¡Amor y paz!
Siguen las antítesis entre
el Antiguo Testamento y los nuevos criterios de vida que Jesús enseña a los
suyos. Anteayer era lo de la caridad (algo más que no matar); ayer, la
fidelidad conyugal (corrigiendo el fácil divorcio de antes). Hoy se trata del
modo de portarnos en relación con la verdad.
Jesús no sólo desautoriza
el perjurio, o sea, el jurar en falso. Prefiere que no se tenga que jurar
nunca. Que la verdad brille por sí sola. Que la norma del cristiano sea el «sí»
y el «no», con transparencia y verdad. Todo lo que es verdad viene de Dios. Lo
que es falsedad y mentira, del demonio.
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este sábado de la 10.a semana
del tiempo ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Mateo 5,33-37.
Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor. Pero yo les digo que no juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios, ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la Ciudad del gran Rey. No jures tampoco por tu cabeza, porque no puedes convertir en blanco o negro uno solo de tus cabellos. Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno.
Comentario
La palabra humana es
frágil y pierde credibilidad ante los demás, sobre todo si nos han pillado
alguna vez en mentira o en exageraciones. Por eso solemos recurrir al
juramento, por lo más sagrado que tengamos, para que esta vez sí nos crean.
Jesús nos señala hoy el amor a la verdad como característica de sus seguidores.
Debemos decir las cosas
con sencillez, sin tapujos ni complicaciones, sin manipular la verdad. Así nos
haremos más creíbles a los demás (no necesitaremos añadir «te lo juro» para que
nos crean) y nosotros mismos conservaremos una mayor armonía interior, porque,
de algún modo, la falsedad rompe nuestro equilibrio personal.
Hoy podríamos leer, en
algún momento de paz -bastan unos quince minutos-, las páginas que el Catecismo
de la Iglesia Católica dedica al octavo mandamiento: vivir en la verdad, dar
testimonio de la verdad, las ofensas a la verdad, el respeto de la verdad (CEC
2464-2513).
J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 5
Tiempo Ordinario. Semanas 10-21
Barcelona 1997. Págs. 31-34
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 5
Tiempo Ordinario. Semanas 10-21
Barcelona 1997. Págs. 31-34