¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este
Lunes Santo.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Juan 12,1-11
Lectio
Lunes,
15 abril , 2019
Tiempo
de Cuaresma
1) Oración inicial
Dios todopoderoso,
mira la fragilidad de nuestra naturaleza y levanta nuestra débil esperanza con
la fuerza de la pasión de tu Hijo. Que vive y reina contigo.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 12,1-11
Seis días antes de la
Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había
resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro
era uno de los que estaban con él a la mesa. Entonces María, tomando una libra de
perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus
cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de
los discípulos, el que lo había de entregar: «¿Por qué no se ha vendido este
perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?» Pero no decía esto
porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la
bolsa, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde
para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero
a mí no siempre me tendréis.»
Gran número de judíos
supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por
ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Los sumos
sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos
judíos se les iban y creían en Jesús.
3) Reflexión
• Estamos entrando en
la Semana Santa, en la semana de la pascua de Jesús, de su pasaje de este mundo
al Padre (Jn 13,1). La liturgia de hoy coloca ante nosotros el comienzo del
capítulo 12 del evangelio de Juan, que enlaza el Libro de las Señales (cc 1-11)
y el Libro de la Glorificación (cc.13-21). Al final del "Libro de las
Señales", aparece con claridad la tensión entre Jesús y las autoridades
religiosas de la época (Jn 10,19-21.39) y el peligro que Jesús corre. Varias
veces tratarán de matarle (Jn 10,31; 11,8.53; 12,10). Tanto es así que Jesús se
ve obligado a llevar una vida clandestina, pues podían detenerle en cualquier
momento (Jn 10,40; 11,54).
• Juan 12,1-2: Jesús,
perseguido por los judíos, va a Betania. Seis días antes da pascua, Jesús va a
Betania en casa de sus amigas Marta y María y de Lázaro. Betania significa Casa
de la Pobreza. El estaba siendo perseguido por la policía (Jn 11,57). Quieren
matarle (Jn 11,50). Pero aún sabiendo que la policía estaba detrás de Jesús,
María, Marta y Lázaro reciben a Jesús en casa y le ofrecen comida. Acoger a una
persona perseguida y ofrecerle comida era peligroso. Pero el amor hace superar
el miedo.
• Juan 12,3: María
unge a Jesús. Durante la comida, María unge los pies de Jesús con medio litro
de perfume de nardo puro (cf. Lc 7,36-50). Era un perfume caro, muy caro, de
trescientos denarios. Inmediatamente, seca los pies a Jesús con sus cabellos.
La casa entera se llena de perfume. En todo este episodio, María no habla. Sólo
actúa. El gesto lleno de simbolismo habla de por sí. Lavando los pies, María se
convierte en servidora. Jesús repetirá ese mismo gesto en la última cena (Jn
13,5).
• Juan 12,4-6:
Reacción de Judas. Judas critica el gesto de María. Afirma que es un
desperdicio. ¡De hecho, trescientos denarios era el salario de trescientos
días! ¡Así que el salario de casi un entero año fue gastado de una sola vez!
Judas piensa que el dinero habría que darlo a los pobres. El evangelista
comenta que Judas no tenía ninguna preocupación por los pobres, sino que era un
ladrón. Tenía la bolsa común y robaba dinero. Juicio fuerte que condena a
Judas. No condena la inquietud por los pobres, sino la hipocresía que usa a los
pobres para promoverse y enriquecerse. Según sus intereses egoístas, Judas
piensa sólo en el dinero. Por esto no percibe lo que estaba pasando en el
corazón de María. Jesús conoce el corazón y defiende a María.
• Juan 12,7-8: Jesús
defiende a la mujer. Judas mira el gasto y critica a la mujer. Jesús mira el
gesto y defiende a la mujer: “¡Déjala! Que lo guarde para el día de mi
sepultura." Y Jesús añade después: "Porque pobres siempre tendréis
entre vosotros." ¿Quién de los dos vivía más cerca de Jesús: Judas o
María? Como discípulo, Judas convivía con Jesús desde hacía casi tres años,
veinte cuatro horas al día. Formaba parte del grupo. María se encontraba con él
sólo una o dos veces al año, en ocasión de las fiestas, cuando Jesús iba a
Jerusalén y la visitaba. Pero la convivencia sin amor no nos hace conocer.
Impide ver. Judas era ciego. Mucha gente convive con Jesús y hasta lo alaba con
el canto, pero no le conoce de verdad, ni le revela (cf. Mt 7,21). Dos
afirmaciones de Jesús merecen un comentario detallado: (a) “Pobres siempre
tendréis”, y (b) “Déjale que lo guarde para el día de mi sepultura”.
(a) “Pobres siempre
tendréis” ¿Quiso Jesús decir que no debemos preocuparnos con los pobres, visto
que va a haber siempre gente pobre? ¿La pobreza es un destino impuesto por
Dios? ¿Cómo entender esta frase? En aquel tiempo, las personas conocían el
Antiguo Testamento de memoria. Bastaba que Jesús citara el comienzo de una
frase del AT, y las personas ya sabían lo demás. El comienzo de esta frase
decía: “¡Los pobres los tendréis siempre con vosotros!” (Dt 15,11a). El resto
de la frase que la gente ya conocía y que Jesús quiso recordar, era ésta: “¡Por
esto, os ordeno: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es
indigente y pobre en tu tierra!” (Dt 15,11b). Según esta Ley, la comunidad debe
acoger a los pobres y compartir con ellos sus bienes. Pero Judas, en vez de
decir “abre la mano a favor del pobre” y comparte con ellos tus propios bienes,
quería decir que se haga caridad con el dinero de los demás. Quería vender el
perfume de María por trescientos denarios y usarlos para ayudar a los pobres.
Jesús cita la Ley de Dios que enseñaba lo contrario. Quien, al igual que Judas,
hace campaña con el dinero de la venta de los bienes de los demás, no incomoda.
Pero aquel que, como Jesús, insiste en la obligación de acoger a los pobres y
compartir con ellos sus bienes, éste incomoda y corre el peligro de ser
condenado.
(b) "Que lo
guarde para el día de mi sepultura". La muerte en la cruz era el castigo
terrible y ejemplar, adoptado por los romanos para castigar a los subversivos
que se oponían al imperio. Una persona condenada a muerte de cruz no recibía
sepultura y no podía ser ungida, pues quedaba colgando de la cruz hasta que los
animales se comían el cadáver, o recibía sepultura rasa de indigente. Además de
esto, según la Ley del Antiguo Testamento, tenía que ser considerada como,
"maldita por Dios" (Dt 21, 22-23). Jesús iba a ser condenado a muerte
y muerte de cruz, consecuencia de su compromiso con los pobres y de su
fidelidad al Proyecto del Padre. No iba a tener un entierro. Por eso, después
de muerto, no iba a poder ser ungido. Sabiendo esto, María se anticipa y lo
unge antes de ser crucificado. Con este gesto, indica que aceptaba a Jesús como
mesías, aunque estuviera ¡crucificado! Jesús entiende el gesto de la mujer y lo
aprueba.
• Juan 12,9-11: La
multitud y las autoridades. Ser amigo de Jesús puede ser peligroso. Lázaro
corre peligro de muerte por causa de la vida nueva que recibió de Jesús. Los
judíos decidieron matarle. Lázaro vivo era la prueba viva de que Jesús era el
Mesías. Por esto, la multitud lo buscaba, ya que la gente quería experimentar
de cerca la prueba viva del poder de Jesús. Una comunidad viva corre peligro de
vida porque es prueba viva de la Buena Nueva de Dios.
4) Para la reflexión personal
• María fue maltratada
por Judas. ¿Te has sentido maltratado/a alguna vez? ¿Cómo has reaccionado?
• ¿Qué nos enseña el
gesto de María? ¿En qué tipo de alerta nos pone la reacción de Judas?
5) Oración final
El Señor es mi luz y
mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa
de mí vida,
¿quién me hará
temblar? (Sal 26)
Orden
de los Carmelitas