¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este viernes de la
29ª semana del Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS
12, 54-59
Lectio:
Viernes, 26 octubre,
2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso y
eterno, te pedimos entregarnos a ti con fidelidad y servirte con sincero
corazón. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas
12,54-59
Decía también a la gente:
«Cuando veis que una nube se levanta por occidente, al momento decís: `Va a
llover', y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: `Viene bochorno', y así
sucede. ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo
no exploráis, pues, este tiempo? «¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo
que es justo? Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el
camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, el juez te
entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás
de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.»
3) Reflexión
● El evangelio de hoy nos
presenta un llamamiento de parte de Jesús para aprender a leer los Signos
de los Tiempos. Fue este texto lo que inspiró a Juan XXIII el convocar
a la Iglesia para prestar atención a los Signos de los Tiempos y percibir mejor
las llamadas de Dios en los acontecimientos de la historia de la humanidad.
● Lucas 12,54-55: Todos
saben interpretar los aspectos de la tierra y del cielo, ... “Decía también
a la gente: «Cuando veis que una nube se levanta por occidente, al
momento decís: `Va a llover', y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís:
`Viene bochorno', y así sucede.”. Jesús verbaliza una experiencia humana
universal. Todos y todas, cada cual en su país y en su región, sabemos leer los
aspectos del cielo y de la tierra. El cuerpo mismo percibe cuando amenaza
lluvia o cuando los cambios del tiempo: “¡Vamos a tener lluvia!” Jesús se
refiere a la contemplación de la naturaleza como siendo una de las fuentes más
importantes del conocimiento y de la experiencia que él mismo tenía de Dios.
Fue la contemplación de la naturaleza lo que le ayudó a descubrir aspectos
nuevos en la fe y en la historia de su pueblo. Por ejemplo, la lluvia que cae
sobre buenos y malos, y el sol que nace sobre justos o injustos, le ayudarán a
formular una de las imágenes más revolucionarias: “¡Amad a vuestros enemigos!”
(Mt 5,43-45).
● Lucas 12,56-57: ...,
pero no saben leer los signos de los tiempos. Y Jesús saca la
conclusión para sus contemporáneos y para todos nosotros: “¡Hipócritas! Sabéis
explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este
tiempo?” San Agustín decía que la naturaleza, la creación, es el
primer libro que Dios escribe. Por medio de ella Dios nos habla. El pecado
embrolló las letras del libro de la naturaleza y, por ello, ya no conseguimos
leer el mensaje de Dios estampado en las cosas de la naturaleza y en los hechos
de la vida. La Biblia, el segundo libro de Dios, fue escrito no para ocupar o
reemplazar la Vida, sino para ayudar a interpretar la naturaleza y la vida y
para aprender de nuevo a descubrir los llamados de Dios en los acontecimientos. “¿Por
qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?” Compartiendo
entre nosotros lo que vemos en la naturaleza, iremos descubriendo la llamada de
Dios en la vida.
● Lucas 12,58-59: Saber
sacar la lección para la vida. “Cuando vayas con tu adversario al magistrado,
procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, el
juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no
saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.» Uno de
los puntos en que Jesús más insistía es la reconciliación. En aquella época
había muchas tensiones y conflictos entre grupos radicales con tendencias
diferentes, sin diálogo: zelotes, esenios, fariseos, saduceos, herodianos.
Ninguno quería ceder ante el otro. Las palabras de Jesús sobre reconciliación
pidiendo acogida y comprensión iluminan esta situación. Pues el único pecado
que Dios no consigue perdonar es el que no perdonemos a los demás (Mt 6,14).
Por esto, aconseja procurar la reconciliación antes de que sea demasiado tarde.
Cuando llegue la hora del juicio, será demasiado tarde. Cuando tengamos tiempo,
procuremos cambiar de vida, de comportamiento y de modo de pensar y procuremos
acertar el paso (cf. Mt 5,25-26; Col 3,13; Ef 4,32; Mc 11,25).
4) Para la reflexión
personal
● Leer los Signos de los
Tiempos. Cuando escucho o leo las noticias en la tele o en los periódicos,
¿tengo la preocupación de percibir las llamadas de Dios en estos hechos?
● Reconciliar es la
petición en la que Jesús más insiste. ¿Cómo trato de colaborar en la
reconciliación entre las personas, las razas, los pueblos, las tendencias?
5) Oración final
Del Señor es la tierra y
cuanto la llena,
el orbe y cuantos lo habitan,
pues él lo fundó sobre los mares,
lo asentó sobre los ríos. (Sal 24,1-2)
el orbe y cuantos lo habitan,
pues él lo fundó sobre los mares,
lo asentó sobre los ríos. (Sal 24,1-2)
Orden de los Carmelitas