¡Amor y paz!
Los invito, hermanos,
a leer y meditar el Evangelio, en este sábado de la XI Semana del Tiempo
Ordinario, Ciclo C.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Mateo 6,24-34
Lectio
Sábado, 22 Junio ,
2019
Tiempo
Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, fuerza de
los que en ti esperan, escucha nuestras súplicas; y, pues el hombre es frágil y
sin ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus
mandamientos y agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
santo Evangelio según Mateo 6,24-34
«Nadie puede servir a
dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno
y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero. «Por eso os digo:
No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo,
con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que
el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en
graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que
ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir
un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos?
Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os
digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a
la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste,
¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues,
preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos
a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe
vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero el
Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así
que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día
tiene bastante con su propio mal.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy
nos ayuda a revisar la relación con los bienes materiales y trata dos asuntos
de distinto peso: nuestra relación con el dinero (Mt 6,24) y nuestra relación
con la Providencia Divina (Mt 6,25-34). Los consejos dados por Jesús suscitan
diversas preguntas de difícil respuesta. Por ejemplo, ¿cómo entender hoy la
afirmación: "No puedes servir a Dios y al dinero” (Mt 6,24)? ¿Cómo
entender la recomendación de no preocuparnos con la comida, la bebida y la ropa
(Mt 6,25)?
• Mateo
6,24: «Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará
al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a
Dios y al Dinero.
Cada cual tendrá que
elegir. Tendrá que preguntarse: “¿Quién ocupa el primer lugar en mi vida: Dios
o el dinero?” De esto dependerá la comprensión de los consejos que siguen sobre
la Providencia Divina (Mt 6,25-34). No se trata de una opción hecha sólo con la
cabeza, sino de una opción de vida bien concreta que envuelve las actitudes.
• Mateo
6,25: Jesús critica la excesiva preocupación con la comida y el
vestido. Esta crítica de Jesús provoca hasta hoy mucho espanto entre la
gente, pues la gran preocupación que tiene un padre, una madre de familia es la
comida y el vestido para los hijos. El motivo de la crítica es que la vida vale
más que la comida y el cuerpo vale más que la ropa. Para aclarar su crítica,
Jesús cuenta dos parábolas: de los pajaritos y de las flores.
• Mateo
6,26-27: La parábola de los pajaritos: la vida vale más que la comida.
Jesús manda mirar a los pajaritos. No siembran, no almacenan, y sin embargo
tienen siempre algo que comer, porque el Padre celestial los
alimenta: “¿No valéis vosotros más que ellos?” Lo que Jesús critica
es cuando la preocupación por la comida ocupa todo el horizonte de la vida de
las personas, sin dejar espacio para experimentar y saborear la gratuidad de la
fraternidad y de la pertenencia al Padre. Por eso, el sistema neoliberal es
criminal porque obliga a la gran mayoría de las personas a vivir 24 horas al
día preocupándose por la comida y por la ropa, y produce en otra pequeña
minoría rica el ansia de comprar y consumir hasta el punto de no dejar espacio para
otra cosa. Jesús dice que la vida vale más de los bienes de consumo. El sistema
neoliberal impide la vivencia del Reino.
• Mateo
6,28-30: La parábola de los lirios: el cuerpo vale más que el vestido.
Jesús manda mirar las flores, los lirios del campo. ¡Con qué elegancia y
belleza Dios los viste! “Si Dios los veste así, ¿no lo hará mucho más con
vosotros, hombres de poca fe? Jesús insiste en las cosas de la naturaleza,
para que viendo las flores y el campo, la gente recuerde la misión que tenemos:
luchar por el Reino y crear una convivencia que pueda garantizar comida y
vestido para todos.
• Mateo
6,31-32: No ser como los paganos. Jesús retoma la crítica contra una
excesiva preocupación por la comida, la bebida y el vestido. Y
concluye: “¡Son los paganos que se preocupan con todo esto!” Debe de
haber una diferencia en la vida de los que tienen fe en Jesús y de los que no
la tienen. Los que tienen fe en Jesús comparten con él la experiencia de
gratuidad de Dios como Padre, Abba. Esta experiencia de paternidad tiene que
revolucionar la convivencia. Tiene que engendrar una vida comunitaria que sea
fraterna, semilla de una nueva sociedad.
• Mateo
6,33-34: El Reino en primer lugar. Jesús apunta dos criterios:
“Buscar primero el Reino” y “No preocuparse por el día de mañana”. Buscar en
primer lugar el Reino y su justicia significa tratar de hacer la voluntad de
Dios y permitir a Dios que reine en nuestra vida. La búsqueda de Dios se
traduce concretamente en búsqueda de una convivencia fraterna y justa. Donde
hay esta preocupación por el Reino, nace una vida comunitaria donde todos viven
como hermanos y hermanas y nadie pasará más necesidad. Allí no habrá más
preocupación con el día de mañana, esto es, no habrá más preocupación en
acumular.
• Buscar primero
el Reino de Dios y su justicia. El Reino de Dios tiene que ser el centro
de todas nuestras preocupaciones. El Reino pide una convivencia, donde no haya
acumulación, y donde haya compartir, para que todos tengan lo necesario para
vivir. El Reino es la nueva convivencia fraterna, en la que cada persona se
siente responsable del otro. Esta manera de ver el Reino ayuda a entender mejor
las parábolas de los pajaritos y de las flores, pues para Jesús la Providencia
Divina pasa por la organización fraterna. Preocuparse por el Reino y su
justicia es lo mismo que preocuparse por aceptar a Dios como Padre y ser
hermanos y hermanas de otros. Ante el creciente empobrecimiento causado por el
neoliberalismo económico, la salida concreta que el evangelio nos presenta y
que los pobres encontrarán para su supervivencia es la solidaridad y la
organización.
• Una lama afilada en
la mano de un niño puede ser una arma mortal. Una lama afilada en la mano de
una persona agarrada con cuerdas es arma que salva. Así son las palabras de
Jesús sobre la Providencia Divina. Sería anti-evangélico decir a un padre de familia
sin empleo, pobre, con ocho hijos y mujer enferma: "¡No ande
preocupado con lo que va a comer y a beber! ¿Por qué preocuparse del vestido y
de la salud?" (Mt 6,25.28). Esto lo podemos decir cuando, al imitar a
Dios como Jesús, nos organizamos entre nosotros para poder compartir,
garantizando a los hermanos la sobrevivencia. De lo contrario seríamos como los
tres amigos de Job, para defender a Dios, contaban mentiras sobre la vida
humana (Job 13,7). Sería como “disponer de un huérfano y traicionar a un amigo”
(Job 6,27). En boca del sistema de los ricos, estas palabras pueden ser armas
mortales contra los pobres. En boca del pobre, pueden ser una salida real y
concreta para una convivencia mejor, más justa y más fraterna.
4) Para la reflexión
personal
•
¿Cómo entiendo y vivo la confianza en la Providencia Divina?
•
Como cristianos tenemos la misión de dar una expresión concreta a aquello que
nos anima por dentro. ¿Cuál es la expresión que estamos dando a nuestra
confianza en la Divina Providencia?
5) Oración final
Mi lengua proclama tu
promesa,
pues justos son tus
mandamientos.
Acuda tu mano en mi
socorro,
pues he elegido tus
ordenanzas. (Sal 119,172-173)
Orden del los
Carmelitas