¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este viernes de la 28ª. Semana del
Tiempo Ordinario.
Dios nos bendice…
Evangelio
según San Lucas 12,1-7.
Se reunieron miles de personas, hasta el punto de atropellarse unos a otros. Jesús comenzó a decir, dirigiéndose primero a sus discípulos: "Cuídense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. No hay nada oculto que no deba ser revelado, ni nada secreto que no deba ser conocido. Por eso, todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas. A ustedes, mis amigos, les digo: No teman a los que matan el cuerpo y después no pueden hacer nada más. Yo les indicaré a quién deben temer: teman a aquel que, después de matar, tiene el poder de arrojar a la Gehena. Sí, les repito, teman a ese. ¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros."
Comentario
a) Ante la gente que se
agolpa a su alrededor, Jesús hace una serie de
recomendaciones:
- que tengan "cuidado
con la levadura de los fariseos, o sea, con su hipocresía"; la levadura
hace fermentar a toda la masa; puede ser buena, como en el pan y en la
repostería, y entonces todo queda beneficiado; pero si es mala, todo queda corrompido;
- que la verdad siempre
acabará por saberse: "lo que digáis al oído en el sótano, se pregonará
desde la azotea"; al menos, Dios siempre la conoce;
- que no tengan miedo de
dar testimonio de Cristo ante el mundo: lo peor que les puede pasar no es la
muerte corporal, hasta el martirio, porque en ese caso el premio de Dios será
grande, sino la muerte espiritual, el que alguien nos incite a la apostasía,
porque entonces sí que la ruina es definitiva;
- el motivo de tener
confianza y no dejarse dominar por el miedo es que Dios se preocupa de cada uno
de nosotros, mucho más que de los pajarillos y hasta de los cabellos de nuestra
cabeza: "ni de uno solo se olvida Dios".
b) Tenemos que ir
madurando en nuestra fe y creciendo en nuestra imitación de Cristo.
A medida que vamos
leyendo, día tras día, la Palabra de Dios, nos damos cuenta de lo mucho que hay
que transformar todavía en nuestra vida.
Podría ser que en nuestro
caso también pudiera existir esa "levadura de la hipocresía", que
inficiona todo lo que decimos y hacemos. Para otros, el fermento maligno puede
ser la vanidad o la sensualidad o el materialismo o el odio. Estas actitudes
interiores pueden estropear nuestra relación con los demás, nuestra paz
interior y nuestra oración. Lo que tenemos que atacar es la raíz de todo, la
levadura interior. Si en nuestro ordenador hay un virus, ya podemos hacer lo
posible por extirparlo, porque de lo contrario destruirá todos nuestros
archivos.
Por el contrario, nosotros
mismos deberíamos ser buen fermento e ir contagiando a otros la mentalidad
cristiana, la esperanza y la paz, la amabilidad, el humor. Todos somos
levadura: buena o mala. Nuestra vida no deja indiferentes a los que nos rodean.
Influye en bien o en mal. En vez de dejarnos inficionar por la levadura sensual
y materialista de este mundo, los cristianos debemos mantener nuestra identidad
con valentía y además influir en los demás. En vez de acomodarnos a lo que
piensa la mayoría, si es que no va de acuerdo con el evangelio de Jesús,
debemos ser minoría decidida y eficaz, que da testimonio profético de los
valores en que creemos.
¿Que habrá dificultades?
Jesús ya nos lo avisa, y nos da también la motivación para no perder los
ánimos: Dios no se olvida de nosotros. Como cuida de las aves y las flores, y
"tiene contados los cabellos de nuestra cabeza", ¿cómo va a dejar que
queden sin recompensa nuestros esfuerzos por vivir en cristiano y por ayudar a
los demás? Jesús nos muestra su propia cercanía y nos asegura la ayuda de Dios:
"a vosotros os digo, amigos míos: no tengáis miedo a los que matan el
cuerpo... pues ni de uno solo se olvida Dios".
J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 6
Tiempo Ordinario. Semanas 22-34
Barcelona 1997