¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este jueves de la 24ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo C.
Dios nos bendice...
PRIMERA LECTURA
Lectura de la carta de los Hebreos 5, 7-9
El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarse de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen, proclamando por Dios Sumo Sacerdote a semejanza de Melquisedec.
Palabra de Dios
SALMO
Sal 30, 2-3. 3-4. 5-6. 15-16. 20
R: Sálvame, Señor, por tu misericordia.
A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo,
inclina tu oído hacia mí. R
Ven a prisa líbrame,
sé la roca de mi refugio,
un baluarte donde me salve,
tú que eres mi roca y mi baluarte;
por tu nombre dirígeme y guíame. R
Sácame de la red que me han tendido,
porque tú eres mi amparo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.
Pero yo confío en ti, Señor,
te digo: “Tú eres mi Dios”
En tu mano están mis azares:
líbrame de los enemigos que me persiguen.
Que bondad tan grande, Señor.
reservas para tus fieles,
y concedes a los que a ti se acogen
a la vista de todos.
EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 2, 33-35
Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: “Este está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones”.
Palabra del Señor
PARA REFLEXIONAR
- La fiesta de este día hace alusión a siete dolores de la Virgen durante el peregrinar de su hijo por este mundo. El número siete manifiesta la influencia bíblica, ya que en la Sagrada Escritura el uso del número siete aparece para significar la indeterminación y, con más frecuencia, la universalidad. Conmemorar los Siete Dolores de la Virgen equivaldría a celebrar todo el inmenso dolor de la Madre de Dios por el dolor de su Hijo no sólo en la pasión, sino a lo largo de toda su vida.
- Las palabras proféticas del anciano Simeón le anuncian a la Virgen María que una espada le atravesará el alma. Esta espada se refiere a los dolores que tendrá que padecer. También la imagen de la espada puede referirse a la Palabra de Dios a la que ha sido fiel, muchas veces con dolor.
- La Iglesia Católica ha venerado siempre con singular cariño los siguientes siete dolores de la Virgen: el nacimiento de Jesús en un pobre portal, la presentación en el templo, la huida a Egipto, la pérdida de Jesús en el templo, el encuentro con Jesús en la calle de la amargura, la muerte de Jesús en la cruz y cuando Jesús es bajado de la cruz y colocado en brazos de su Santísima Madre.
- En toda su vida y en cada dolor María nos precede y muestra un camino de fe y de seguimiento de Cristo.
- María, como todo discípulo de Jesús, ha tenido que aprender a situar las relaciones familiares en el contexto del proyecto del Padre. También Ella, por causa del Reino, tiene que dejar al Hijo (cf. Mt 19,29), y ha aprendido a valorarlo según el plan de Dios, aun cuando sea el hijo querido de sus entrañas. También Ella ha tenido que crucificar su carne (cf. Ga 5,24) para poder ir transformándose a imagen de Jesucristo. Pero el momento más fuerte de sufrimiento, será cuando acompañe con su corazón de madre toda la aflicción de Jesús, en el momento de su entrega al Padre.
- Esta unión y asociación al dolor del Hijo la hace intercesora y mediadora de la gracia de la redención. Mediante su experiencia de dolor, el dolor humano puede ser sustraído de la maldición y convertirse en mediación de una vida salvada y al servicio de los que sufren. María es la primera que, sufriendo con su hijo moribundo en la cruz, cooperó de un modo absolutamente especial en la obra del Salvador. (L.G.61).
- María, además, es modelo de paciencia y perseverancia evangélica en el dolor, al participar en los sufrimientos de Cristo. Así ha sido durante toda su vida, y lo confirma en el momento del Calvario; y por haber estado estrechamente unida a la muerte de Cristo, también lo está a su resurrección. El vía crucis de María, sólo la resurrección lo transformará en canto de júbilo y paz.
- «En verdad, Madre santa, una espada traspasó tu alma. Jamás, esta espada hubiera penetrado en la carne de tu Hijo sin atravesar tu alma. Por lo tanto, te llamamos más que mártir, ya que tus sentimientos de compasión superaron las sensaciones del dolor corporal». San Bernardo
PARA DISCERNIR
- ¿Acepto con paciencia los dolores de la vida?
- ¿Acompaño afectuosamente el dolor de los demás?
- ¿Recurro a la Virgen ante el sufrimiento y el dolor?
REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA
Quiero decir que sí, como vos, María
ARZOBISPADO DE BUENOS AIRES
Vicaría de Pastoral