¡Amor
y paz!
Los
invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, en este viernes de la 34ª semana
del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios
nos bendice...
Lectio
Divina: Lucas 21,29-33
Lectio
Viernes,
29 Noviembre , 2019
Tiempo Ordinario
1)
Oración inicial
Mueve, Señor, los corazones de tus hijos, para que,
correspondiendo generosamente a tu gracia, reciban con mayor abundancia la
ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor.
2)
Lectura
Del Evangelio según Lucas 21,29-33
Les añadió una parábola: «Mirad la higuera y todos los
demás árboles. Cuando veis que echan brotes, sabéis que el verano está ya
cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el
Reino de Dios está cerca. Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que
todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
3)
Reflexión
• El evangelio de hoy nos trae las recomendaciones
finales del Discurso Apocalíptico. Jesús insiste en dos puntos: (a) en la
atención que hay que dar a los signos de los tiempos (Lc 21,29-31) y (b) en la
esperanza, fundada en la firmeza de la palabra de Jesús, que expulsa el miedo y
la desesperanza (Lc 21,32-33)..
• Lucas 21,29-31: Mirad la higuera y todos los árboles.
Jesús manda mirar la naturaleza: "Mirad la higuera y todos los demás
árboles. Cuando veis que echan brotes, sabéis que el verano está ya cerca. Así
también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el Reino de
Dios está cerca” Jesús pide que la gente contemple los fenómenos de la
naturaleza para aprender de ellos cómo leer e interpretar las cosas que están
aconteciendo en el mundo. Los brotes en la higuera son una señal evidente de
que el verano está llegando. Así también aquellas siete señales son la prueba
de que “¡el Reino de Dios está cerca!” Hacer este discernimiento no es fácil.
Una persona sola no se da cuenta del mensaje. Es reflexionando juntos en
comunidad que la luz aparece. Y la luz es ésta: experimentar en todo lo que
acontece una llamada a no encerrarse en el momento presente, sino mantener el
horizonte abierto y percibir en todo una flecha que apunta más allá, hacia el
futuro. Pero la hora exacta de la llegada del Reino nadie la sabe. En el
evangelio de Marcos, Jesús llega a decir: "Cuanto a ese día o a esa hora,
nadie la conoce, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el
Padre." (Mc 13,32).
• Lucas 21,32-33: “Yo os aseguro que no pasará esta
generación hasta que todo esto suceda. El cielo y la tierra pasarán, pero mis
palabras no pasarán”. Esta palabra de Jesús evoca la profecía de Isaías que
decía: "Toda carne es hierba y toda su gloria como flor del campo. Sécase
la hierba, marchítase la flor cuando pase sobre ella el soplo de Yahvé. Sécase
la hierba, marchítase la flor, pero la palabra de nuestro Dios permanece para
siempre” (Is 40,7-8). La palabra de Jesús es la fuente de nuestra esperanza. ¡Lo
que dice acaecerá!
• La venida del Mesías y el fin del mundo. Hoy mucha
gente vive preocupada con el fin del mundo. Algunos se basan en una lectura
errada y fundamentalista del Apocalipsis de Juan, y llegan a calcular la fecha
exacta del fin del mundo. En el pasado, a partir de los “mil años” mencionados
en el Apocalipsis (Ap 20,7), la gente solía repetir: “¡El año 1000 pasó, pero
el 2000 no pasará!” Por esto, en la medida en que se iba acercando el año 2000,
muchos quedaban preocupados. Hubo hasta gente que, angustiada con la llegada
del fin del mundo, llegó a suicidarse. Pero en año 2000 pasó y nada aconteció.
¡El fin del mundo no llegó! La misma problemática estaba viva en las
comunidades cristianas de los primeros siglos. Ellas vivían en la expectativa
de la venida inminente de Jesús. Jesús vendría a realizar el Juicio Final para
terminar con la historia injusta del mundo acá abajo e inaugura una nueva fase
de la historia, la fase definitiva del Nuevo Cielo y de la Nueva Tierra.
Pensaban que esto ocurriría dentro de una o dos
generaciones. Mucha gente estaría con vida todavía cuando Jesús iba a aparecer
glorioso en el cielo (1Ts 4,16-17; Mc 9,1). Y había hasta personas que habían
dejado de trabajar, porque pensaban que la venida fuera cosa de pocos días o de
semanas (2Tes 2,1-3; 3,11). Así pensaban. Pero hasta ahora, la venida de Jesús
¡todavía no ha ocurrido! ¿Cómo entender esta demora? En las calles de la
ciudad, la gente ve pintadas en las paredes las palabras ¡Jesús volverá! ¿Viene
o no viene? ¿Y cómo será su venida? Muchas veces la afirmación “Jesús volverá”
es usada para dar miedo a las personas y obligarlas a ir a una determinada
iglesia.
En el Nuevo Testamento, el retorno de Jesús es siempre
motivo de alegría y de paz. Para los explotados y oprimidos, la venida de Jesús
es una Buena Noticia. ¿Cuándo vendrá? Entre los judíos, las opiniones eran muy
variadas. Los saduceos y los herodianos decían: “¡Los tiempos mesiánicos
llegaron ya!” Pensaban que su bienestar durante el gobierno de Herodes fuera expresión
del Reino de Dios.
Por esto, no querían cambio y estaban en contra de la
predicación de Jesús que convocaba a la gente para cambiar y convertirse. Los
fariseos decían: “¡La llegada del Reino va a depender de nuestro esfuerzo en la
observancia de la ley!” Los esenios decían: “El Reino prometido llegará sólo
cuando hayamos purificado el país de todas las impurezas”. Entre los cristianos
había la misma variedad de opiniones. Algunos de la comunidad de Tesalónica en
Grecia, apoyándose en la predicación de Pablo, decían: “¡Jesús volverá!” (1 Tes
4,13-18; 2 Tes 2,2). Pablo responde que no era tan simple como se lo
imaginaban. Y a los que habían dejado de trabajar decía: “¡Quien no quiere
trabajar, que no coma!” (2Tes 3,10).
Probablemente se trataba de gente que a la
hora del almuerzo iba a mendigar comida a casa del vecino. Los cristianos
opinaban que Jesús volvería después que el evangelio fuera anunciado al mundo
entero (Hechos 1,6-11). Y pensaban que cuanto mayor fuera el esfuerzo de
evangelizar, más rápidamente vendría el fin del mundo. Otros, cansados de
esperar, decían: “¡No volverá!” (2 Pd 3,4). Otros basándose en las palabras de
Jesús, decían con acierto: “¡Ya está en medio de nosotros!” (Mt 25,40).
Hoy pasa lo mismo. Hay gente que dice: “Como van las cosas,
está bien tanto en la Iglesia como en la sociedad”. No quieren cambios. Otros
esperan el retorno inmediato de Jesús. Otros piensan que Jesús volverá por
medio de nuestro trabajo y anuncio. Para nosotros, Jesús está en medio de
nosotros (Mt 28,20). El ya está de nuestro lado en la lucha por la justicia,
por la paz, por la vida. Pero la plenitud no ha llegado todavía. Por esto,
esperamos con firme esperanza la liberación total de la humanidad y de la
naturaleza (Rom 8,22-25).
4)
Para la reflexión personal
• Jesús pide que miremos la higuera, para contemplar los
fenómenos de la naturaleza. En mi vida ¿aprendí alguna cosa contemplando la
naturaleza?
• Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mi palabra no pasará”. ¿Cómo encarno estas palabras de Jesús en mi vida?
• Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mi palabra no pasará”. ¿Cómo encarno estas palabras de Jesús en mi vida?
5)
Oración final
Señor, dichosos los que moran en tu casa
y pueden alabarte siempre;
dichoso el que saca de ti fuerzas
cuando piensa en las subidas. (Sal 84,5-6)
y pueden alabarte siempre;
dichoso el que saca de ti fuerzas
cuando piensa en las subidas. (Sal 84,5-6)
Orden
de los Carmelitas