lunes, 2 de octubre de 2023

Él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en tus caminos

¡Amor y paz!

 

Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este lunes XXVI del Tiempo Ordinario, en que celebramos la memoria de los Santos Ángeles Custodios.

 

Dios nos bendice...

 

PRIMERA LECTURA

 

Lectura del  Libro del Éxodo 23,20-23a

 

Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado.

Respétalo y escucha su voz. No te rebeles contra él, porque no les perdonará las transgresiones, ya que mi Nombre está en él.

Si tú escuchas realmente su voz y haces todo lo que te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios.

Entonces mi ángel irá delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, los hititas, los perizitas, los cananeos, los jivitas y los jebuseos, y los exterminará.

 

Palabra de Dios

 

SALMO       

 

Sal 91(90) ,1-2.3-4.5-6.10-11.

 

Tú que vives al amparo del Altísimo

y resides a la sombra del Todopoderoso,

di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte,

mi Dios, en quien confío». R:

 

Él te librará de la red del cazador

y de la peste perniciosa;

te cubrirá con sus plumas,

y hallarás un refugio bajo sus alas. R:

 

No temerás los terrores de la noche,

ni la flecha que vuela de día,

ni la peste que acecha en las tinieblas,

ni la plaga que devasta a pleno sol.  R:

 

No te alcanzará ningún mal,

ninguna plaga se acercará a tu carpa,

porque él te encomendó a sus ángeles

para que te cuiden en todos tus caminos.

 

EVANGELIO

 

Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18, 1-5. 10

 

En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: «¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?».

Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.

Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.

El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.

Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial.

 

Palabra del Señor.

 

PARA REFLEXIONAR

  • Los fariseos y saduceos mantenían una disputa sobre si los ángeles existen o no. Los saduceos decían que éstos no eran otra cosa que invenciones, fantasías de ignorantes.
  • Jesús, quiso dejar bien clara la doctrina, y lo hace de manera desconcertante. «Llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: cuídense de menospreciar a uno de estos pequeños; porque sus ángeles, en los cielos, ven continuamente el rostro de mi Padre que está en los cielos».
  • Los niños no contaban en aquella sociedad y estaban desposeídos de toda clase de derechos; eran con frecuencia despreciados por la gente y no tenidos en cuenta para la toma de decisiones dentro de la casa. La palabra griega con la que se dice niño, denomina con frecuencia a un niño en cuánto que ejerce de sirviente y ayuda en las tareas familiares. A esta clase de niños, se refiere el evangelio de hoy, cuando Jesús propone a uno de ellos como modelo a imitar. El mayor en el Reino de Dios es el niño y el que se hace como niño, porque representa en forma única el despojo de todo poder.
  • Los ángeles custodios nos revelan la presencia trascendente de Dios en cada persona, especialmente en los más pobres. Cuando Jesús invita a sus discípulos a cambiar, lo hace poniendo como modelos a “estos niños”, los servidores.
  • Dios, como Padre Providente, siempre vela por nosotros y se ha hecho cercano a nosotros por medio de Jesús, su Hijo hecho Hombre. Él siempre manifestó su amor para con los pobres y los enfermos, para con los pequeños y los pecadores; Él nunca permaneció indiferente ante el sufrimiento humano. Su amor preferencial para aquellos que son considerados como los niños, desprotegidos de todo y necesitados de todo, nos recuerda cuál debe ser también el camino preferencial en el amor de la Iglesia.
  • Hay muchos que necesitan quien vele por ellos y por sus intereses. Dios nos ha enviado a ellos para que les manifestemos de un modo real, efectivo, el amor misericordioso del Señor que nos ha concedido y que quiere que llegue a todos por medio de su Iglesia. Esta presencia de Dios en los más pobres, que son los más grandes en el Reino, es lo que da a los pobres esa trascendencia que hace que sus ángeles en los cielos vean continuamente el rostro de Dios.
  • Los niños son delante de Dios, los más importantes de los hombres; lo que a ellos ocurre tiene inmediata resonancia ante el Padre del cielo.
  • Como discípulos que viven unidos a Cristo, debemos preocuparnos de cuidar de nuestros hermanos necesitados, como Dios ha velado por nosotros. Quien sirve más, ese es el más grande. La grandeza consiste en servir.

 

PARA DISCERNIR

  • ¿Somos conscientes de lo que nos define como discípulos?
  • ¿Valoro a los más pequeños y desposeídos?
  • ¿Experimento la fe como una vocación de servicio?

 

REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

 

Dame un corazón de niño

 

ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES

Vicaria de Pastoral