gracias de corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.

Y, todo lo que de palabra o de obra realicéis, sea todo en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.

 

Palabra de Dios.

 

Salmo responsorial: Salmo 150, 1. 3-4. 5-6

 

R. Todo ser que alienta alabe al Señor.

 

Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza. R. 

 

Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas. R. 

 

Alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta alabe al Señor. R. 

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 6, 27-38

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

—«A los que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os injurian.

Al que te pegue en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite la capa, déjale también la túnica. A quien te pide, dale; al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.

Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Pues, si amáis sólo a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien sólo a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores lo hacen.

Y si prestáis sólo cuando esperáis cobrar, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a otros pecadores, con intención de cobrárselo.

¡No! Amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada; tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos.

Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante.

La medida que uséis, la usarán con vosotros».

 

Palabra del Señor.

 

Comentario

 

En el Evangelio de san Lucas nos propone el amor a nuestros enemigos como el ideario que pone en tela de juicio nuestras opciones más profundas.

Es un texto subversivo: cambia de raíz los esquemas del corazón humano. Hacer el bien a los que nos persiguen y prestar sin esperar nada.

¿Cómo podemos amar a quienes no nos aman? Es más, ¿cómo podemos amar a quienes sabemos cierto que nos quieren mal? Llegar a amar de este modo es un don de Dios, pero es preciso que estemos abiertos a él. La compasión será el nombre del amor, y tenemos en el Padre un modelo sobre cómo ejercerla: sin enjuiciar a los hermanos, sin ser dados a la condena, mostrando el perdón con generosidad.

El modelo es el Padre que en su misericordia desea que todos estemos con Él. La recompensa aparte de no provocarnos úlceras estomacales por andar nerviosos y buscando la ocasión de la venganza es ser hijos del Dios Altísimo. En el corazón de Jesús está presente este deseo de que todos actuemos así. Parece una utopía, pero se hace realidad cuando nosotros escuchamos el mensaje y lo practicamos.

 

boosco. org