¡Amor y paz!
Hoy el Evangelio parece
decir: no juzguéis al hombre por las apariencias, que son frecuentemente
engañosas, sino por lo que hace. Ni las palabras ni las intenciones, sino la práctica.
Si las palabras y las intenciones siguen una dirección y la práctica otra, la
segunda es la que revela el corazón del hombre, sus opciones profundas, sus
verdaderos intereses. Las palabras y las intenciones son a menudo un engaño (para
sí mismo y para los otros).
Sin embargo, la
comparación se puede entender también de otra manera. Hay semillas que cuando
las ves te parecen inocuas, y hay árboles que te parecen fascinantes al verlos;
solamente si tienes paciencia (y sensatez) para esperar a los frutos sabrás
cómo son realmente. Así se desmienten los falsos profetas; no por las muchas
palabras que dicen (palabras con frecuencia fascinantes), ni por los diversos
gestos que hacen; debes valorarlos basándote en los frutos que aquellas palabras
y aquellos gestos no tardarán en producir (Bruno Maggioni).
Los invito, hermanos, a
leer y meditar el Evangelio y el comentario, en este miércoles de la 12ª semana
del Tiempo Ordinario.
Dios los bendiga…
Evangelio según San Mateo 7,15-20.
Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecharían ustedes uvas de los espinos o higos de los cardos? Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos. Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego. Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras.
Comentario
Cuidado con los profetas
falsos, esos que se os acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos
rapaces.
En el Antiguo Testamento,
Dios había advertido a menudo que nos pusiéramos en guardia contra los
"falsos profetas".
Jesús subraya aquí cuán
semejantes son exteriormente a los profetas auténticos: se visten con la capa
de la buena doctrina y de la buena moral... por lo tanto son difícilmente
reconocibles. Así el gran peligro para la Iglesia no procede forzosamente de
sus enemigos externos, fácilmente conocidos, sino de aquellos que aparentando
una vida normal... son de hecho, "lobos" rapaces, incluso cuando
pretenden hablar en el nombre de Dios.
-Por sus frutos los
reconoceréis.
Jesús es realista.
"Mirad y ved cómo actúan..." El verdadero valor de una persona se
manifiesta por lo que hace.
Por ejemplo, se puede
hablar mucho de la Iglesia y no obedecerla prácticamente.
Jesús se ha enfrentado
durante toda su vida a los escribas y fariseos, que eran aparentemente gentes
muy religiosas.
La docilidad al Espíritu y
la humildad son los frutos por los que se reconoce al profeta auténtico.
-¿Se cosechan uvas de las
zarzas o higos de los cardos? Así los árboles sanos dan frutos buenos; los
árboles dañados dan frutos malos.
¡Un "buen"
fruto! La calidad de una fruta depende de la calidad del árbol.
Señor, transforma mi
corazón para que sea como una ¡fruta buena! de la que puedan alegrarse y
alimentarse los demás.
Y para esto ¡que sea bueno
el árbol! La raíz, el tronco, las ramas, todo el conjunto... para que los
frutos sean sabrosos. Sí, Ios gestos y las palabras exteriores no adquieren su
valor auténtico mas que cuando son la expresión de una fidelidad interior a
Dios y a la Iglesia.
-Un árbol sano no puede
dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos.
Es un buen criterio, para
evaluar la autenticidad de un profeta, de un movimiento, o de una opinión, el
considerar a la larga, sus resultados... ¿Cuáles han sido las consecuencias
concretas de esta acción, de esta opinión?
La vida humana es "una":
todo se relaciona... pensamientos, voluntades, actos.
¿Cuál es la orientación
general de mi vida? Uno encuentra a veces a almas inquietas que se imaginan que
han roto su vida por un pecado mortal accidental...
Ahora bien, Jesús nos dice
aquí que lo que cuenta es la trama general de una
vida.
-Todo árbol que no da buen
fruto se corta y se echa al fuego.
Mateo agrupó aquí unas
fórmulas sobre el árbol, que seguramente fueron dichas en circunstancias
diversas. Notemos, por ejemplo, la correspondencia con la alegoría de la viña,
en san Juan 15, 6... donde Juan insistía sobre la unión con la vid para tener
vida y dar fruto.
Mateo insiste sobre la
urgencia de la conversión: el juicio de Dios está cerca.
¿Habremos sido un árbol
sano? ¿Cuál habrá sido nuestra fecundidad? ¿Qué frutos sabrosos han sido los
nuestros? Todo ello, en este contexto, se dice de los falsos profetas ¡árboles
echados al fuego! Pero esto es verdad para cada uno de nosotros, si no nos
preocupamos de dar fruto para la vida eterna.
NOEL QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA 2
EVANG. DE PENTECOSTÉS A ADVIENTO
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983.Pág. 36 s.
PALABRA DE DIOS PARA CADA DÍA 2
EVANG. DE PENTECOSTÉS A ADVIENTO
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983.Pág. 36 s.