martes, 12 de octubre de 2010

"Purifican por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y maldad"

¡Amor y paz!

Estamos en una época en la que 'parecer' se presenta a veces como más importante que 'ser'. No sólo los políticos y los artistas gastan grandes millonadas en mejorar la imagen. Hoy, muchos hacen enormes erogaciones por los a veces ‘cambios extremos’. El problema es que mientras se hace esto se descuida lo verdaderamente importante: el interior de las personas.

La verdad es que a esta tendencia no escapaban tampoco los religiosos de la época de Jesús. Por tal motivo, Jesús los reprende hoy en el Evangelio.

Se atribuye al Mahatma Gandhi aquella afirmación según la cual “los cristianos parecen como piedras de río: mojados por fuera, pero secos por dentro”. Es una oportunidad para examinar nuestra propia actitud.

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este Martes de la 28ª. Semana del Tiempo Ordinario.

En España se celebra la fiesta de Nuestra Señora del Pilar. A su intercesión nos acogemos y le pedimos que obtenga de su Divino Hijo abundantes bendiciones para todos los españoles.

Dios los bendiga…

Lucas 11: 37 - 41

Mientras hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Ustedes, los fariseos, purifican por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Den más bien en limosna lo que tienen, y así todas las cosas serán puras para ustedes.

Comentario

a) Continúa el viaje de Jesús, camino de Jerusalén. Lucas sitúa en este contexto una serie de recomendaciones y episodios. Durante tres días escucharemos sus duras invectivas contra los fariseos.

Los fariseos eran buena gente: cumplidores de la ley, deseosos de agradar a Dios en todo. Pero tenían el peligro de poner todo su empeño sólo en lo exterior, de cuidar las apariencias, de sentirse demasiado satisfechos de su propia santidad. Por eso les ataca Jesús, con el deseo de que reflexionen y cambien.

Tal vez no haya que pensar que dijo todo esto precisamente en casa del fariseo que le había invitado a comer. Es un recurso literario de Lucas: agrupar las varias enseñanzas de Jesús contra las actitudes de los malos fariseos. Mateo y Marcos las sitúan en otro contexto.

Hoy la acusación es que los fariseos cuidan lo exterior -limpiarse las manos, purificar los vasos por fuera- y descuidan lo interior: "por dentro rebosáis de robos y maldades". Lo de "dar limosna" es uno de los temas preferidos de Lucas, pero no se sabe a qué se puede referir lo de "dar limosna de lo de dentro": ¿darse a sí mismo, su tiempo, su interés? ¿dar desde dentro, con el corazón, y no sólo con apariencia exterior?

b) Los detalles exteriores, que pueden ser legítimos, sin embargo no son tan importantes como las actitudes interiores.

Claro que hay gestos externos y ritos celebrativos en nuestra vida de fe. El mismo Jesús nos encargó, por ejemplo, que hiciéramos el doble gesto del pan y del vino en memoria suya. Lo que desautoriza aquí es que nos quedemos en mero formalismo, que nos contentemos con lo exterior, cuando los gestos deben ser signo de lo interior.

Nosotros no nos escandalizamos ahora si alguien no se lava las manos. Pero puede haber "escándalos farisaicos" equivalentes, si nos contentamos con limpiar lo de fuera, mientras que lo de dentro lo tenemos impresentable, si ponemos demasiado énfasis en detalles insignificantes y casi hacemos depender de ellos la justicia o la salvación de alguien.

¿Qué es lo que nos preocupa: el ser o el parecer? ¿Cumplir los ritos externos o la conversión y la pureza del corazón? Nuestra religión es "religión del deber" o "religión de la fe y del amor"?

J. Aldazábal
Enséñame tus caminos 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997. Págs. 171-174

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