jueves, 12 de noviembre de 2009

EL REINADO DE DIOS SE CONSTRUYE AQUÍ Y AHORA

¡Amor y paz!

El ‘Reino de Dios’ es una frase mágica que concentraba toda la espera ardiente de Israel: un día Dios tomaría el poder y salvaría a su pueblo de todos sus opresores. Era la espera de ‘días mejores’, la espera del ‘gran día’, el deseo de ‘una sociedad nueva’, el sueño de una humanidad feliz.

Pero ese gran momento no llegará de repente, con mucho boato y esplendor, sino que hay que irlo construyendo aquí y ahora, poco a poco, palabra tras palabra, gesto a gesto, acción tras acción, con base en dar mucho amor.

Los invito a que lean y mediten el Evangelio y el comentario, en este jueves de la 32ª. semana del Tiempo Ordinario.

Dios los bendiga…

Evangelio según San Lucas 17,20-25.

Los fariseos le preguntaron cuándo llegará el Reino de Dios. El les respondió: "El Reino de Dios no viene ostensiblemente, y no se podrá decir: 'Está aquí' o 'Está allí'. Porque el Reino de Dios está entre ustedes". Jesús dijo después a sus discípulos: "Vendrá el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre y no lo verán. Les dirán: 'Está aquí' o 'Está allí', pero no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo, así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día. Pero antes tendrá que sufrir mucho y será rechazado por esta generación.

COMENTARIO

Tengo la sensación de que a veces los análisis de la realidad que hace la jerarquía de la Iglesia o las comunidades cristianas o los mismos teólogos, son sólo oráculos de pesimismo. La realidad aparece en ellos siempre oscura, casi absolutamente vacía de sentido. Todo es malo. Parecemos profetas de desgracias.

El Evangelio de hoy nos comunica una perspectiva bien diferente. El Hijo del Hombre será como los relámpagos. Imagino esas noches de tormenta en que los relámpagos alumbran por un momento el cielo pesado de nubarrones con una intensidad tal que parece que es de día. ¡Dichosos los que son capaces de ver en nuestro mundo esos relámpagos de la presencia del Reino!

Porque ciertamente Jesús no miente. Si nos quitamos las habituales gafas oscuras que nos hacen ver todo con ojos pesimistas, podremos descubrir esa presencia. A veces son pequeños detalles en nuestra comunidad o en nuestra familia. A veces son noticias que aparecen en los informativos de la televisión o en los periódicos. Pero siempre, en alguna parte, hay alguien que se esfuerza por poner paz donde hay guerra, reconciliación en medio del odio, justicia entre la explotación. Y, sobre todo, amor en el corazón de las personas. Ahí está el Reino de Dios, su presencia viva y vivificante. Entre nosotros. Iluminando este mundo de esquina a esquina.

Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica).
www.mercaba.org