¡Amor y
paz!
Los
invito, hermanos, leer y meditar el
Evangelio, en este lunes de la XIX Semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Mateo 17,22-27
Lectio
Lunes, 12 Agosto ,
2019
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y
eterno, a quien podemos llamar Padre; aumenta en nuestros corazones el espíritu
filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida. Por nuestro Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del
Evangelio según Mateo 17,22-27
Yendo un día juntos
por Galilea, les dijo Jesús: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de
los hombres; le matarán, y al tercer día resucitará.» Y se entristecieron
mucho.
Cuando entraron en
Cafarnaún, se acercaron a Pedro los que cobraban las didracmas y le dijeron:
«¿No paga vuestro Maestro las didracmas?» Dice él: «Sí.» Y cuando llegó a casa,
se anticipó Jesús a decirle: «¿Qué te parece, Simón?; los reyes de la tierra, ¿de
quién cobran tasas o tributo, de sus hijos o de los extraños?» Al contestar él:
«De los extraños», Jesús le dijo: «Por tanto, libres están los hijos. Sin
embargo, para que no les sirvamos de escándalo, vete al mar, echa el anzuelo, y
el primer pez que salga, cógelo, ábrele la boca y encontrarás un estáter.
Tómalo y dáselo por mí y por ti.»
3) Reflexión
• Los cinco versículos
del evangelio de hoy hablan de dos asuntos bien diferentes el uno del otro: (a)
Traen el segundo anuncio de la pasión, muerte y resurrección de Jesús (Mt
17,22-23): (b) Informan sobre la conversación de Jesús con Pedro sobre el pago
de los impuestos y de las tasas al templo (Mt 17,24-27).
• Mateo
17,22-23: El
anuncio de la muerte y resurrección de Jesús. El primer anuncio (Mt 16,21) había provocado una
fuerte reacción de parte de Pedro que no quiso saber nada del sufrimiento de la
cruz. Jesús había respondido con la misma fuerza: “¡Lejos de mí, satanás!” (Mt 16,23) Aquí, en el segundo anuncio, la
reacción de los discípulos es más blanda, menos agresiva. El anuncio provoca
tristeza. Parece que empiezan a comprender que la cruz forma parte del camino.
La proximidad de la muerte y del sufrimiento pesa en ellos, generando desánimo.
Aunque Jesús procurara ayudarlos, la resistencia de siglos contra la idea de un
mesías crucificado era mayor.
• Mateo
17,24-25a: La
pregunta a Pedro, de los recaudadores de impuestos. Cuando llegan a Cafarnaún, los recaudadores del
impuesto del Templo preguntan a Pedro: "¿No paga vuestro maestro las didracmas?" Pedro responde: “¡Sí!” Desde los tiempos de Nehemías, (Sig V aC), los judíos que habían
vuelto de la esclavitud de Babilonia, se comprometieron solemnemente en la
asamblea a pagar diversos impuestos y tasas para que el culto en el Templo
pudiera seguir funcionando y para cuidar la manutención tanto del servicio
sacerdotal como del edificio del Templo (Ne 10,33-40). Por lo que se ve en la
respuesta de Pedro, Jesús pagaba este impuesto como lo hacían todos los demás
judíos.
• Mateo
17,25b-26: La
pregunta de Jesús a Pedro sobre el impuesto. Es curiosa la conversación entre Jesús y Pedro. Cuando
llegan a casa, Jesús pregunta: "Qué te parece, Simón?; los reyes de la tierra, ¿de
quién cobran tasas o tributo, de sus hijos o de los extraños?" Pedro respondió: "¡De los extraños!" Entonces Jesús dice: "¡Por tanto, libres están los
hijos!” Probablemente, aquí se
refleja una discusión entre los judíos cristianos antes de la destrucción del
Templo en el año 70. Ellos se preguntaban si debían o no seguir pagando el
impuesto del Templo, como hacían antes. Por la respuesta de Jesús, descubren que
no hay obligación de pagar ese impuesto: “Libres están los hijos”. Los hijos son los cristianos. Pero aún sin tener obligación, la
recomendación de Jesús es pagar para no provocar escándalo.
• Mateo 17,27: La conclusión de la conversación
sobre el pago del impuesto. Más
curiosa que la conversación es la solución que Jesús da a la cuestión. Dice a
Pedro: “Sin
embargo, para que no les sirvamos de
escándalo, vete al mar, echa el anzuelo, y el primer pez que salga, cógelo,
ábrele la boca y encontrarás un estáter. Tómalo y dáselo por mí y por ti
". ¡Milagro curioso! Tan curioso como aquel de los 2000 puercos que se precipitaron
en la mar (Mc 5,13). Cualquiera que sea la interpretación de este hecho
milagroso, esta manera de solucionar el problema sugiere que se trata de un
asunto que no tiene mucha importancia para Jesús.
4) Para la reflexión
personal
• El sufrimiento y la
cruz desaniman y entristecen a los discípulos. ¿Ha ocurrido también en tu vida?
• ¿Cómo entiendes el
episodio de la moneda encontrada en la boca del pez?
5) Oración final
¡Alabad al Señor desde
el cielo, alabadlo en las alturas,
alabadlo, todos sus
ángeles, todas sus huestes, alabadlo! (Sal 148,1-2)
Orden de los Carmelitas