sábado, 30 de septiembre de 2023

El Hijo del hombre va a ser entregado

¡Amor y paz!

 

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este sábado de la 25a semana del Tiempo Ordinario, ciclo A.

 

Dios nos bendice...

 

PRIMERA LECTURA

 

Lectura de la profecía de Zacarías            2, 5-9. 14-15ª

 

Yo levanté los ojos, y tuve una visión: Había un hombre que tenía en la mano una cuerda de medir. Entonces le pregunté: « ¿A dónde vas?» El me respondió: «Voy a medir Jerusalén, para ver cuánto tiene de ancho y cuánto de largo.»

Mientras el ángel que hablaba conmigo estaba allí, otro ángel le salió a su encuentro y le dijo: «Corre, habla a ese joven y dile: Jerusalén será una ciudad abierta por la gran cantidad de hombres y animales que habrá en ella. Yo seré para ella -oráculo del Señor- una muralla de fuego a su alrededor, y seré su Gloria en medio de ella.»

Grita de júbilo y alégrate, hija de Sión: porque yo vengo a habitar en medio de ti -oráculo del Señor- . Aquel día, muchas naciones se unirán al Señor: ellas serán un pueblo para él y habitarán en medio de ti.

 

Palabra de Dios.

 

SALMO         

 

Jer 31, 10. 11-12b. 13 (R.: 10d)

 

R.        El Señor nos cuidará como un pastor a su rebaño.

 

¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor,

anúncienla en las costas más lejanas!

Digan: «El que dispersó a Israel lo reunirá,

y lo cuidará como un pastor a su rebaño.»  R.

 

Porque el Señor ha rescatado a Jacob,

lo redimió de una mano más fuerte que él.

Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión,

afluirán hacia los bienes del Señor.  R.

 

Entonces la joven danzará alegremente,

los jóvenes y los viejos se regocijarán;

yo cambiaré su duelo en alegría,

los alegraré y los consolaré de su aflicción.  R.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo Evangelio según san Lucas   9, 43b-45

 

Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos: «Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres.»

Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.

 

Palabra del Señor.

 

PARA REFLEXIONAR

 

  • Ahora el que habla es el profeta Zacarías, contemporáneo también de Ageo y de los acontecimientos de la vuelta del destierro y la restauración de Jerusalén.
  • Nos presenta un gesto simbólico: una persona que quiere tomar, con una cuerda, las medidas de Jerusalén. Un ángel le dice que no, que no hace falta medir nada, porque Jerusalén va a ser ciudad abierta, llena de riqueza, y que Yahvé será su única muralla y defensa: «alégrate, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro de ti». Es la vuelta a los tiempos de las buenas relaciones entre Yahvé y su pueblo.
  • La salvación de Dios no sólo alcanza al pueblo judío, sino que va a ser universal.
  • Este texto de Zacarías nos invita al optimismo y a la vez nos recuerda que la Iglesia ha de ser abierta, universal.  Espacio de esperanza para todos.

***

  • Los discípulos «no comprendían» las palabras de Jesús, no porque éstas fueran oscuras o ininteligibles, sino porque su proceder no iba conforme a las ideas vigentes. No podían admitir que el camino del enviado de Dios tuviera que pasar necesariamente por la cruz. Ellos, igual que gran parte del pueblo, esperaban un Cristo triunfante que mediante un poder absoluto y arrollador realizara la liberación tan esperada. Las palabras de Jesús cuestionaban hondamente a los discípulos y había “algo” que les impedía comprender.
  • Ese “algo” eran las falsas expectativas mesiánicas que tenían y no coincidían con el obrar de Jesús. Esto lo llevó en el momento de la prueba a  enfrentar su destino en absoluta soledad.
  • Ese “algo” era un mundano triunfalismo que los volvía ciegos ante la novedad definitiva de un Dios, que se abaja hasta las profundidades más absolutas de la vida de los hombres, para elevarlas hacia Dios. Esa ceguera les impedía ponerse del lado del hombre, que realmente los podía salvar.
  • Todavía hoy, el anuncio de la pasión de Jesús continúa provocándonos y desconcertándonos. Que el Autor de la Vida anuncie su entrega en manos de aquéllos por quienes ha venido a darlo todo es una clara provocación. El cristiano no elige el sufrimiento por el sufrimiento mismo. Opta por la vida y ésta tiene sus límites; muchas veces dolorosos. El sufrimiento está ahí, aunque no lo llamemos. La verdad y la justicia se luchan y se paren y no hay parto sin dolor.
  • Aceptar el camino de la cruz de Jesús es dejarlo ser nuestro redentor, más aún, es dejarnos amar por Dios, y salir de nuestras cortas categorías de éxito.
  • Cristo asumió libremente el dolor hasta la muerte, para que sea para nosotros, camino de encuentro con el Padre de toda vida y no castigo de Dios. Olvidamos una y otra vez, que Cristo vino a redimirnos del pecado, y no se redime lo que no se asume. Por eso cargó sobre sí todos  nuestros sufrimientos y por sus llagas hemos sido curados. El camino de nuestra verdadera liberación pasa por dejarnos perdonar por un Dios que nos ama hasta el punto de morir por nosotros.
  • Una de las claves de la sabiduría cristiana que nos lleva a la verdadera libertad, es el reconocimiento de la grandeza y de la inmensidad del Amor de Dios, al mismo tiempo que admitimos nuestra pequeñez.

 

PARA DISCERNIR

  • ¿Acepto el camino del dolor?
  • ¿Me desilusiona un Jesús que sufre?
  • ¿Cómo vivo mis sufrimientos?

 

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Quiero seguirte Señor, quiero imitar tu entrega

 

ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES

Vicaría de Pastoral