¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la XXV Semana
del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice…
Evangelio
según San Lucas 9,18-22.
Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?". Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado". "Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?". Pedro, tomando la palabra, respondió: "Tú eres el Mesías de Dios". Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. "El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día".
Comentario
La pregunta de Cristo en
el evangelio de hoy nos hace recordar el apremiante llamado del Papa Juan Pablo
II en su mensaje "Urbi et Orbi" del 25 de diciembre de 1996.
"Me dirijo, por lo
tanto, a todas las varias comunidades. A los pueblos, a las naciones, a los
regímenes, a los sistemas políticos, económicos, sociales y culturales para
decirles:
"Aceptad la gran
verdad acerca del hombre; aceptad esta dimensión del hombre, que se ha
manifestado a todos; aceptad el misterio en que vive cada uno de los hombres
desde que Cristo ha nacido.
"¡Respetad este
misterio! ¡Permitid a este misterio que actúe en cada uno de los hombres!
Permitidle desarrollarse en las condiciones externas de su ser terreno.
"Jesús, el Mesías,
Príncipe de la Paz. En este misterio se halla la fuerza de la humanidad. La
fuerza que irradia sobre todo lo que es humano. No hagáis difícil esta
irradiación. No la destruyáis. Todo lo que es humano, crece a partir de esta
fuerza; sin ella se marchita; sin ella va a la ruina. Por esto os doy las
gracias a todos vosotros--familias, naciones, estados, organizaciones
internacionales, sistemas políticos, económicos, sociales y culturales--por
todo lo que hacéis, a fin de que la vida de los hombres sea en sus diversos
aspectos cada vez más humana, es decir, cada vez más digna del hombre. Deseo de
corazón y os suplico que no os canséis en este esfuerzo, en este empeño."
http://fraynelson.com/homilias.html.