miércoles, 11 de enero de 2023

«Todos te andan buscando»

¡Amor y paz!

 

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este miércoles de la 1ª semana del tiempo ordinario, ciclo A.

 

Dios nos bendice...

 

Lectura de la carta a los Hebreos  2, 14-18

 

Ya que los hijos tienen una misma sangre y una misma carne, él también debía participar de esa condición, para reducir a la impotencia, mediante su muerte, a aquel que tenía el dominio de la muerte, es decir, al demonio, y liberar de este modo a todos los que vivían completamente esclavizados por el temor de la muerte.

Porque él no vino para socorrer a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham. En consecuencia, debió hacerse semejante en todo a sus hermanos, para llegar a ser un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel en el servicio de Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo.

Y por haber experimentado personalmente la prueba y el sufrimiento, él puede ayudar a aquellos que están sometidos a la prueba.

 

Palabra de Dios.

 

SALMO         

 

Sal 104, 1-2. 3-4. 6-7. 8-9 (R.: 8a)

 

R.        El Señor se acuerda eternamente de su alianza.

 

¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre,

hagan conocer entre los pueblos sus proezas;

canten al Señor con instrumentos musicales,

pregonen todas sus maravillas!  R.

 

¡Gloríense en su santo Nombre,

alégrense los que buscan al Señor!

¡Recurran al Señor y a su poder,

busquen constantemente su rostro!  R.

 

Descendientes de Abraham, su servidor,

hijos de Jacob, su elegido:

el Señor es nuestro Dios,

en toda la tierra rigen sus decretos.  R.

 

El se acuerda eternamente de su alianza,

de la palabra que dio por mil generaciones,

del pacto que selló con Abraham,

del juramento que hizo a Isaac.  R.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo Evangelio según san Marcos 1, 29-39

 

Jesús salió de la sinagoga, y fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos.

Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a éstos no los dejaba hablar, porque sabían quién era Él.

Por la mañana, antes que amaneciera, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar desierto; allí estuvo orando. Simón salió a buscarlo con sus compañeros, y cuando lo encontraron, le dijeron: «Todos te andan buscando.»

Él les respondió: «Vayamos a otra parte, a predicar también en las poblaciones vecinas, porque para eso he salido.» Y fue predicando en las sinagogas de toda la Galilea y expulsando demonios.

 

Palabra del Señor.

 

PARA REFLEXIONAR

  • Para los judíos y sobre todo los paganos, la salvación era un golpe de varita mágica, procedente de Dios que toca a los hombres desde fuera; y el ministerio sacerdotal, destinado a ser puente entre Dios y los hombres, hacía del sacerdote un ser aparte, separado del común de los mortales.
  • La humanidad estaba sometida al poder de la muerte. Para  liberarla y para salvarnos de esa situación vino el Hijo de Dios haciéndose uno de nosotros. “de la misma carne y sangre” que nosotros, participa de la condición de aquellos que quiere salvar.
  • Cristo no ha querido salvar al hombre sin el hombre, desde fuera, sino desde dentro, asumiendo El mismo nuestra carne y nuestra sangre.
  • Por eso el autor de la carta a los Hebreos se anima a decir que “tenía que parecerse en todo a sus hermanos para ser compasivo y pontífice fiel”. Tenía que experimentar desde la raíz misma de nuestra existencia, lo que es ser hombre, lo que es vivir, lo que es padecer y morir. Así podrá ser “compasivo” porque padece con los que sufren. No aprendió lo que es ser hombre en la teoría, sino en la experiencia de la misma vida. Así puede ser “pontífice”: hacer de puente entre Dios y la humanidad.

 ***

  • Jesús como conocedor de los sufrimientos humanos aparece hoy en el Evangelio de Marcos tocando el sufrimiento. Y así lo descubrimos en esta escena que nos presenta, el programa de una jornada entera de Jesús.
  • Al salir de la sinagoga va a casa de Pedro y cura a su suegra: la toma de la mano y la levanta. Cristo va comunicando su victoria contra el mal y la muerte, curando enfermos y liberando a los poseídos por el demonio.
  • Los milagros no son sólo una preocupación de Jesús para lograr una curación física en las personas. Son un gesto destinado a mostrar el querer de Dios sobre sus hijos y a crear conciencia de la responsabilidad frente al hermano que sufre. Jesús, con su actitud, quiere generar la nueva actitud que se debe asumir frente al sufrimiento, el dolor, la exclusión, la opresión y la muerte.
  • Jesús, busca que los hombres se reconozcan con su dignidad de hijos de Dios, quiere que se reconozcan como personas y descubran que no es el cumplimiento ciego de la ley lo que libera al ser humano, si este cumplimiento no se realiza en libertad, amor y responsabilidad, que permitan una vida más digna y más humana.
  • El episodio de la curación de la suegra de Pedro al salir de la sinagoga, es elocuente en este sentido: Jesús la cura y ella se pone a servir; se trata de una curación y liberación para el servicio, de una curación para el amor.
  • Luego atiende y cura a otros muchos enfermos y endemoniados; pero tiene tiempo también para estar a solas y ponerse a rezar, para estar en comunión con su Padre, antes de continuar predicando por otros pueblos. No se queda con el éxito fácil porque ha venido a evangelizar a todos.
  • Su triunfo sobre el mal que ve a su alrededor, no puede encerrarse en los límites estrechos de una ciudad, sino que debe manifestarse también a «los pueblos vecinos». La salida de Jesús de Cafarnaún puede ser una clave para entender su misión y la nuestra; y la agenda de Jesús debe ser una agenda para la Iglesia, para nuestra comunidad, para cada uno de nosotros.
  • La comunidad de los discípulos de Jesús está invitada también, a ser capaz de realizar una salida que, como la de Jesús, se coloque en la lucha contra el mal, y vaya allí donde hay necesidad de su presencia.
  • La realidad de los males que nos cercan, y a los que debemos dar una respuesta no pueden hacernos olvidar la característica universal de nuestra misión.
  • Estar al servicio del Evangelio, nos lleva a estar al servicio de nuestro prójimo. No podemos conformarnos con servir a los “nuestros”. Cuando creemos tener éxito por las obras que realizamos, o el bien que hacemos, no podemos quedar satisfechos y buscar la aprobación y el aplauso de los demás.
  • Antes de enviarnos, el Señor nos llama para que estemos con Él. La fuerza salvadora de nuestra acción no proviene de nuestro conocimiento o sagacidad, sino de Dios mismo, que continúa hablando y salvando a la humanidad por medio de su Iglesia.
  • Es necesario entrar en intimidad con el Señor en el desierto de nuestro propio corazón, para que encontrándonos cara a cara con nuestro Dios y Padre, descubramos el modo de realizar su voluntad de amor. Nuestra experiencia personal de Dios, nos permitirá ser realmente testigos del Evangelio de salvación que nos ha confiado.
  • No podemos conformarnos con la confesión de nuestra misma fe sólo en el interior de los templos, de la comunidad, o en la intimidad de la vida privada. Dios ha enviado a su Iglesia como puente para continuar realizando su obra de salvación a favor de toda la humanidad.
  • La Iglesia ha nacido para manifestar el amor de Dios a todos los hombres sin excepción. No nos conformemos, ni nos ilusionemos falsamente trabajando con quienes ya vienen; pensado que con eso basta, creyendo que así está todo cumplido. Dios quiere que su salvación alcance a todos los hombres y  llegue hasta el último rincón de la tierra.

 

PARA DISCERNIR

  • ¿Nos acercamos a los que sufren compartiendo sus sentimientos?
  • ¿Nuestro testimonio de fe se limita a los más cercanos?
  • ¿Me siento comprometido en la salvación de todos los hombres?

 

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

 

Aquí estoy Señor, envíame

 

ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES

Vicaría de Pastoral