¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, cuando celebramos la fiesta de san Matías, apóstol.
Dios nos bendice...
Lectio
Divina: San Matías Apóstol - Jn 15,9-17
Lectio
Jueves,
14 de mayo de 2020
1) Oración inicial
Señor
Dios todopoderoso, que, sin mérito alguno de nuestra parte, nos has hecho pasar
de la muerte a la vida y de la tristeza al gozo; no pongas fin a tus dones, ni
ceses de realizar tus maravillas en nosotros, y concede a quienes ya hemos sido
justificados por la fe la fuerza necesaria para perseverar siempre en ella. Por
nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 15,9-17
Como
el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.
10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado.
12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros."
10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado.
12 Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como yo os he amado.
13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.
15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.
17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros."
3) Reflexión
•
La reflexión sobre la parábola de la vid comprende los versículos de 1 a 17.
Ayer meditamos los versículos de 1 a 8. Hoy meditamos los versículos de 9 a 11.
Pasado mañana, el evangelio del día salta los versículos de 12 a 17 y empieza
desde el versículo 18, que habla de otro tema. Por esto, incluimos hoy un breve
comentario de los versículos de 12 a 17, pues en estos versículos despunta la
flor y es aquí donde la parábola de la vid muestra toda su belleza.
•
El evangelio de hoy es de apenas tres versículos, que dan continuidad al
evangelio de ayer y arrojan más luz para aplicar la comparación de la vid a la
vida de las comunidades. La comunidad es como una vid. Pasa por momentos
difíciles. Es el momento de la poda, momento necesario para que produzca más fruto.
•
Juan 15,9-11: Permanecer en el amor, fuente de la perfecta alegría. Jesús
permanece en el amor del Padre observando los mandamientos que de él recibió.
Nosotros permanecemos en el amor de Jesús observando los mandamientos que él
nos dejó. Y debemos observarlos del mismo modo que él observó los mandamientos
del Padre: “Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he
guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.” Y en esta
unión de amor del Padre y de Jesús está la fuente de la verdadera alegría: “Os
he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado”.
•
Juan 15,12-13: Amar a los hermanos como él nos amó. El mandamiento de Jesús es
uno solo: "¡amarnos unos a otros como él nos amó!" (Jn 15,12). Jesús
supera el Antiguo Testamento. El criterio antiguo era: "Amarás a tu
prójimo como a ti mismo" (Lv 18,19). El nuevo criterio es: "Amaros
unos a otros como yo os he amado”. Aquí Jesús dice la frase: "¡No hay amor
más grande de aquel que da la vida para sus hermanos!"
•
Juan 15,14-15 Amigos y no siervos. "Seréis mis amigos. Vosotros sois mis
amigos, si hacéis lo que yo os mando”, a saber, la práctica del amor hasta el
don total de sí. En seguida, Jesús coloca un ideal altísimo para la vida de los
discípulos y de las discípulas. Y les dice: " No os llamo ya siervos,
porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos,
porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer". Jesús no
tenía secretos para sus discípulos y sus discípulas. Todo lo que ha oído del
Padre nos lo cuenta. Es éste el ideal bonito de la vida en comunidad: llegamos
a la total transparencia, al punto de no tener secretos entre nosotros y de
podernos confiar totalmente el uno en el otro, de podernos compartir la
experiencia que tenemos de Dios y de la vida y, así, enriquecernos mutuamente.
Los primeros cristianos conseguirán realizar este ideal durante algunos años.
Ellos "eran un solo corazón y una sola alma" (He 4,32; 1,14;
2,42.46).
•
Juan 15,16-17: Fue Jesús quien nos eligió. No fuimos nosotros quienes elegimos
a Jesús. Fue él quien nos encontró, nos llamó y nos dio la misión de ir y de
dar fruto, fruto que permanezca. Nosotros necesitamos de él, pero también él
quiere precisar de nosotros y de nuestro trabajo para poder continuar haciendo
hoy lo que él hizo para el pueblo de Galilea. La última recomendación:
"¡Esto os mando: que os améis unos a otros!"
•
El Símbolo de la Vid en la Biblia. El pueblo de la Biblia cultivaba viñas y
producía un buen vino. La recogida de la uva era una fiesta, con cantos y
danzas. Fue de allí que tuvo origen el canto de la viña, usado por el profeta
Isaías. El compara el pueblo de Israel con una viña (Is 5,1-7; 27,2-5; Sal
80,9-19). Antes de él, el profeta Oseas ya había comparado a Israel con una
viña exuberante que cuanto más frutos producía, más multiplicaba sus idolatrías
(Os 10,1). Este tema fue también utilizado por Jeremías, que comparó Israel a
una viña bastarda (Jer 2,21), de la que iban a ser arrancados los ramos (Jer
5,10; 6,9). Jeremías usa estos símbolos porque él mismo tuvo una viña que fue
pisada y devastada por los invasores (Jer 12,10). Durante el cautiverio de
Babilonia, Ezequiel usó el símbolo de la vid para denunciar la infidelidad del
pueblo de Israel. Contó tres parábolas sobre la vid: a) La vid quemada que ya
no sirve para nada (Ez 15,1-8); b) La vid falsa plantada y protegida por dos
aguas, símbolos de los reyes de Babilonia y de Egipto, enemigos de Israel (Ez
17,1-10). c). La vid destruida por el viento oriental, imagen del cautiverio de
Babilonia (Ez 19,10-14). La comparación de la vid fue usada por Jesús en varias
parábolas: los trabajadores de la viña (Mt 21,1-16); los dos hijos que deben
trabajar en la viña (Mt 21,33-32); los que alquilaron una viña, no pagaron el
dueño, espantaron a sus siervos y mataron a su hijo (Mt 21,33-45); la higuera
estéril plantada en la viña (Lc 13,6-9); la vid y los sarmientos (Jn 15,1-17).
4) Para la reflexión personal
•
Somos amigos y no siervos. ¿Cómo vivo esto en mi relación con las personas?
• Amar como Jesús nos amó. ¿Cómo crece en mí este ideal de amor?
• Amar como Jesús nos amó. ¿Cómo crece en mí este ideal de amor?
5) Oración final
¡Cantad
al Señor, bendecid su nombre!
Anunciad su salvación día a día,
contad su gloria a las naciones,
sus maravillas a todos los pueblos. (Sal 96,2-3)
Anunciad su salvación día a día,
contad su gloria a las naciones,
sus maravillas a todos los pueblos. (Sal 96,2-3)
Orden
de los Carmelitas