¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y
meditar el Evangelio, en este miércoles de la 16a semana del Tiempo Ordinario,
ciclo C.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Mateo 13,1-9
Lectio
Miércoles, 24 Julio
, 2019
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Muéstrate propicio con
tus hijos, Señor, y multiplica sobre ellos dones de tu gracia, para que,
encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento
de tu ley. Por nuestro Señor.
2) Lectura del
Evangelio
Del
Evangelio según Mateo 13,1-9
Aquel día, salió Jesús
de casa y se sentó a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él, que
hubo de subir a sentarse en una barca, y toda la gente quedaba en la ribera. Y
les habló muchas cosas en parábolas.
Decía: «Salió un
sembrador a sembrar. Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino;
vinieron las aves y se las comieron. Otras cayeron en pedregal, donde no tenían
mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura de tierra; pero en cuanto
salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron. Otras cayeron entre
abrojos; crecieron los abrojos y las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y
dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta. El que tenga oídos, que
oiga.»
3) Reflexión
• En el capítulo 13
del Evangelio de Mateo empieza el tercero gran discurso, el Sermón de las Parábolas. Como ya dijimos anteriormente en el comentario del
evangelio del miércoles (14° del tiempo ordinario), Mateo organizó su evangelio
como una nueva edición de la Ley de Dios o como un nuevo “Pentateuco” con sus
cinco libros. Por esto, su evangelio nos presenta cinco discursos o enseñanzas
de Jesús, seguidos de partes narrativas, en las que se describe cómo Jesús
practicaba lo que había enseñado en los discursos. He aquí el esquema:
Introducción: nacimiento y preparación del Mesías (Mt 1 a 4)
a) Sermón de la
Montaña: la puerta de entrada en el Reino (Mt 5 a 7)
Narrativa Mt 8 e 9
b) Sermón de la
Misión: cómo anunciar e irradiar el Reino (Mt 10)
Narrativa Mt 11 e 12
c) Sermón de las
Parábolas: el misterio del Reino presente en la vida (Mt 13)
Narrativa Mt 14 a 17
d) Sermón de la
Comunidad: la nueva manera de convivir en el Reino (Mt 18)
Narrativa 19 a 23
e) Sermón de la venida
futura del Reino: la utopía que sustenta la esperanza (Mt 24 e 25)
Conclusión: pasión, muerte y resurrección (Mt 26 a 28).
• En el evangelio de
hoy vamos a meditar sobre la parábola de la semilla. Jesús tenía una manera
bien popular de enseñar por medio de comparaciones y parábolas. Generalmente,
cuando terminaba de contar una parábola, no explicaba, sino que acostumbraba decir:
“¡Quien tenga oídos para oír que oiga!” (Mt 11,15; 13,9.43). De vez en cuando,
explicaba a los discípulos (Mt 13,36). Las parábolas hablan de las cosas de la
vida: semilla, lámpara, grano de mostaza, sal, etc. Son cosas que existen en la
vida de todos, de la gente de aquel tiempo como de la de hoy. De este modo, la
experiencia que hoy tenemos de estas cosas se vuelve para nosotros un medio
para descubrir la presencia del misterio de Dios en nuestras vidas. Hablar en
parábolas es revelar el misterio del Reino presente en la vida.
• Mateo 13,1-3: Sentado en un barco, Jesús enseñaba
a la gente. Como en el Sermón de la
Montaña (Mt 5,1-2), también aquí Jesús hace una breve introducción al Sermón de las Parábolas, describiendo la manera en que Jesús enseña a la
gente a orillas del lago, sentado en un barco, y mucha gente está su alrededor
para escucharle. Jesús no era una persona culta (Jn 7,15). No había cursado
estudios en la escuela superior de Jerusalén. Venía del interior, de Nazaret.
Era un desconocido, medio campesino, medio artesano. Sin pedir permiso a las
autoridades religiosas, comenzó a enseñar a la gente. A la gente le gustaba
oírle. Jesús enseñaba sobre todo mediante parábolas. Ya vimos varias: la del
pescador de hombres (Mt 4,19), de la sal (Mt 5,13), de la lámpara (Mt 5,15), de
las aves del cielo y de los lirios del campo (Mt 6,26.28), de la casa
construida sobre roca (Mt 7,24). Pero ahora, en el capítulo 13, las parábolas
empiezan a tener un significado especial: sirven para revelar el misterio del
Reino de Dios presente en medio de la gente y en la actividad de Jesús.
• Mateo 13,4-8: La parábola de la semilla habla de
la vida de los campesinos. En aquel
tiempo, no era fácil vivir de la agricultura. El terreno era muy pedregoso.
Había mucho matorral. Poca lluvia, mucho sol. Además de esto, muchas veces la
gente al pasar por el campo pisaba las plantas (Mt 12,1). Sin embargo, y a
pesar de todo esto, todos los años, el agricultor sembraba y plantaba,
confiando en la fuerza de la semilla, en la generosidad de la naturaleza. La
parábola del sembrador describe lo que todos sabían y hacían: la semilla
sembrada por el agricultor cae. Una parte cae a lo largo del camino; otra entre
piedras y espinos; otra parte en tierra buena, donde, según la calidad del
terreno, se reproduce treinta, sesenta y hasta cien veces. Una parábola es una
comparación. Se sirve de cosas conocidas y visibles de la vida para explicar
las cosas invisibles y desconocidas del Reino de Dios. La gente de Galilea
entendía de semillas, de terreno, de lluvia, de sol y de cosecha. Y Jesús se
sirve exactamente de estas cosas conocidas por el pueblo para explicar el
misterio del Reino.
• Mateo 13,9: Quien tenga oídos para oír, que oiga significa: “¡Esto es! Habéis oído: ¡ahora se trata de entender!” El camino para llegar al entendimiento de la
parábola es la búsqueda: “¡Traten de entender!” La parábola no entrega todo
inmediatamente, pero lleva a pensar y hace descubrir desde la experiencia que
los oyentes tienen de la semilla. Provoca la creatividad y la participación. No
es una doctrina que llega ya pronta para ser enseñada y asimilada. La Parábola
no da agua embotellada, sino que entrega la fuente. El agricultor que escucha
la parábola, dice:“Semilla en la tierra, ¡yo sé lo que es! Pero Jesús dice que
esto tiene que ver con el Reino de Dios: ¡Qué será?” Y nos podemos imaginar las
largas conversaciones de la gente. La parábola se mezcla con la gente y lleva a
escuchar la naturaleza y a pensar en la vida. Una vez alguien preguntó en una
comunidad: ¿Para qué sirve la sal? Discutieron y, al final, encontraron más de
diez diversas finalidades para la sal. Y fueron a aplicar todo esto a la vida
de la comunidad y descubrieron que ser sal es difícil y exigente. ¡La parábola
funcionó!
4) Para la reflexión
personal
• ¿Cómo fue la
enseñanza del catecismo que has recibido cuando eras niño/a? ¿Fue de
comparaciones sacadas de la vida’ ¿Recuerdas alguna comparación importante que
el/la catequista te contó? Y hoy ¿cómo es la catequesis en tu comunidad?
• A veces somos
camino; otras veces piedra; otras veces, espinos; otras veces, tierra buena. Yo
¿qué soy? En nuestra comunidad ¿qué somos? La Palabra de Dios, ¿qué fruto está
produciendo en mi vida, en mi familia y en nuestra comunidad: treinta, sesenta,
o cien?
5) Oración final
El Señor en su santo
Templo,
El Señor en su trono
celeste;
sus ojos ven el mundo,
sus pupilas examinan a
los hombres. (Sal 11,4)
Orden de los
Carmelitas