¡Amor y
paz!
Los
invito a leer y meditar el Evangelio, en este miércoles de la XVII Semana del
Tiempo Ordinario, Ciclo C.
Dios nos
bendice...
Lectio Divina: Mateo 13,44-46
Lectio
Miércoles, 31 julio
, 2019
Tiempo Ordinario
1) Oración inicial
¡Oh Dios!, protector
de los que en ti esperan; sin ti nada es fuerte ni santo. Multiplica sobre
nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de
tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros que podamos adherirnos a los
eternos. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del
Evangelio según Mateo 13,44-46
«El Reino de los
Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un
hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que
tiene y compra el campo aquel.
«También es semejante
el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, y que, al
encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.
3) Reflexión
• El evangelio de hoy
presenta dos breves parábolas del Sermón de las Parábolas. Las dos son
similares entre sí, pero con diferencias significativas para esclarecer mejor
determinados aspectos del Misterio del Reino que está siendo revelado a través
de estas parábolas.
• Mateo 13,44: La parábola del tesoro escondido en
el campo. Jesús cuenta una historia
bien sencilla y bien breve que podría acontecer en la vida de cualquiera de
nosotros. Dice: “«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro
escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por
la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel”..
Jesús no explica, sino que sencillamente dice: El Reino de los Cielos es como un
tesoro escondido en el campo”. Así
apremia casi a los oyentes a que compartan con los demás lo que esta historia
suscitó en sus corazones. Comparto algunos puntos que he descubierto: (a) El
tesoro, el Reino, ya está en el campo, ya está en la vida. Está escondido.
Pasamos y pisamos por encima sin darnos cuenta. (b) El hombre encontró el
tesoro. Fue por pura causalidad. No esperaba encontrarlo, pues no lo estaba
buscando. (c) Al descubrir que se trata de un tesoro muy importante, ¿qué hace?
Hace lo que todo el mundo haría para tener el derecho de poder apropiarse del
tesoro. Va, vende todo lo que tiene y compra el campo. Así, junto con el campo
adquiere el tesoro, el Reino. ¡La condición es vender todo! (d) Si el tesoro,
el Reino, ya estaba en la vida, entonces es un aspecto importante de la vida
que empieza a tener un nuevo valor. (e) En esta historia, lo que predomina es
la gratuidad. Al tesoro se le encuentra por caso, más allá de las
programaciones nuestras. El Reino ¡acontece! Y si acontece, tú y yo tenemos que
sacar las consecuencias y no permitir que este momento de gracia pase sin
fruto.
• Mateo
13,45-46: La
parábola del comprador de piedras preciosas. La segunda parábola es semejante a la primera pero hay
en ella una diferencia importante. Trata de descubrirla. La historia es la
siguiente. “El Reino de
los Cielos es semejante a un
mercader que anda buscando perlas finas, y que, al encontrar una perla de gran
valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.”. Comparto
algunos puntos que descubrí: (a) Se trata de un mercader de perlas. Su
profesión consiste en buscar perlas. Es lo único que hace en la vida: buscar y
encontrar perlas. Buscando, encuentra una perla de gran valor. Aquí el
descubrimiento del Reino no es pura causalidad, sino que es fruto de una larga
búsqueda. (b) El mercader de perla entiende el valor de las perlas, pues muchas
personas quieren venderle las perlas que encontraron. Pero el mercader no se
deja engañar. El conoce el valor de su mercancía. (c) Cuando encuentra una
perla de gran valor, va y vende todo lo que tiene y compra esa perla. El Reino
es el valor más grande.
• Resumiendo la
enseñanza de las dos parábolas. Las dos tienen el mismo objetivo: revelar la
presencia del Reino, pero cada una la revela de una manera diferente: a través
del descubrimiento de la gratuidad de la acción de Dios en nosotros, y a través
del esfuerzo y de la búsqueda que todo ser humano hace para ir descubriendo
cada vez mejor el sentido de su vida.
4) Para la reflexión
personal
• Tesoro escondido:
¿lo has encontrado alguna vez? ¿Has vendido todo para comprarlo?
• Buscar perlas: ¿cuál
es la perla que tú buscas y que aún no has encontrado?
5) Oración final
Señor, yo, en cambio,
cantaré tu fuerza,
aclamaré tu lealtad
por la mañana;
pues has sido un
baluarte para mí,
un refugio el día de
la angustia. (Sal 59,17)
Orden de los Carmelitas