miércoles, 9 de diciembre de 2009

EN JESÚS ENCONTRARÁN CONSUELO LOS AFLIGIDOS

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este miércoles de la 2ª. Semana de Aviento.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Mateo 11,28-30.

Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana".

Comentario

a) Quién más quién menos, todos andamos un poco agobiados por la vida. Somos débiles y sentimos el cansancio de tantas cosas como llevamos entre manos. La enfermedad del «estrés» es la que más caracteriza al hombre moderno, juntamente con la soledad y la desorientación. Y además nos sentimos muchas veces bloqueados por el pesimismo, el materialismo, la búsqueda de la comodidad, la intransigencia, los rencores, las pasiones, la sensualidad.

El Adviento nos invita a no dudar nunca de Dios. Nos hace el anuncio cargado de confianza: Cristo Jesús vino y sigue viniendo a nuestra historia para curarnos y fortalecernos, para liberarnos de miedos y esclavitudes, de agobios y angustias. No nos sucederán milagros. Pero si de veras acudimos a él, siguiendo su invitación, encontraremos paz interior y serenidad, y fuerza para seguir caminando.

El Adviento es escuela de esperanza y espacio de paz interior. Porque Dios es un Dios que siempre viene, en Cristo Jesús, y está cerca de nosotros y conoce nuestra debilidad.

b) Esta imagen acogedora de Cristo debería ser también la que ofreciera a todos la Iglesia, su comunidad, o sea, cada uno de nosotros. Este tiempo de Adviento nos invita a que seamos personas que acogen, que al dolor o a la búsqueda de las personas no responden con legalismos y exigencias, sino con comprensión; personas que infunden paz y regalan ánimos a tantos y tantos que están desfallecidos por el camino; testigos y heraldos de esperanza, que es lo que más falta hace a este mundo.

En los tiempos actuales, tal vez más que nunca, existe vacío de Dios, poca unidad y armonía en la propia existencia, huida hacia las soluciones más inmediatas y fáciles, olvido de la Buena Noticia de que en Cristo Jesús tenemos la verdadera alegría y la respuesta de Dios a todas nuestras preguntas. Nosotros, los cristianos, deberíamos ser los instrumentos de los que Dios se sirve hoy para infundir más armonía y paz a las personas, recordando nosotros mismos y siendo luego pregoneros para los demás del gran acontecimiento que celebramos, la presencia de Dios en nuestra vida.

El Adviento no es sólo poesía. Es compromiso de colaboración con el Dios liberador que no quiere esclavitud ni ceguera ni sufrimiento en el mundo.

J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 1
Adviento y Navidad día tras día
Barcelona 1995. Págs. 40-42
www.mercaba.org

¡AVE MARÌA, LLENA ERES DE GRACIA!

¡Amor y paz!

Ofrezco disculpas por no haber podido subir ayer martes los textos de la Palabra de Dios y el comentario, debido a problemas técnicos. Los invito a leer y meditar lo correspondiente a la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 1,26-38.

En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: "No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin". María dijo al Ángel: "¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?". El Ángel le respondió: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios". María dijo entonces: "Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho". Y el Ángel se alejó.

COMENTARIO

Hoy, el Creador de todas las cosas, el Verbo de Dios, ha hecho una obra nueva, salida del corazón del Padre para ser escrita, como con una caña, por el Espíritu que es la lengua de Dios... Hija santísima de Joaquín y Ana, que has escapado a las miradas de los Principados y de las Fuerzas y «de las flechas incendiarias del Maligno» (Col 1,16; Ef 6,16), has vivido en la cámara nupcial del Espíritu, y has sido guardada intacta para ser la esposa de Dios y Madre de Dios a través de la naturaleza... Hija amada de Dios, honor de tus padres, generaciones y generaciones te llamaran bienaventurada, como con verdad lo has afirmado (Lc 1,48). ¡Digna hija de Dios, belleza de la naturaleza humana, rehabilitación de Eva nuestra primera madre! Porque por tu nacimiento se ha levantado la que había caído... Si por la primera Eva «entró el pecado en el mundo» (Sab 2,24; Rm 5,12), porque se puso al servicio de la serpiente, María, que se hizo la servidora de la voluntad divina, engañó a la serpiente engañosa e introdujo en el mundo la inmortalidad.

Tú eres más preciosa que toda la creación, porque sólo de ti compartió las primicias de nuestra humanidad. Su carne fue hecha de tu carne, su sangre de tu sangre; Dios se alimentó de tu leche, y tus labios tocaron los labios de Dios... En la presciencia de tu dignidad, el Dios del universo te amó; tal como te amó, te predestinó y «al final de os tiempos» (1P 1,20) te llamó a la existencia...
Que Salomón, el gran sabio, se calle; que ya no vuelva a decir:«No hay nada nuevo bajo el sol» (Eccl 1,9).

San Juan Damasceno (hacia 675-749), monje, teólogo, doctor de la Iglesia
Homilía para la Natividad de la Virgen.
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