jueves, 15 de diciembre de 2016

“No ha surgido entre los hombres nadie mayor que…”

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar la primera lectura, el Evangelio y el comentario, en este jueves de la 3ª semana de Adviento.

Dios nos bendice…

Libro de Isaías 54,1-10.
¡Grita de alegría, estéril, tú que no has dado a luz; ¡prorrumpe en gritos de alegría, aclama, tú que no has conocido los dolores del parto! Porque los hijos de la mujer desamparada, son más numerosos que los de la desposada, dice el Señor. ¡Ensancha el espacio de tu carpa, despliega tus lonas sin mezquinar, alarga tus cuerdas, afirma tus estacas! Porque te expandirás a derecha y a izquierda, tu descendencia poseerá naciones enteras y poblará ciudades desoladas. No temas, porque no te avergonzarás: no te sonrojes, porque no serás confundida: olvidarás la ignominia de tu adolescencia y no te acordarás del oprobio de tu viudez. Porque tu esposo es aquel que te hizo: su nombre es Señor de los ejércitos; tu redentor es el Santo de Israel: él se llama "Dios de toda la tierra". Sí, como a una esposa abandonada y afligida te ha llamado el Señor: "¿Acaso se puede despreciar a la esposa de la juventud?". dice el Señor. Por un breve instante te dejé abandonada, pero con gran ternura te uniré conmigo; en un arrebato de indignación, te oculté mi rostro por un instante, pero me compadecí de ti con amor eterno, dice tu redentor, el Señor. Me sucederá como en los días de Noé, cuando juré que las aguas de Noé ni inundarían de nuevo la tierra: así he jurado no irritarme más contra ti ni amenazarte nunca más. Aunque se aparten las montañas y vacilen las colinas, mi amor no se apartará de ti, mi alianza de paz no vacilará, dice el Señor, que se compadeció de ti. 
Evangelio según San Lucas 7,24-30. 
Cuando los enviados de Juan partieron, Jesús comenzó a hablar de él a la multitud, diciendo: "¿Qué salieron a ver en el desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que llevan suntuosas vestiduras y viven en la opulencia, están en los palacios de los reyes. ¿Qué salieron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta. Él es aquel de quien está escrito: Yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Les aseguro que no hay ningún hombre más grande que Juan, y sin embargo, el más pequeño en el Reino de Dios es más grande que él. Todo el pueblo que lo escuchaba, incluso los publicanos, reconocieron la justicia de Dios, recibiendo el bautismo de Juan. Pero los fariseos y los doctores de la Ley, al no hacerse bautizar por él, frustraron el designio de Dios para con ellos. 
Comentario

1. Un Amor Renovado

1.1 Jerusalén, abandonada y vejada, parecía el símbolo trágico de un futuro sin esperanza. Por eso el profeta interviene enviando un mensaje de consolación a los desterrados, cuya más alta concreción se halla en el futuro glorioso de Jerusalén, la ciudad símbolo de la presencia de Dios en medio de su pueblo.

1.2 Jerusalén, comparada a una viuda o a una divorciada abandonada por el esposo, pacta nuevamente con el Señor. Se reanuda el tema, glosado ya por Oseas y Jeremías, del amor de Yahvé a Jerusalén, descrito en forma de imágenes matrimoniales, sin que por ello el autor pierda originalidad con el empleo de bellísimas expresiones: "Aunque se retiren los montes y tiemblen los collados, no se retirará de ti mi misericordia, ni mi alianza de paz vacilará, dice Yahvé, que te quiere" (v 10). La estabilidad del nuevo pacto de amor iniciativa del esposo, se afirma recurriendo a la hipótesis de lo imposible.

1.3 Así comenta los versículos de la primera lectura de hoy F. Raurell en "La Biblia Día a Día."

2. La grandeza del Bautista

2.1 Llama nuestra atención que Jesús haga un elogio de alguien. No es algo frecuente en los Evangelios. Y no es poco lo que dice: "nadie mayor...".

2.2 Ahora bien, la traducción incluida en esta página dice: "no ha surgido entre los hombres nadie mayor que Juan el Bautista", pero está más cercano al texto original este otro modo: "entre los nacidos de mujer no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista". En efecto, la expresión "nacidos de mujer" equivale materialmente hablando a "los hombres, los seres humanos", pero tiene también una connotación que no debemos perder: "lo que puede dar una mujer a este mundo; lo que la carne y la sangre pueden dar a esta tierra; lo que puede lograr el ser humano desde sus propias fuerzas".

2.3 Y el sentido del texto sería: "lo más grande que puede esperarse del ser humano, por sus propias fuerzas, es la inmensa honestidad y la carga de verdad que brilla en Juan, el Bautista". Eso explica lo que sigue: "sin embargo, el más pequeño en el Reino de los cielos es mayor que él". Juan es el gran "nacido de mujer, nacido de la carne y la sangre"; en cambio, lo que nace para el Reino, no nace de la carne y la sangre (cf. Jn 1,13). Se anuncia aquí el misterio del nuevo nacimiento, que sólo se hace posible por la gracia de Cristo, y que es imposible por el sólo arrepentimiento y la conciencia de la indigencia humana.


http://fraynelson.com/homilias.html.