¡Amor y paz!
Los invito, hermanos, a leer y meditar el Evangelio, a la
manera de la lectio divina, en este lunes de la tercera semana del Tiempo
Ordinario, ciclo A.
Dios nos bendice...
Lectio
Divina: Marcos 3,22-30
Lectio
Lunes,
27 de enero de 2020
Tiempo
ordinario
1)
Oración inicial
Dios
todopoderoso y eterno: ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que
podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo
predilecto. Que vive y reina contigo. Amén.
2)
Lectura
del
santo Evangelio según Marcos 3,22-30
Los
escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y
«por el príncipe de los demonios expulsa los demonios.» Él, llamándoles junto a
sí, les decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un
reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa
está dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha
alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su
fin. Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no
ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se
perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por
muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá
perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno.» Es que decían: «Está
poseído por un espíritu inmundo.»
3)
Reflexión
•
El conflicto crece. Existe una secuencia progresiva en el evangelio de
Marcos. En la medida en que la Buena Nueva se afianza entre la gente y es
aceptada, en esta misma medida crece la resistencia de parte de las autoridades
religiosas. El conflicto comienza a crecer y arrastra y envuelve a grupos de
personas. Por ejemplo, los parientes de Jesús piensan que se ha vuelto loco (Mc
3,20-21) y los escribas, que habían venido de Jerusalén, piensan que es un
endemoniado (Mc 3,22).
•
Conflicto con las autoridades. Los escribas calumnian a Jesús. Dicen que
está poseído y que expulsa a los demonios con la ayuda de Belcebú, el príncipe
de los demonios. Ellos habían venido de Jerusalén, que distaba más de 120 km,
para observar bien el comportamiento de Jesús. Querían defender la Tradición en
contra de las novedades que Jesús enseñaba a la gente (Mc 7,1). Pensaban que su
enseñanza iba en contra de la buena doctrina. La respuesta de Jesús tiene tres
partes.
•
Primera parte: la comparación de la familia dividida. Jesús usa la
comparación de familia dividida y de reino dividido para denunciar
lo absurdo de la calumnia. Decir que Jesús expulsa los demonios con la ayuda
del príncipe de los demonios significa negar la evidencia. Es lo mismo que
decir que el agua está seca y que el sol es oscuridad. Los doctores de
Jerusalén calumniaban porque no sabían explicar los beneficios que Jesús
realizaba para el pueblo. Estaban con miedo a perder el liderazgo.
•
Segunda parte: la comparación del hombre fuerte. Jesús compara el
demonio con un hombre fuerte. Nadie, de no ser una persona más fuerte, podrá robar
en casa de un hombre fuerte. Jesús es el más fuerte. Por esto consigue entrar
en la casa y sujetar al hombre fuerte. Consigue expulsar los demonios. Jesús
sujeta al hombre fuerte y ahora roba en su casa, eso es libera a las personas
que estaban bajo el poder del mal. El profeta Isaías había usado ya la misma
comparación para describir la venida del mesías (Is 49,24-25). Lucas añade que
la expulsión del demonio es una señal evidente de que el Reino de Dios ha
llegado (Lc 11,20).
•
Tercera parte: el pecado contra el Espíritu Santo. Todos los pecados son
perdonados, menos el pecado contra el Espíritu Santo. ¿Qué es el pecado contra
el Espíritu Santo? Es decir: “¡El espíritu que lleva Jesús a que expulse el
demonio, viene del mismo demonio!” Quién habla así se vuelve incapaz de recibir
el perdón. ¿Por qué? Aquel que se tapa los ojos, ¿puede ver? ¡No puede! Aquel
que tiene la boca cerrada, ¿puede comer? ¡No puede! Aquel que no cierra el
paraguas de la calumnia, ¿puede recibir la lluvia del perdón? ¡No puede! El
perdón pasaría de lado y no lo alcanzaría. No es que Dios no quiera perdonar.
¡Dios quiere perdonar siempre! Pero es el pecador que rechaza el perdón.
4)
Para la reflexión personal
•
Las autoridades religiosas se encierran en sí mismas y niegan la evidencia. ¿Me
ha ocurrido a mí encerrarme en mi mismo/a contra la evidencia de los hechos?
•
La calumnia es el arma de los débiles. ¿Has tenido experiencia en este punto?
5)
Oración final
El
Señor ha dado a conocer su salvación,
ha revelado su justicia a las naciones;
¡Aclama al Señor, tierra entera,
gritad alegres, gozosos, cantad! (Sal 98,2.4)
ha revelado su justicia a las naciones;
¡Aclama al Señor, tierra entera,
gritad alegres, gozosos, cantad! (Sal 98,2.4)
Orden
de los Carmelitas
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