¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y editar el Evangelio, en este miércoles de la
22ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo B.
Dios nos bendice...
LECTIO DIVINA: LUCAS
4,38-44
Lectio:
Miércoles, 5 septiembre,
2018
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso, de
quien procede todo bien, siembra en nuestros corazones el amor de tu nombre,
para que, haciendo más religiosa nuestra vida, acrecientes el bien en nosotros
y con solicitud amorosa lo conserves. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Lucas
4,38-44
En saliendo de la
sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre
y le rogaron por ella. Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre; y la
fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles. A la puesta
del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y
él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también
demonios de muchos, gritando y diciendo: «Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les
conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo. Al
hacerse de día salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando
y, llegando hasta él, trataban de retenerle para que no les dejara. Pero él les
dijo: «También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de
Dios, porque a esto he sido enviado.» E iba predicando por las sinagogas de
Judea.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy nos
habla de cuatro asuntos distintos: la curación de la suegra de Pedro (Lc
4,38-39), la curación de muchos enfermos, la noche después del sábado (Lc 4,
40-41), la oración de Jesús en un lugar desierto (Lc 4,42) y su insistencia en
la misión (Lc 4,43-44). Con pequeñas diferencias Lucas sigue y adapta las informaciones
que sacó del evangelio de Marcos.
• Lucas 4,38-39: Jesús
restaura la vida para el servicio. Después de participar en la celebración del
sábado, en la sinagoga, Jesús entra en casa de Pedro y cura su suegra. La
curación hace que ella se ponga inmediatamente de pie. Una vez recuperadas la
salud y la dignidad, la suegra de Pedro se pone al servicio de las personas.
Jesús no solamente cura, sino que cura para que la persona se ponga al servicio
de la vida.
• Lucas 4,40-41: Jesús
acoge y cura a los marginados. Al caer de la tarde, en la hora en que la
primera estrella aparece en el cielo, terminado el sábado, Jesús acoge y cura a
los enfermos y a los poseídos que la gente había traído. Enfermos y poseídos
eran las personas más marginadas en aquella época. No tenían a quien recurrir.
Quedaban a la merced de la caridad pública. Además de esto, la religión las
consideraba impuras. No podían participar en la comunidad. Era como si Dios las
rechazara y las excluyera. Jesús las acoge y las cura imponiéndoles las manos.
Así aparece en qué consiste la Buena Nueva de Dios y lo que quiere hacer en la
vida de la gente: acoger a los marginados y a los excluidos y reintegrarlos en
la convivencia.
“Salían también demonios
de muchos, gritando y diciendo:”Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les conminaba
y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo”. En aquel tiempo,
el título Hijo de Dios no había adquirido ni la densidad ni la profundidad que
el título tiene hoy para nosotros. Significaba que la gente reconocía en Jesús
una presencia toda especial de Dios. Jesús no dejaba hablar a los demonios. No
quería una propaganda fácil por medio del impacto de expulsiones
espectaculares.
• Lucas 4,42a: Permanecer
unido al Padre por la oración. “Al hacerse de día salió y se fue a un lugar
solitario. La gente le andaba buscando y, llegando hasta él, trataban de
retenerle para que no les dejara”. Aquí Jesús aparece rezando. Hace un esfuerzo
muy grande para tener el tiempo y el ambiente para rezar. Se levanta de en
medio de los otros y se va hacia un lugar desierto, para poder estar a solas
con Dios. Muchas veces, los evangelios nos hablan de Jesús en el silencio (Lc
3,21-22; 4,1-2.3-12; 5,15-16; 6,12; 9,18; 10,21; 5,16; 9,18; 11,1; 9,28;23,34;
Mt 14,22-23; 26,38; Jn 11,41-42; 17,1-26; Mc 1,35; Lc 3,21-22). A través de la
oración mantiene viva en sí la conciencia de su misión.
• Lucas 4,42b-44: Mantener
viva la conciencia de la misión y no quedarse en el resultado. Jesús se vuelve
conocido. La gente le va detrás y no quiere que se vaya. Jesús no hace caso a
lo que le piden y dice: "También a otras ciudades tengo que anunciar la
Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado.” Jesús tiene muy
clara su misión. No se encierra en el resultado ya obtenido, sino que quiere
mantener bien viva la conciencia de su misión. Es la misión recibida del Padre
lo que le orienta a la hora de tomar decisiones. ¡Porque a esto he sido
enviado! Y aquí en el texto esta conciencia tan viva aparece como fruto de la
oración.
4) Para la reflexión
personal
• Jesús sacaba tiempo para
poder rezar y estar a solas con el Padre. ¿Yo hago lo mismo para rezar y estar
a solas con Dios?
• Jesús mantenía viva la
conciencia de su misión. Como cristiano o cristiana que soy, ¿tengo conciencia
de alguna misión o vivo sin misión?
5) Oración final
Esperamos anhelantes al
Señor,
Él es nuestra ayuda y nuestro escudo;
en Él nos alegramos de corazón
y en su santo nombre confiamos. (Sal 33,20-21)
Él es nuestra ayuda y nuestro escudo;
en Él nos alegramos de corazón
y en su santo nombre confiamos. (Sal 33,20-21)
Orden de los Carmelitas