¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar la Palabra de Dios, en este miércoles 28 del tiempo ordinario, ciclo B.
Dios nos bendice…
1ª Lectura (Gál 5,18-25):
Si os guía el Espíritu, no estáis bajo el dominio de la ley. Las obras de la carne están patentes: fornicación, impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, contiendas, envidias, rencores, rivalidades, partidismo, sectarismo, discordias, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que los que así obran no heredarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es: amor, alegría, paz, comprensión, servicio, bondad, lealtad, amabilidad, dominio de sí. Contra esto no va la ley. Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus deseos. Si vivimos por el Espíritu, marchemos tras el Espíritu.
Salmo responsorial: 1
R/. El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los
cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no
se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin.
No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor
protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal.
Versículo antes del Evangelio (Jn 10,27):
Aleluya. Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. Aleluya.
Salmo responsorial: (Lc 11,42-46):
En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar aunque sin omitir aquello. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas y que se os salude en las plazas! ¡Ay de vosotros, pues sois como los sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo!». Uno de los legistas le respondió: «¡Maestro, diciendo estas cosas, también nos injurias a nosotros!». Pero Él dijo: «¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!».
Comentario
Hoy vemos cómo el Divino Maestro nos da algunas
lecciones: entre ellas, nos habla de los diezmos y también de la coherencia que
han de tener los educadores (padres, maestros y todo cristiano apóstol). En el
Evangelio según san Lucas de la Misa de hoy, la enseñanza aparece de manera más
sintética, pero en los pasajes paralelos de Mateo (23,1ss.) es bastante extensa
y concreta. Todo el pensamiento del Señor concluye en que el alma de nuestra
actividad han de ser la justicia, la caridad, la misericordia y la fidelidad
(cf. Lc 11,42).
Los diezmos en el Antiguo Testamento y nuestra actual colaboración con la
Iglesia, según las leyes y las costumbres, van en la misma línea. Pero dar
valor de ley obligatoria a cosas pequeñas —como lo hacían los Maestros de la
Ley— es exagerado y fatigoso: «¡Ay también de vosotros, los legistas, que
imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno
de vuestros dedos!» (Lc 11,46).
Es verdad que las personas que afinan tienen delicadezas de generosidad. Hemos
tenido vivencias recientes de personas que de la cosecha traen para la Iglesia
—para el culto y para los pobres— el 10% (el diezmo); otros que reservan la
primera flor (las primicias), el mejor fruto de su huerto; o bien vienen a
ofrecer el mismo importe que han gastado en el viaje de descanso o de
vacaciones; otros traen el producto preferido de su trabajo, todo ello con este
mismo fin. Se adivina ahí asimilado el espíritu del Santo Evangelio. El amor es
ingenioso; de las cosas pequeñas obtiene alegrías y méritos ante Dios.
El buen pastor pasa al frente del rebaño. Los buenos padres son modelo: el
ejemplo arrastra. Los buenos educadores se esfuerzan en vivir las virtudes que
enseñan. Esto es la coherencia. No solamente con un dedo, sino de lleno: Vida
de Sagrario, devoción a la Virgen, pequeños servicios en el hogar, difundir
buen humor cristiano... «Las almas grandes tienen muy en cuenta las cosas
pequeñas» (San Josemaría).
Rev. D. Joaquim FONT i Gassol (Igualada, Barcelona, España)
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