Hoy es el último día en
que leemos a Marcos. Falta todavía la pasión, muerte y resurrección de Jesús,
pero eso lo leemos en la Semana Santa y en la Pascua. El lunes empezaremos el evangelio
de Mateo.
El texto de hoy ataca la
vanidad, la ambición y la descarada explotación que los escribas hacen de los
socialmente débiles. Se hacen pagar las enseñanzas y oraciones. Marcos ofrece
un cuadro a base de los contrastes entre Jesús y los escribas y fariseos. A la
actuación interesada de los fariseos opone la actitud de la viuda que da todo
lo que tiene y demuestra su total confianza en Dios (Pere Franquesa).
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este sábado en que celebramos
la Memoria del Inmaculado Corazón de María.
Dios los bendiga…
Evangelio
según san Marcos 12,38-44
Decía también en su instrucción: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Éstos tendrán una sentencia más rigurosa.» Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de lo que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.»
Comentario
El texto de hoy nos
presenta la enseñanza de Jesús sobre el contenido de la verdadera religión en
dos cuadros opuestos. Cada uno tiene su propio personaje: por un lado, los
escribas hipócritas, ansiosos de dinero, avaros y asesinos y por el otro, una
viuda pobre, que convierte toda su riqueza en limosna para el templo,
quedándose sin nada, en las manos de Dios, en quien confía profundamente. Entre
estos dos polos sitúa Jesús a sus discípulos.
Los dos cuadros se
encuentran muy bien relacionados el uno con el otro, marcando a través de su
presentación un llamativo contraste. Los escribas son parte de la religión
israelita. Son especialistas en la Sagrada Escritura y conocedores de la ley;
interpretan la palabra de Dios en favor de los pobres. Jesús llama la atención
sobre la actitud de los escribas que han convertido la religión en principio de
honor propio y egoísta, lo cual les da puestos, privilegios y seguridades
materiales. Su experiencia religiosa se convierte en signo de dominación que se
expresa en dos fórmulas contrapuestas pero complementarias: aparentar ante Dios
y aprovecharse de los otros. Los escribas son juzgados por Jesús con un juicio
condenatorio por aprovecharse de su cargo, y sobre todo de su función religiosa
oficial para su propio provecho.
Por otro lado, nos
encontramos con la viuda pobre que pone en el tesoro del templo todo lo que
tiene. En contraste con el escriba que pervierte la religión haciéndola mentira
y engaño para su propio provecho, la viuda como signo de la verdadera religión
entiende y cumple el sentido más profundo de la piedad israelita como ejercicio
de gratuidad, es decir, confiar plenamente en la providencia divina, lo que se
traduce en un gesto de gratuidad total para con los demás entregando aún la
propia vida. De esta manera la viuda pobre del evangelio, en su misma pobreza,
sin ser profesional de la escritura como los escribas, como mujer abandonada,
que no tiene marido, carece de familia y de recursos económicos es presentada
por Jesús como signo de Dios y parte de su reino.
Marcos con este contraste
expresa a través de los escribas la incredulidad del Israel oficial: su
vanagloria, egoísmo, acaparamiento de los bienes ajenos con excusa de oraciones
y la viuda pobre que expresa dónde está el camino para la fe auténtica: la
pobreza como entrega de la propia vida por los demás. El texto es un llamado
para que revisemos nuestro modelo religioso construido según el modelo del
Israel oficial, con puestos y jerarquías, con privilegios y categorías, con
fuerzas de poder que se entremezclan con la compra-venta de ritos y
sacramentos. Estamos llamados a vivir nuestra experiencia religiosa como un
compromiso con los más pobres y oprimidos de la tierra desde la entrega
generosa y gratuita de la propia vida, así asumimos el mensaje salvífico del
evangelio como un gesto de amor liberador.
Servicio Bíblico Latinoamericano