jueves, 25 de septiembre de 2014

¿Quién es Jesús para nosotros?

¡Amor y paz!

A nosotros nos ocurre muchas veces igual que Herodes. Nos vienen todos los días con noticias sobre la persona de Jesús. Algunos lo exaltan tanto que tememos perderlo de vista en las órbitas siderales. Otros, lo presentan como un personaje pintoresco, uno de tantos que han existido en la historia de la humanidad. ¿Quién es Jesús para nosotros?

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este jueves de la 25ª. semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 9,7-9. 
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: "Es Juan, que ha resucitado". Otros decían: "Es Elías, que se ha aparecido", y otros: "Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado". Pero Herodes decía: "A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?". Y trataba de verlo. 

Comentario

En su época, algunos asimilaban a Jesús con la figura de su predecesor Juan. Incluso varios de los seguidores de Juan fueron más tarde sus discípulos. Muchos de entre el pueblo lo veían como un nuevo Elías, profeta del final de los tiempos que vendría a dar el dictamen decisivo de Dios sobre Israel. Otros en cambio lo asimilaban a la fuerte tradición profética. Lo veían como un profeta más en la línea de los grandes y antiguos orientadores del Pueblo elegido. Estando así de divididas las nociones acerca de Jesús, de estas preocupaciones no escapaban ni los grandes gobernantes. A todos les inquietaba este hombre que andaba por todos los caminos haciendo prodigios y anunciando una buena noticia a los pobres.

Nosotros hoy continuamos ansiosos por descubrir la identidad de este hombre. Pues, como cristianos aún desconocemos mucho de la vida y obra de quien consideramos el fundamento de nuestra Iglesia. Esta gran ignorancia respecto a él nos mueve a acercarnos a su figura con gran sencillez y confianza. La sencillez se funda en la imposibilidad de agotar con nuestra mirada toda la profundidad de su misterio. Porque, aunque es un ser humano como nosotros, su hondura existencial nos sobrepasa. Con confianza, puesto que nos sentimos como comunidad llamados por él para emprender la transformación de este mundo por medio de la misericordia y el amor fraterno.

Servicio Bíblico Latinoamericano