viernes, 31 de enero de 2020

Echa simiente, duerme, y la semilla va creciendo sin que él sepa cómo


¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este viernes de la 3ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo A.

Dios nos bendice...

Lectio

Viernes, 31 de enero de 2020

Tiempo ordinario

1)         Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y reina contigo. Amen.

2) Lectura

Del santo Evangelio según Marcos 4,26-34

También decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa el grano en la tierra; duerma o se levante, de noche o de día, el grano brota y crece, sin que él sepa cómo. La tierra da el fruto por sí misma; primero hierba, luego espiga, después trigo abundante en la espiga. Y cuando el fruto lo admite, en seguida se le mete la hoz, porque ha llegado la siega.»
Decía también: «¿Con qué compararemos el Reino de Dios o con qué parábola lo expondremos? Es como un grano de mostaza que, cuando se siembra en la tierra, es más pequeña que cualquier semilla que se siembra en la tierra; pero una vez sembrada, crece y se hace mayor que todas las hortalizas y echa ramas tan grandes que las aves del cielo anidan a su sombra.» Y les anunciaba la palabra con muchas parábolas como éstas, según podían entenderle; no les hablaba sin parábolas; pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado.

3) Reflexión

• Es precioso ver como Jesús busca en la vida y en los acontecimientos elementos e imágenes que puedan ayudar a la multitud a percibir y experimentar la presencia del Reino. En el evangelio de hoy Jesús, de nuevo, cuenta dos pequeñas historias que acontecen todos los días en la vida de todos nosotros: “La historia de la semilla que crece por si sola” y “La historia del grano de mostaza que crece y se vuelve grande”.

• La historia de la semilla que crece por sí sola. El agricultor que planta conoce el proceso: semilla, hilito verde, hoja, espiga, trigo. No usa la hoz antes de tiempo. Sabe esperar. Pero no sabe como la tierra, la lluvia, el sol y la semilla tienen esta fuerza de hacer crecer una planta desde la nada hasta la fruta. Así es el Reino de Dio. Sigue un proceso, tiene etapas e plazos, crece. Va aconteciendo. Produce fruto en un tiempo determinado. Pero nadie sabe explicar su fuerza misteriosa. Nadie es dueño. ¡Solo Dios!

• La historia del grano de mostaza que crece y se vuelve grande. La semilla de mostaza es pequeña, pero crece y, al final, los pajaritos hacen el nido entre sus ramas. Así es el Reino. Comienza bien pequeño, crece y alarga sus ramos para que los pajarillos hagan sus nidos. Empezó con Jesús y unos pocos discípulos. Jesús fue perseguido y calumniado, preso y crucificado. Pero creció y sus ramas se fueron extendiendo. La parábola deja una pregunta en el aire, pregunta que tendrá una respuesta más adelante en el evangelio: ¿Quiénes son los pajarillos? El texto sugiere que se trata de los paganos que podrán entrar en la comunidad y participar en el Reino.

• El motivo que llevaba Jesús a enseñar por medio de parábolas. Jesús contaba muchas parábolas. ¡Y sacaba todo de la vida de la gente! Así ayudaba a las personas a descubrir las cosas de Dios en la vida de cada día. Volvía lo cotidiano transparente. Ya que lo extraordinario de Dios se esconde en las codas ordinarias y comunes de la vida de cada día. La gente entendía las cosas de la vida. En las parábolas recibía la llave para abrirla y encontrar los signos de Dios.

4) Para la reflexión personal

• Jesús no explica las parábolas. Cuenta las historias y provoca en nosotros la imaginación y la reflexión del hallazgo. ¿Qué descubrió usted en estas dos parábolas?

• El que la vida se vuelva transparente es el objetivo de las parábolas. A lo largo de los años, ¿la vida de usted se ha vuelto más transparente o ha ocurrido lo contrario?

5) Oración final

Piedad de mí, oh Dios, por tu bondad,
por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
purifícame de mi pecado. (Sal 51,3-4)

Orden de los Carmelitas

jueves, 30 de enero de 2020

Con la medida con que midáis, se os medirá

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este jueves de la 3ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo A.

Dios nos bendice...

Lectio Divina: Marcos 4,21-25

Lectio

Jueves, 30 de enero de 2020
Tiempo ordinario

1) Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y reina contigo. Amén.

2) Lectura

Del santo Evangelio según Marcos 4,21-25

Les decía también: «¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
Les decía también: «Atended a lo que escucháis. Con la medida con que midáis, se os medirá y aun con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.»

3) Reflexión

• La lámpara que ilumina. En aquel tiempo no había suministro eléctrico. Imaginemos lo que sigue. La familia está en casa. Empieza a oscurecer. El padre se levanta, enciende una lámpara y la coloca debajo de una caja o de una cama. ¿Qué dirán los demás? Gritarán: “¡Padre! ¡Ponla encima de la mesa!” Esta es la historia que Jesús cuenta. No explica. Apenas dice: Quien tenga oídos para oír, que oiga. La Palabra de Dios es la lámpara que debe ser encendida en la oscuridad de la noche. Si se queda dentro del libro de la Biblia, cerrado, es como la lámpara puesta debajo de una caja o de una cama. Cuando enlaza con la vida y es vivida en comunidad, entonces está colocada encima de la mesa e ¡ilumina!

• Prestar atención a los preconceptos. Jesús pide a los discípulos que tomen conciencia de los preconceptos con que escuchan la enseñanza que él ofrece. Deben prestar atención a las ideas con que miran a Jesús. Si el color de los ojos es verde, todo parece verde. Si fuera azul, todo parecería azul. Si la idea con la que miro a Jesús está equivocada, todo lo que pienso sobre Jesús estará amenazado de error. Si pienso que el Mesías, ha de ser un rey glorioso, no voy a entender nada de lo que Jesús enseña y lo voy a entender todo de manera equivocada.

• Parábolas: una nueva manera de enseñar y de hablar sobre Dios. La forma que Jesús tenía de enseñar era, sobre todo, por medio de parábolas. Tenía una capacidad muy grande de encontrar imágenes bien sencillas para comparar las cosas de Dios con las cosas de la vida que la gente conocía y experimentaba en su lucha diaria para la supervivencia. Esto supone dos cosas: estar dentro de las cosas de la vida, y estar dentro de las cosas del Reino de Dios.

• La enseñanza de Jesús era diversa de la enseñanza de los escribas. Era una Buena Nueva para los pobres, porque Jesús revelaba un nuevo rostro de Dios, en el que el pueblo se reconocía y se alegraba. “Padre yo te alabo porque has escondido estas cosas a sabios y entendidos y las has revelado a los pequeños. ¡Sí, Padre, así te pareció bien! (Mt 11,25-28)”.

4) Para la reflexión personal

• Palabra de Dios, lámpara que ilumina. ¿Qué lugar ocupa la Biblia en mi vida? ¿Qué luz recibo de ella?

• ¿Cuál es la imagen de Jesús que está en mí? ¿Quién es Jesús para mí y quién soy yo para Jesús?

5) Oración final

Gustad y ved lo bueno que es el Señor,
dichoso el hombre que se acoge a Él. (Sal 34,9)

Orden de los Carmelitas

miércoles, 29 de enero de 2020

Los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la palabra, la acogen y dan fruto

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este miércoles de la 3ª semana del Tiempo Ordinario, ciclo A.

Dios nos bendice...

Lectio Divina: Marcos 4,1-20
Lectio
Miércoles, 29 Enero , 2020
Tiempo ordinario

1) Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que
podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y reina contigo. Amen.

2) Lectura

Del santo Evangelio según Marcos 4,1-20

Y otra vez se puso a enseñar a orillas del mar. Y se reunió tanta gente junto a él que hubo de subir a una barca y, ya en el mar, se sentó; toda la gente estaba en tierra a la orilla del mar. Les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su instrucción:
«Escuchad. Una vez salió un sembrador a sembrar. Y sucedió que, al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino; vinieron las aves y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida por no tener hondura de tierra; pero cuando salió el sol se agostó y, por no tener raíz, se secó. Otra parte cayó entre abrojos; crecieron los abrojos y la ahogaron, y no dio fruto. Otras partes cayeron en tierra buena y, creciendo y desarrollándose, dieron fruto; unas produjeron treinta, otras sesenta, otras ciento.» Y decía: «Quien tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando quedó a solas, los que le seguían a una con los Doce le preguntaban sobre las parábolas. Él les dijo: «A vosotros se os ha dado el misterio del Reino de Dios, pero a los que están fuera todo se les presenta en parábolas, para que por mucho que miren no vean, por mucho que oigan no entiendan, no sea que se conviertan y se les perdone.»
Y les dice: «¿No entendéis esta parábola? ¿Cómo, entonces, comprenderéis todas las parábolas? El sembrador siembra la palabra. Los que están a lo largo del camino donde se siembra la palabra son aquellos que, en cuanto la oyen, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos. De igual modo, los sembrados en terreno pedregoso son los que, al oír la palabra, al punto la reciben con alegría, pero no tienen raíz en sí mismos, sino que son inconstantes; y en cuanto se presenta una tribulación o persecución por causa de la palabra, sucumben en seguida. Y otros son los sembrados entre los abrojos; son los que han oído la palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y las demás concupiscencias les invaden y ahogan la palabra, y queda sin fruto. Y los sembrados en tierra buena son aquellos que oyen la palabra, la acogen y dan fruto, unos treinta, otros sesenta, otros ciento.»

3) Reflexión

• Sentado en una barca, Jesús enseña a la multitud. En estos versos, Marcos describe de qué forma Jesús enseñaba a la gente: en la playa, sentado en la barca, mucha gente alrededor para escuchar. Jesús no era una persona culta (Jn 7,15). No había cursado una escuela superior en Jerusalén. Venía del interior, del campo, de Nazaret. Era un desconocido, medio campesino, medio artesano. Sin pedir permiso a las autoridades, empezó a enseñar a la gente. Hablaba de forma muy distinta. Al pueblo le gustaba oírle.

• Por medio de las parábolas, Jesús ayudaba el pueblo a percibir la presencia misteriosa del Reino en las cosas de la vida. Una parábola es una comparación. Se usan cosas conocidas y visibles de la vida para explicar las cosas invisibles y desconocidas del Reino de Dios. Por ejemplo, el pueblo de Galilea entendía de siembra, terreno, lluvia, sol, sal, flores, cosecha, pesca, etc. Y son exactamente estas cosas conocidas las que Jesús usa en las parábolas para explicar el misterio del Reino.

• La parábola de la semilla retrata la vida de los campesinos. En aquel tiempo, no era fácil vivir de la agricultura. El terreno era muy pedregoso. Había mucho matorral. Poca lluvia, mucho sol. Además de esto, muchas veces la gente acortaba el camino y pasando por los campos pisaba las plantas (Mc 2,23). Asimismo, a pesar de todo esto, cada año, el agricultor sembraba y plantaba, confiando en la fuerza de la semilla, en la generosidad de la naturaleza.

• ¡El que tenga oído para oír, que oiga”! (Mc 4,3). Ahora, al final termina diciendo: “El que tenga oído para oír, que oiga.” El camino para llegar a comprender la parábola es la búsqueda: “¡Traten de entender!” La parábola no dice todo inmediatamente, sino que lleva a pensar y hace descubrir desde la experiencia que los oyentes tienen de la siembra. Suscita creatividad y participación. No es una doctrina que ya llega pronta para ser enseñada y decorada. La parábola no da agua embotellada, entrega la fuente. El agricultor que escucha dice: “La semilla en el terreno, ¡yo sé que es! Pero Jesús dice que esto tiene que ver con el Reino de Dios. ¿Qué será?” ¡Y uno se puede imaginar las largas conversaciones de la gente! La parábola se mezcla con la gente y lleva a escuchar la naturaleza y a pensar en la vida.

• Jesús explica la parábola a los discípulos. En casa, a solas con Jesús, los discípulos quieren saber el significado de la parábola. No entendían. Jesús se percató de su ignorancia (Mc 4,13) y respondió por medio de una frase difícil y misteriosa. Dice a los discípulos: “Ustedes están en el secreto del Reino de Dios, pero a los de afuera se les hace parábolas, de modo que por mucho que miren, no verán; y por más que oigan, no entenderán; no se convertirán ni serán perdonados”. Esta frase hace que la gente se pregunte: Al final, ¿de qué sirve la parábola? ¿Para aclarar o para esconder? ¿Será que Jesús usa parábolas para que la gente continúe en su ignorancia y no llegue a convertirse? ¡Cierto que no! Pues en otro lugar Marcos dice que Jesús usaba parábolas “según la capacidad de los oyentes” (Mc 4,33).

• ¡La parábola revela y esconde al mismo tiempo! Revela para “los de dentro”, que aceptan a Jesús como Mesías, Rey grandioso. Ellos entienden las imágenes de la parábola, pero no llegan a entender su significado.

• La explicación de la parábola, parte por parte. Una por una, Jesús explica las partes de la parábola, desde la siembra y el terreno, hasta la cosecha. Algunos estudiosos piensan que esta explicación se amplificó después. Sería una explicación hecha por alguna comunidad. ¿Es muy posible! Pues en el capullo de la parábola está la flor de la explicación. Capullo y flor, ambos, tienen la misma origen que es Jesús. Por esto, podemos seguir la reflexión y descubrir otras cosas bonitas dentro de la parábola. Una vez, alguien preguntó en una comunidad: “Jesús dijo que debemos ser sal. ¿Para qué sirve la sal?” Discutieron y al final encontraran más de diez finalidades para la sal. Aplicaron todo esto a la vida de la comunidad y descubrieron que ser sal es difícil y exigente. ¡La parábola funcionó! Lo mismo vale para la siembra. Todos tienen alguna experiencia de sembrar.

4) Para la reflexión personal

• ¿Qué experiencia tienes de sembrar? ¿Cómo te ayuda a entender mejor la Buena Nueva?
• ¿Qué tipo de terreno soy yo?

5) Oración final

Consulté al Señor y me respondió:
me libró de todos mis temores.
Los que lo miran quedarán radiantes,
no habrá sonrojo en sus semblantes. (Sal 34,5-6)

Orden de los Carmelitas

martes, 28 de enero de 2020

«Quien cumpla la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre»

¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este martes de la 3ª semana del Tiempo Ordinaro, ciclo A.

Dios nos bendice...

Lectio Divina: Marcos 3,31-35

Lectio

Martes, 28 de enero de 2020

Tiempo ordinario

1) Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y reina contigo. Amén.

2) Lectura

Del santo Evangelio según Marcos 3,31-35

Llegan su madre y sus hermanos y, quedándose fuera, le envían a llamar. Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan.» Él les responde: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?» Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: «Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.»

3) Reflexión

• La familia de Jesús. Los parientes llegan a la casa donde se encuentra Jesús. Probablemente venían de Nazaret. De allí hasta Cafarnaún hay unos 40 km. Su madre estaba con él. No entran, pero envían un recado: ¡Tu madre, tus hermanos y tus hermanas, están afuera y preguntan por ti! La reacción de Jesús es firme: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y él mismo responde apuntando hacia la multitud que estaba alrededor: ¡Aquí están mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre! Para entender bien el significado de esta respuesta conviene mirar la situación de la familia en el tiempo de Jesús.
• En el antiguo Israel, el clan, es decir la gran familia (la comunidad) era la base de la convivencia social. Era la protección de las familias y de las personas, la garantía de la posesión de la tierra, el cauce principal de la tradición, la defensa de la identidad. Era la manera concreta que la gente de la época tenía de encarnar el amor de Dios en el amor al prójimo. Defender el clan era lo mismo que defender la Alianza.

• En Galilea, en el tiempo de Jesús, a causa del sistema implantado durante los largos gobiernos de Herodes Magno (37 aC a 4 aC) y de su hijo Herodes Antipas (4 aC a 39 dC), el clan (la comunidad) se estaba debilitando. Había que pagar impuestos tanto al gobierno como al Templo, la deuda pública crecía, dominaba la mentalidad individualista de la ideología helena, había frecuentes amenazas de represión violenta de parte de los romanos, la obligación de acoger a los soldados y de hospedarles, los problemas cada vez mayores de supervivencia, todo esto llevaba las familias a encerrarse en sus propias necesidades. Esta cerrazón se veía reforzada por la religión de la época. Por ejemplo, quienes dedicaban su herencia al Templo, podían dejar a sus padres sin ayuda. Esto debilitaba el cuarto mandamiento que era el gozne del clan (Mc 7,8-13). Además de esto, la observancia de las normas de pureza era factor de marginalización para mucha gente: mujeres, niños, samaritanos, extranjeros, leprosos, endemoniados, publicanos, enfermos, mutilados, paralíticos.

• Y así, la preocupación por los problemas de la propia familia impedía que las personas se unieran en comunidad. Ahora, para que el Reino de Dios pudiera manifestarse en la convivencia comunitaria de la gente, las personas tenían que superar los límites estrechos de la pequeña familia y abrirse, nuevamente, para la gran familia, para la Comunidad. Jesús nos da el ejemplo. Cuando su familia trató de apoderarse de él, reacción y alargó la familia: “¿Quién es mi made, quiénes son mis hermanos?” Y el mismo da respuesta apuntando hacia la multitud alrededor: ¡Aquí están mi madre y mis hermanos! ¡Porque todo el que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre! (Mc 3,33-35). Creó comunidad.

• Jesús pedía lo mismo a todos los que querían seguirlo. Las familias no podían encerrarse en sí mismas. Los excluidos y los marginados debían ser acogidos dentro de la convivencia y, así, sentirse acogidos por Dios (cf. Lc 14,12-14). Este era el camino para alcanzar el objetivo de la Ley que decía: “No debe de haber pobres en medio de ti” (Dt 15,4). Como los grandes profetas del pasado, Jesús procura reforzar la vida comunitaria en las aldeas de Galilea. El retoma el sentido profundo del clan, de la familia, de la comunidad, como expresión de la encarnación del amor de Dios en el amor hacia el prójimo.

4) Para la reflexión personal

• Vivir la fe en comunidad. ¿Cuál es el lugar y la influencia de las comunidades en mi manera de vivir la fe?

• Hoy, en grandes ciudades, la masificación promueve el individualismo que es lo contrario de la vida en comunidad. ¿Qué estoy haciendo para combatir este mal?

5) Oración final

Yo esperaba impaciente al Señor:
hacia mí se inclinó
y escuchó mi clamor.
Puso en mi boca un cántico nuevo,
una alabanza a nuestro Dios. (Sal 40,2.4)

Orden de los Carmelitas

lunes, 27 de enero de 2020

El que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca


¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este lunes de la tercera semana del Tiempo Ordinario, ciclo A.

Dios nos bendice...

Lectio Divina: Marcos 3,22-30

Lectio

Lunes, 27 de enero de 2020

Tiempo ordinario

1) Oración inicial

Dios todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Que vive y reina contigo. Amén.

2) Lectura

del santo Evangelio según Marcos 3,22-30

Los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los demonios expulsa los demonios.» Él, llamándoles junto a sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su fin. Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno.» Es que decían: «Está poseído por un espíritu inmundo.»

3) Reflexión

El conflicto crece. Existe una secuencia progresiva en el evangelio de Marcos. En la medida en que la Buena Nueva se afianza entre la gente y es aceptada, en esta misma medida crece la resistencia de parte de las autoridades religiosas. El conflicto comienza a crecer y arrastra y envuelve a grupos de personas. Por ejemplo, los parientes de Jesús piensan que se ha vuelto loco (Mc 3,20-21) y los escribas, que habían venido de Jerusalén, piensan que es un endemoniado (Mc 3,22).

Conflicto con las autoridades. Los escribas calumnian a Jesús. Dicen que está poseído y que expulsa a los demonios con la ayuda de Belcebú, el príncipe de los demonios. Ellos habían venido de Jerusalén, que distaba más de 120 km, para observar bien el comportamiento de Jesús. Querían defender la Tradición en contra de las novedades que Jesús enseñaba a la gente (Mc 7,1). Pensaban que su enseñanza iba en contra de la buena doctrina. La respuesta de Jesús tiene tres partes.

Primera parte: la comparación de la familia dividida. Jesús usa la comparación de familia dividida y de reino dividido para denunciar lo absurdo de la calumnia. Decir que Jesús expulsa los demonios con la ayuda del príncipe de los demonios significa negar la evidencia. Es lo mismo que decir que el agua está seca y que el sol es oscuridad. Los doctores de Jerusalén calumniaban porque no sabían explicar los beneficios que Jesús realizaba para el pueblo. Estaban con miedo a perder el liderazgo.

Segunda parte: la comparación del hombre fuerte. Jesús compara el demonio con un hombre fuerte. Nadie, de no ser una persona más fuerte, podrá robar en casa de un hombre fuerte. Jesús es el más fuerte. Por esto consigue entrar en la casa y sujetar al hombre fuerte. Consigue expulsar los demonios. Jesús sujeta al hombre fuerte y ahora roba en su casa, eso es libera a las personas que estaban bajo el poder del mal. El profeta Isaías había usado ya la misma comparación para describir la venida del mesías (Is 49,24-25). Lucas añade que la expulsión del demonio es una señal evidente de que el Reino de Dios ha llegado (Lc 11,20).

Tercera parte: el pecado contra el Espíritu Santo. Todos los pecados son perdonados, menos el pecado contra el Espíritu Santo. ¿Qué es el pecado contra el Espíritu Santo? Es decir: “¡El espíritu que lleva Jesús a que expulse el demonio, viene del mismo demonio!” Quién habla así se vuelve incapaz de recibir el perdón. ¿Por qué? Aquel que se tapa los ojos, ¿puede ver? ¡No puede! Aquel que tiene la boca cerrada, ¿puede comer? ¡No puede! Aquel que no cierra el paraguas de la calumnia, ¿puede recibir la lluvia del perdón? ¡No puede! El perdón pasaría de lado y no lo alcanzaría. No es que Dios no quiera perdonar. ¡Dios quiere perdonar siempre! Pero es el pecador que rechaza el perdón.

4) Para la reflexión personal

• Las autoridades religiosas se encierran en sí mismas y niegan la evidencia. ¿Me ha ocurrido a mí encerrarme en mi mismo/a contra la evidencia de los hechos?

• La calumnia es el arma de los débiles. ¿Has tenido experiencia en este punto?

5) Oración final

El Señor ha dado a conocer su salvación,
ha revelado su justicia a las naciones;
¡Aclama al Señor, tierra entera,
gritad alegres, gozosos, cantad! (Sal 98,2.4)

Orden de los Carmelitas

domingo, 26 de enero de 2020

Jesús comienza a anunciar la Buena Noticia y llama a sus primeros discípulos


¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este 3er domingo del Tiempo Ordinario, ciclo A.

Dios nos bendice...

Lectio Divina: 3º Domingo del tiempo ordinario (A)
Lectio

Domingo, 26 Enero , 2020

Mateo 4,12-23

1. ORACIÓN INICIAL

En la oscuridad de una noche sin estrellas,
la noche vacía de sentido
tú, Verbo de la Vida,
como relámpago en la tempestad del olvido,
has entrado en el límite de la duda,
al abrigo de los confines de la precariedad,
para esconder la luz.
Palabras hechas de silencio y de cotidianidad
tus palabras humanas, precursoras de los secretos del Altísimo:
como anzuelos lanzados en las aguas de la muerte
para encontrar al hombre, sumergido en su ansiosa locura,
y retenerlo preso, por el atrayente resplandor del perdón.
A Ti, Océano de Paz y sombra de la eterna Gloria, te doy gracias:
Mar en calma para mi orilla que espera la ola, ¡que yo te busque!
Y la amistad de los hermanos me proteja
cuando la tarde descienda sobre mi deseo de ti. Amén.

2. LECTURA

a) El texto:

Mateo 4,12-23

12 Cuando oyó que Juan había sido entregado, se retiró a Galilea. 13 Y dejando Nazaret, vino a residir en Cafarnaún junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí; 14 para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: 15¡Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, allende el Jordán, Galilea de los gentiles! 16El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en paraje de sombras de muerte una luz les ha amanecido.17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar y decir: «Convertíos, porque el Reino de los Cielos ha llegado.» 18 Caminando por la ribera del mar de Galilea vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés, echando la red en el mar, pues eran pescadores, 19 y les dice: «Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres.» 20 Y ellos al instante, dejando las redes, le siguieron. 21 Caminando adelante, vio a otros dos hermanos, Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, que estaban en la barca con su padre Zebedeo arreglando sus redes; y los llamó. 22 Y ellos al instante, dejando la barca y a su padre, le siguieron. 23 Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.

b) Momento de silencio:

Dejamos que la voz del Verbo resuene en nosotros.

3. MEDITACIÓN

a) Preguntas para la reflexión:

- Jesús vino a residir junto al mar: El Hijo de Dios viene a habitar junto al hombre. El mar, este mundo tan misterioso e ilimitado, inmenso hacia el horizonte cuanto inmenso es el cielo. El uno reflejo del otro, confinantes, distintos, reflejo mutuamente de sosiego y de paz. Jesús tierra de Dios, viene a habitar junto al mar, se hace tierra del hombre. Y nosotros ¿ iremos a morar junto a Dios como estaba el Verbo antes de venir a nosotros? ¿O quizá nos baste nuestra frágil vida de carne?

- El pueblo que habitaba en tinieblas vio una gran luz: Inmerso en la obscuridad, el hombre vive sus días con resignado dolor y sin la esperanza de que algo cambie para él. El mundo en el cual la fe no declina sus palabras es un mundo inmerso en las tinieblas hasta que la luz no venga a habitarlo. Cristo, luz de los pueblos, ha venido al mundo y las tinieblas se han disipado para hacer resplandecer la luz. Pero las tinieblas ¿se han disipado para nosotros?

- Al instante, dejando las redes, lo siguieron: Al instante. Dejar. Seguir. Palabras difíciles para nuestro estilo de vida. Responder a Dios: sí, pero con calma. Dejar lo que se está haciendo por el Señor; sí, pero con calma. Seguir al Señor; sí pero antes es necesario pensarlo bien. ¿Y si probásemos a hacer como los apóstoles: al instante, dejándolo todo, se fueron con Él?

b) Clave de lectura:

El Dios del universo que ha creado el cielo y la tierra con sólo su Palabra, deja su morada y viene a residir junto al mar en tierra extranjera para pronunciar palabras que sepan a cielo. Y también el Hijo del hombre, el maestro de Nazaret, deja la casa de su juventud para caminar por la Galilea de los gentiles, más allá del Jordán. Las tinieblas de la ignorancia que se perpetúa en sus rayos con el pasar de los siglos vienen atravesadas por una gran luz. Las sombras de la muerte oyen palabras que abren caminos de novedad y de vida: “Convertíos, porque el reino de los cielos está cerca”. Cambiar de itinerario, acercarse a la luz no es empresa difícil para quien tiene familiaridad con la presencia del Altísimo. Porque los ojos se acostumbran a la presencia y fácilmente el corazón humano olvida el pasado de tinieblas, cuando goza de esplendor. Convertirse ¿Cómo? La relación humana se convierte en el camino nuevo junto al mar. Hay hermanos a lo largo de las orillas, pareja de hermanos: Simón y Pedro, Santiago y Juan. Dios no viene a separar los vínculos más sagrados, sino que los asume para pescar en una vida más luminosa, su vida, su mar.

Mientras caminaba... El camino es un gran secreto de la vida espiritual. No hemos sido llamados para estar firmes, quietos, sino para caminar también nosotros junto al mar, el mar del mundo donde los hombres son como peces, sumergidos en una agua amarga, salobre del no humano. Pescadores de hombres. No se puede pescar sin la red del amor, sin un padre que custodie la barca, sin una barca con la que adentrarse en el mar. La red de las relaciones humanas es la única arma posible a los evangelizadores, porque con amor se tiene una gran pesca, el amor no debe ser sólo anunciado, sino llevado. Ser llamado de dos en dos quiere decir precisamente esto, llevar un amor visible concreto, el amor de hermanos que gozan de la misma paternidad, el amor de personas por las que corre la misma sangre, la misma vida.

Seguidme...llamar a otros a caminar, a pescar, a testimoniar. Las redes se rompen pero cada pescador está en grado de recomponer una red que se rompe. ¡El amor no es un objeto de adorno! ¡Usándolo se rompe! El arte de reordenar vuelve precioso todo tejido posible entre los hombres. Lo que cuenta es andar, fiarse de aquel nombre que se ha llamado siempre y ahora VIDA.

Los llamados van, siguen a Jesús. ¿Pero dónde va Jesús? Camina por toda la Galilea, enseña en las sinagogas, predica la buena nueva del reino, cura toda clase de males y enfermedades en el pueblo. Todo hombre de mar, apóstol del reino, hará como Jesús: caminará por los caminos del mundo y se presentará en las plazas, proclamará las buenas noticias de Dios y cuidará de los afligidos y enfermos, hará visible la ternura del Padre para cada uno de sus hijos.

4. ORACIÓN (Is 43,1-21)

«No temas, que yo te he rescatado,
te he llamado por tu nombre. Tú eres mío.
Si pasas por las aguas, yo estoy contigo,
si por los ríos, no te anegarán.
Si andas por el fuego, no te quemarás,
ni la llama prenderá en ti.
Porque yo soy el Señor tu Dios,
el Santo de Israel, tu salvador.
Dado que eres precioso a mis ojos,
eres estimado, y yo te amo.
Pondré la humanidad en tu lugar,
y los pueblos en pago de tu vida.
No temas, que yo estoy contigo;
Vosotros sois mis testigos -oráculo de Yahvé-
y mi siervo a quien elegí,
para que me conozcáis y me creáis a mí mismo,
y entendáis que yo soy:
Antes de mí no fue formado otro dios,
ni después de mí lo habrá.
Yo, yo soy el Señor,
y fuera de mí no hay salvador.
Así dice el Señor,
que trazó camino en el mar,
y vereda en aguas impetuosas.
¿No os acordáis de lo pasado,
ni caéis en la cuenta de lo antiguo?
Pues bien, he aquí que yo lo renuevo:
ya está en marcha, ¿no lo reconocéis?
Sí, pongo en el desierto un camino,
ríos en el páramo.
Ese pueblo que yo me he formado
contará mis alabanzas.

5. CONTEMPLACIÓN

La aguas del mar que recubren la tierra me cuentan el fluir de tu vida, Señor. Cuando en el horizonte cielo y mar se confunden, me parece ver trasbordar todo lo que eres en nuestro existir. Un fluir que es una ola tierna de presencia y una inenarrable historia de amor, hecha de nombres, de hechos, de edades, de secretos, de emociones plácidas e imprevistas turbaciones, una historia hecha de luces y de momentos grises, de entusiasmos y de sosegado sueño. Este mar que es la humanidad colmada de tu paz contiene palabras sin fin, las palabras de tu Verbo que hasta el extremo ha querido asumir el vestido de arena del tiempo.

 Cuántas palabras sobre las riberas que se recogen silenciosamente si sólo me dispongo a escuchar, tus palabras que las olas de la vida llevan a la orilla y que son sendas para los navegantes, palabras antiguas y palabras nuevas, palabras nunca olvidadas y palabras repletas de misterio. Señor, que las olas de la humanidad no me envuelvan, sino que sean huellas de comunión para mi frágil barca en el caminar. Que yo aprenda de ti a adentrarme en el mar para la pesca en las noches obscuras de la historia humana, cuando los peces están más dispuestos a dejarse coger. Sobre tu palabra echaré las redes, Dios mío, y llevada la barca a tierra, seguiré caminando por las pisadas que has dejado sobre las riberas de la historia cuando escogiste el vestir nuestros vestidos llenos de fango.

Orden de los Carmelitas

sábado, 25 de enero de 2020

«Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación»


¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer meditar el Evangeliio, a la manera de la lectio divina, en este sábado en que celebramos la fiesta de la Conversión de San Pablo, apóstol. Ciclo A.

Dios nos bendice...

Lectio Divina: Conversión del apóstol San Pablo.

Lectio

Sábado, 25 de enero de 2020

Tiempo ordinario
1) Oración inicial
Dios todopoderoso, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha paternalmente la oración de tu pueblo, y haz que los días de nuestra vida se fundamenten en tu paz. Por nuestro Señor. Amen.
2) Lectura
Del santo Evangelio según Marcos 16,15-18

Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estos son los signos que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.»
3) Reflexión
Las señales que acompañan el anuncio de la Buena Nueva. Al final Jesús aparece a los once discípulos y los reprende por no haber creído en las personas que decían haberle visto resucitado. De nuevo, Marcos se refiere a la resistencia de los discípulos en creer en el testimonio de quienes experimentaron la resurrección de Jesús. ¿Por qué será? Probablemente, para enseñar dos cosas. Primero, que la fe en Jesús pasa por la fe en las personas que dan testimonio de él. Segundo, que nadie debe desanimarse, cuando la falta de fe nace en el corazón. ¡Hasta los once discípulos tuvieron dudas!

• Enseguida, Jesús les da la misión de anunciar la Buena Nueva a toda criatura. La exigencia que plantea es ésta: creer y ser bautizado. A los que tienen el valor de creer en la Buena Nueva y que son bautizados, Jesús promete las siguientes señales: echarán demonios, hablarán en nuevas lenguas, tomarán con sus manos serpientes y si beben algún veneno no les hará daño. Esto acontece hasta el día de hoy:

echar demonios: es combatir el poder del mal que daña la vida. La vida de mucha gente mejora por el hecho de haber entrado en la comunidad y por haber empezado a vivir la Buena Nueva de la presencia de Dios en su vida;

hablar en nuevas lenguas: es comenzar a comunicarse con los demás de una forma nueva. A veces encontramos a una persona que nunca vimos antes y que nos parece hemos conocido desde hace mucho tiempo. Es porque hablamos la misma lengua, la lengua del amor;

el veneno no hace daño: hay mucha gente que envenena la convivencia. Mucho cotilleo que estropea la relación entre las personas. Quien vive en presencia de Dios sale adelante y consigue no ser molestado por este terrible veneno;

curar a los enfermos: en cualquier rincón del mundo, donde aparece una conciencia más clara y más viva de la presencia de Dios, aparece también un cuidado especial hacia las personas excluidas y marginadas, sobre todo hacia los enfermos. Aquello que más favorece la curación es que la personas se siente acogida y amada;

a través de la comunidad, Jesús continúa su misión. Jesús que vivió en Palestina y que allí acogió a los pobres de su tiempo, revelando el amor del Padre, es el mismo Jesús que continúa vivo en medio de nosotros, en nuestras comunidades. A través de nosotros, continúa su misión para revelar la Buena Nueva del Amor de Dios a los pobres. Hasta hoy, acontece la resurrección, que nos lleva a cantar: "¿Quién nos separará, quién nos separará del amor de Cristo, quién nos separará?" (cf. Rom 8,38-39). Ningún poder de este mundo es capaz de neutralizar la fuerza que viene de la fe en la resurrección (Rom 8,35-39). Una comunidad que quiere ser testigo de la Resurrección tiene que ser signo de vida, tiene que luchar contra las fuerzas de la muerte, para que el mundo sea un lugar favorable a la vida, tiene que creer que otro mundo es posible. Sobre todo aquí en América Latina, donde la vida de la gente corre peligro a causa del sistema de muerte que nos fue impuesto, las comunidades deben ser una prueba viva de la esperanza que vence el mundo, ¡sin miedo a ser feliz!
4) Para una reflexión personal
• Echar demonios, hablar en lenguas nuevas, vencer el veneno de las serpientes, imponer las manos a los enfermos: ¿has realizado algunas de estas señales?
• A través de nosotros y de nuestra comunidad Jesús continúa su misión. En nuestra comunidad ¿consigue realizar esta misión? ¿Cómo? ¿De qué manera?
5) Oración final
¡Alabad al Señor, todas las naciones,
ensalzadlo, pueblos todos!
Pues sólido es su amor hacia nosotros,
la lealtad del Señor dura para siempre. (Sal 117,1-2)
Orden de los Carmelitas

viernes, 24 de enero de 2020

Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar


¡Amor y paz!

Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la manera de la lectio divina, en este viernes de la 2ª semana del Tiempo Odinario, ciclo A.

Dios nos bendice...

Lectio Divina: Marcos 3,13-19
Lectio
Viernes, 24 Enero , 2020
Tiempo ordinario 

1) Oración

Dios todopoderoso, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha paternalmente la oración de tu pueblo, y haz que los días de nuestra vida se fundamenten en tu paz. Por nuestro Señor. 

2) Lectura

Del Evangelio según Marcos 3,13-19

Subió al monte y llamó a los que él quiso; y vinieron junto a él. Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro; a Santiago el de Zebedeo y a Juan, el hermano de Santiago, a quienes puso por nombre Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, el mismo que le entregó. 

3) Reflexión

• El evangelio de hoy describe la acogida y la misión de los doce apóstoles. Jesús comienza con dos discípulos a los que añade otros dos (Mc 1,16-20). Poco a poco el número fue creciendo. Lucas informa que llamó a los 72 discípulos para que fueran con él en misión (Lc 10,1).

•  Marcos 3,13-15: El llamado para una doble misión. Jesús llama a los que él quiere y se van con él. Luego, “Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios”. Jesús los llama para una doble finalidad, para una doble misión: (a) Estar con él, esto es, formar la comunidad de la que él, Jesús, es el eje. (b) Rezar y tener poder para expulsar los demonios, esto es, anunciar la Buena Nueva y luchar en contra del poder del mal que arruina la vida de la gente y aliena a las personas. Marcos dice que Jesús subió al monte y, estando allí, llamó a los discípulos. La llamada es una subida. En la Biblia subir al monte evoca el monte al que Moisés subió y tuvo un encuentro con Dios (Ex 24,12). Lucas dice que Jesús subió al monte, rezó toda la noche y, al día siguiente, llamó a los discípulos. Rezó a Dios para saber a quién escoger (Lc 6,12-13). Después de haber llamado, Jesús oficializa la elección hecha y crea un núcleo más estable de doce personas para dar mayor consistencia a la misión. Y también para significar la continuidad del proyecto de Dios. Los doce apóstoles del NT son los sucesores de las doce tribus de Israel.

•  Nace así la primera comunidad del Nuevo Testamento, comunidad modelo, que va creciendo alrededor de Jesús a lo largo de los tres años de su actividad pública. Al comienzo, no son nada más que cuatro (Mc 1,16-20). Poco después la comunidad crece en la medida en que va creciendo la misión en las aldeas y poblados de Galilea. Llega hasta el punto de que no tienen tiempo ni para comer ni para descansar (Mc 3,2). Por esto, Jesús se preocupaba de proporcionar un descanso a los discípulos (Mc 6,31) y de aumentar el número de los misioneros y misioneras (Lc 10,1). De este modo, Jesús trata de mantener el doble objetivo de la llamada: estar con él y enviarlos. La comunidad que así se forma alrededor de Jesús tiene tres características que pertenecen a su naturaleza: es formadora, es misionera y está inserta en medio de los pobres de Galilea.  

•  Marcos 3,16-19:  La lista de los nombres de los doce apóstoles. En seguida, Marcos dice los nombres de los doce: Simón, a quien dio el nombre de Pedro; Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, a los que dio el nombre de Boanerges, que quiere decir "hijos del trueno";  Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, Hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananeo, Judas  Iscariotes, aquel que lo entregó. Gran parte de estos nombres vienen del Antiguo Testamento. Por ejemplo, Simeón es el nombre de uno de los hijos del patriarca Jacob (Gén 29,33). Santiago es el mismo que Jacob (Gén 25,26). Judas es el nombre del otro hijo de Jacob (Gén 35,23). Mateo también tenía el nombre de Levi (Mc 2,14), que es el otro hijo de Jacob (Gén 35,23). De los doce apóstoles, siete tienen un nombre que viene del tiempo de los patriarcas. Dos se llaman Simón;  dos  Santiago;  dos Judas;  uno Levi.   Solamente hay uno con un nombre griego: Felipe. Sería como hoy en una familia donde todos tienen nombres del tiempo antiguo, y uno sólo tiene un nombre moderno. Esto revela el deseo que la gente tiene de rehacer historia ¡desde el comienzo! Merece la pena pensar en los nombres que hoy damos a los hijos. Como ellos, cada uno de nosotros está llamado por Dios por el nombre. 

4) Para la reflexión personal

• Estar con Jesús e ir en misión es la doble finalidad de la comunidad cristiana. ¿Cómo asumes tú este compromiso en la comunidad a la que perteneces?

• Jesús llamó a los discípulos por el nombre. Tú, yo, todos nosotros existimos, porque Dios nos llama por el nombre. ¡Piensa en esto! 

5) Oración final

¡Muéstranos tu amor, Señor,
danos tu salvación!
Su salvación se acerca a sus adeptos,
y la Gloria morará en nuestra tierra. (Sal 85,8.10)

Orden de los Carmelitas