¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este Lunes Santo.
Dios nos bendice...
Lectio Divina: Juan
12,1-11
Lectio
Lunes, 6 de abril de 2020
Tiempo de
Cuaresma
1) Oración inicial
Dios todopoderoso, mira la
fragilidad de nuestra naturaleza y levanta nuestra débil esperanza con la
fuerza de la pasión de tu Hijo. Que vive y reina contigo.
2) Lectura
Del
Evangelio según Juan 12,1-11
Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania, donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Le dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?» Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre me tendréis.»
Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en Jesús.
3) Reflexión
• Estamos entrando en la
Semana Santa, en la semana de la pascua de Jesús, de su pasaje de este mundo al
Padre (Jn 13,1). La liturgia de hoy coloca ante nosotros el comienzo del
capítulo 12 del evangelio de Juan, que enlaza el Libro de las Señales (cc 1-11)
y el Libro de la Glorificación (cc.13-21). Al final del "Libro de las
Señales", aparece con claridad la tensión entre Jesús y las autoridades
religiosas de la época (Jn 10,19-21.39) y el peligro que Jesús corre. Varias
veces tratarán de matarle (Jn 10,31; 11,8.53; 12,10). Tanto es así que Jesús se
ve obligado a llevar una vida clandestina, pues podían detenerle en cualquier
momento (Jn 10,40; 11,54).
• Juan 12,1-2: Jesús,
perseguido por los judíos, va a Betania. Seis días antes da pascua, Jesús va a
Betania en casa de sus amigas Marta y María y de Lázaro. Betania significa Casa
de la Pobreza. El estaba siendo perseguido por la policía (Jn 11,57). Quieren
matarle (Jn 11,50). Pero aún sabiendo que la policía estaba detrás de Jesús,
María, Marta y Lázaro reciben a Jesús en casa y le ofrecen comida. Acoger a una
persona perseguida y ofrecerle comida era peligroso. Pero el amor hace superar
el miedo.
• Juan 12,3: María unge a
Jesús. Durante la comida, María unge los pies de Jesús con medio litro de
perfume de nardo puro (cf. Lc 7,36-50). Era un perfume caro, muy caro, de
trescientos denarios. Inmediatamente, seca los pies a Jesús con sus cabellos.
La casa entera se llena de perfume. En todo este episodio, María no habla. Sólo
actúa. El gesto lleno de simbolismo habla de por sí. Lavando los pies, María se
convierte en servidora. Jesús repetirá ese mismo gesto en la última cena (Jn
13,5).
• Juan 12,4-6: Reacción de
Judas. Judas critica el gesto de María. Afirma que es un desperdicio. ¡De
hecho, trescientos denarios era el salario de trescientos días! ¡Así que el
salario de casi un entero año fue gastado de una sola vez! Judas piensa que el
dinero habría que darlo a los pobres. El evangelista comenta que Judas no tenía
ninguna preocupación por los pobres, sino que era un ladrón. Tenía la bolsa
común y robaba dinero. Juicio fuerte que condena a Judas. No condena la
inquietud por los pobres, sino la hipocresía que usa a los pobres para
promoverse y enriquecerse. Según sus intereses egoístas, Judas piensa sólo en
el dinero. Por esto no percibe lo que estaba pasando en el corazón de María.
Jesús conoce el corazón y defiende a María.
• Juan 12,7-8: Jesús
defiende a la mujer. Judas mira el gasto y critica a la mujer. Jesús mira el
gesto y defiende a la mujer: “¡Déjala! Que lo guarde para el día de mi
sepultura." Y Jesús añade después: "Porque pobres siempre tendréis
entre vosotros." ¿Quién de los dos vivía más cerca de Jesús: Judas o
María? Como discípulo, Judas convivía con Jesús desde hacía casi tres años,
veinte cuatro horas al día. Formaba parte del grupo. María se encontraba con él
sólo una o dos veces al año, en ocasión de las fiestas, cuando Jesús iba a
Jerusalén y la visitaba. Pero la convivencia sin amor no nos hace conocer.
Impide ver. Judas era ciego. Mucha gente convive con Jesús y hasta lo alaba con
el canto, pero no le conoce de verdad, ni le revela (cf. Mt 7,21). Dos
afirmaciones de Jesús merecen un comentario detallado: (a) “Pobres siempre
tendréis”, y (b) “Déjale que lo guarde para el día de mi sepultura”.
(a) “Pobres siempre tendréis” ¿Quiso Jesús decir que no debemos preocuparnos con los pobres, visto que va a haber siempre gente pobre? ¿La pobreza es un destino impuesto por Dios? ¿Cómo entender esta frase? En aquel tiempo, las personas conocían el Antiguo Testamento de memoria. Bastaba que Jesús citara el comienzo de una frase del AT, y las personas ya sabían lo demás. El comienzo de esta frase decía: “¡Los pobres los tendréis siempre con vosotros!” (Dt 15,11a). El resto de la frase que la gente ya conocía y que Jesús quiso recordar, era ésta: “¡Por esto, os ordeno: debes abrir tu mano a tu hermano, a aquel de los tuyos que es indigente y pobre en tu tierra!” (Dt 15,11b). Según esta Ley, la comunidad debe acoger a los pobres y compartir con ellos sus bienes. Pero Judas, en vez de decir “abre la mano a favor del pobre” y comparte con ellos tus propios bienes, quería decir que se haga caridad con el dinero de los demás. Quería vender el perfume de María por trescientos denarios y usarlos para ayudar a los pobres. Jesús cita la Ley de Dios que enseñaba lo contrario. Quien, al igual que Judas, hace campaña con el dinero de la venta de los bienes de los demás, no incomoda. Pero aquel que, como Jesús, insiste en la obligación de acoger a los pobres y compartir con ellos sus bienes, éste incomoda y corre el peligro de ser condenado.
(b) "Que lo guarde para
el día de mi sepultura". La muerte en la cruz era el castigo terrible y
ejemplar, adoptado por los romanos para castigar a los subversivos que se
oponían al imperio. Una persona condenada a muerte de cruz no recibía sepultura
y no podía ser ungida, pues quedaba colgando de la cruz hasta que los animales
se comían el cadáver, o recibía sepultura rasa de indigente. Además de esto,
según la Ley del Antiguo Testamento, tenía que ser considerada como,
"maldita por Dios" (Dt 21, 22-23). Jesús iba a ser condenado a muerte
y muerte de cruz, consecuencia de su compromiso con los pobres y de su
fidelidad al Proyecto del Padre. No iba a tener un entierro. Por eso, después
de muerto, no iba a poder ser ungido. Sabiendo esto, María se anticipa y lo
unge antes de ser crucificado. Con este gesto, indica que aceptaba a Jesús como
mesías, aunque estuviera ¡crucificado! Jesús entiende el gesto de la mujer y lo
aprueba.
• Juan 12,9-11: La multitud
y las autoridades. Ser amigo de Jesús puede ser peligroso. Lázaro corre peligro
de muerte por causa de la vida nueva que recibió de Jesús. Los judíos
decidieron matarle. Lázaro vivo era la prueba viva de que Jesús era el Mesías.
Por esto, la multitud lo buscaba, ya que la gente quería experimentar de cerca
la prueba viva del poder de Jesús. Una comunidad viva corre peligro de vida
porque es prueba viva de la Buena Nueva de Dios.
4) Para la reflexión personal
• María fue maltratada por
Judas. ¿Te has sentido maltratado/a alguna vez? ¿Cómo has reaccionado?
• ¿Qué nos enseña el gesto de María? ¿En qué tipo de alerta nos pone la reacción de Judas?
• ¿Qué nos enseña el gesto de María? ¿En qué tipo de alerta nos pone la reacción de Judas?
5) Oración final
El Señor es mi luz y mi
salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mí vida,
¿quién me hará temblar? (Sal 26)
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mí vida,
¿quién me hará temblar? (Sal 26)
Orden de los Carmelitas